Los inversores en la actualidad tenemos abundantes activos para elegir a la hora de construir una cartera de inversión diversificada. Conviene mantener siempre una vista general de la clase de activos disponibles para no perdernos en los detalles, y conseguir realmente la diversificación y variedad adecuada a nuestro perfil de riesgo.
El mercado de deuda y el mercado de acciones, categorías también conocidas como renta fija y renta variable, son clasificaciones amplias que hacemos para referirnos a tipos de activos.
El mercado de deuda es el ámbito en el que se realizan compras y ventas de contratos de deuda, también conocidos como bonos. No hay un mercado único para la compra y venta de deuda. Las transacciones suelen realizarse entre brokers, inversores institucionales e inversores particulares.
El mercado de renta variable es el ámbito en el que principalmente se realiza la compra y venta de acciones de empresas. Hay múltiples mercados secundarios, también llamados bolsas, en los que se pueden realizar transacciones de este tipo. Se suele considerar que la renta variable conlleva más riesgo, a cambio de ofrecer un mayor potencial de beneficios que otras categorías de inversiones.
El mercado de deuda
Las inversiones en renta fija suelen implicar menos riesgo para el inversor y por ello ofrecen un potencial más limitado de beneficio. Estas inversiones, por su naturaleza, suelen oscilar menos de precio. Parte de su seguridad deriva del hecho de que, aunque la empresa que emite la deuda quiebre, los tenedores de la deuda tienen preferencia a la hora de recuperar su dinero cuando se liquiden los activos de la empresa frente a los accionistas.
La emisión de bonos es el método más frecuente de vender deuda, es decir de pedir dinero prestado, tanto para las empresas como para los gobiernos. Los bonos suelen llevar una tasa de interés fijo asociado (cupón), de ahí su nombre de renta fija. La mayor parte de bonos llevan una calificación de riesgo por parte de una de las principales agencias de calificación de riesgo, como Moody’s or Standard & Poors, que nos ayudan a discernir la calidad de la empresa y su solvencia.
Deuda inmobiliaria
Existe también todo un mercado de instrumentos de deuda relacionados con la deuda hipotecaria. En inglés estos instrumentos son los conocidos como mortgage-backed debt. En este tipo de activos suele existir una propiedad inmobiliaria a la que va referenciada la deuda y que actúa como colateral en caso de impago. En muchos casos estos activos de deuda son complejos en su estructuración y características, y requieren de un análisis profesional para comprender sus riesgos e implicaciones.
El valor cambiante de la renta fija
Es razonable plantearse por qué un activo denominado de “renta fija” puede sufrir variaciones en su valor. Cuando un inversor compra un bono recibirá los pagos del cupón que establezca el bono hasta su madurez (vencimiento), junto con el valor nominal del bono establecido al final del periodo. Sin embargo, el bono puede ser vendido en el mercado secundario.
El bono mantiene su valor nominal a fecha de vencimiento pero su rentabilidad real y el valor para su tenedor oscila constantemente:
- Pierde valor a medida que se realizan los pagos de interés de los cupones.
- Su valor también varía en función de los tipos de interés del momento que afectan a todos los instrumentos de renta fija, incluidas las emisiones nuevas.
Estos factores hacen que su precio oscile en el mercado secundario y, por tanto, la rentabilidad final e implícita irá variando.
El mercado de acciones
Las acciones de las empresas son participaciones en el capital social de las mismas. Esto quiere decir que cuando adquirimos una acción estamos formalmente pasando a ser dueños de una parte correspondiente de la empresa. Como propietarios tenemos derecho a recibir la parte proporcional de los dividendos que la empresa reparte. Como accionistas también nos veremos beneficiados si las acciones se revalorizan en el mercado.
El accionista también puede sufrir pérdidas importantes. En caso de quiebra de la empresa podría llegar a perder incluso la totalidad de su inversión. La renta variable es volátil por naturaleza. Las acciones de cualquier empresa, incluso la de empresas famosas y consolidadas, pueden oscilar fuertemente de precio.
La volatilidad del mercado puede ser causada por todo tipo de acontecimientos sociales, políticos, institucionales o económicos. Por eso existe toda una industria financiera para proveer a los inversores de información y análisis sobre empresas y renta variable.
A largo plazo hay una correlación fuerte entre el valor de la empresa en bolsa y la evolución de su negocio. Si una empresa cada vez vende más productos, aumenta sus beneficios y crece, probablemente sus acciones se revaloricen con el paso del tiempo.
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