Hay muchas medidas que podemos observar para determinar si una empresa es rentable y eficiente en sus operaciones. Una de las más utilizadas por los inversores profesionales es el retorno sobre el capital invertido, conocido por sus siglas en inglés: ROIC (return on invested capital).
Qué es el ROIC: Return on Invested Capital. Significado, definición y concepto
Return on invested capital se traduce por retorno o rentabilidad sobre capital invertido. Como su nombre indica, el ratio ROIC intenta cuantificar la rentabilidad que genera una empresa con respecto al capital que emplea para generar ese beneficio.
Todos los ratios de los estados financieros sirven para comparar diferentes magnitudes entre sí con el objetivo de comprender algo. En el caso del ROIC, queremos entender cuántos euros de beneficio genera la empresa por cada euro que invierte en su negocio.
¿Cómo se mide? Fórmula
La idea general del ratio por tanto es utilizar una medida de beneficio en el numerador y una medida de capital invertido en el denominador para ver su relación. La medida que se toma para el numerador es el beneficio neto operativo después de impuestos, o lo que es lo mismo, el beneficio neto menos los dividendos.
Para el denominador necesitamos una medida del capital invertido. Se suele tomar la suma del patrimonio neto y la deuda que tiene la empresa en el balance, a lo que llamamos capital total. Es decir es todo el dinero que comprometemos en el negocio, tanto en forma de capital como de los préstamos que asume la compañía.
¿Cómo se valora? Ratio
El cálculo del ROIC se expresa en un porcentaje. Este porcentaje refleja la rentabilidad que produce la empresa por cada 100€ de capital invertido. Por ejemplo, si el ROIC de una empresa es del 21%, significa que genera 21€ de rentabilidad por cada 100€ de capital total invertido.
Hay que tener en cuenta que este ratio se obtiene a partir del balance y la cuenta de pérdidas y ganancias y, por tanto, refleja el ratio de los estados financieros a una fecha. Normalmente los balances y las cuentas de pérdidas y ganancias son de carácter anual, semestral o trimestral, así obtendremos el ROIC para esos periodos.
¿Cómo lo podemos utilizar?
Los ratios financieros se pueden utilizar de diversas formas. En primer lugar, nos dan una idea general gracias a su magnitud en términos absolutos. Por ejemplo, si nuestra empresa obtiene un ROIC de 30%, sabemos que estamos frente a un negocio muy rentable. Por contra, si el ROIC de nuestra empresa es de 3% sabemos que el negocio en el que operamos no es especialmente rentable.
Si la empresa pierde dinero, tendrá un ROIC negativo, ya que en lugar de beneficios tendrá pérdidas.
También podemos utilizar el ratio para comparar diferentes sectores. Veremos que por su naturaleza algunos sectores necesitan una inversión más fuerte en capital: tendrán un ROIC más bajo, mientras que negocios que no necesitan de mucho capital tenderán a tener ROIC más elevado.
Puesto que el ROIC puede variar mucho según las características estructurales de los negocios, no siempre es buena idea comparar ROIC de empresas en diferentes sectores, pero sí que podemos utilizar el ROIC para comparar empresas de un mismo sector. De esta forma podemos encontrar cual es la que opera de forma más eficiente e intentar comprender por qué y si tiene ventajas competitivas.
Otra utilidad de los ratios financieros como el ROIC es comparar la evolución de la empresa. Al observar el ROIC a lo largo del tiempo podemos comprobar si la empresa está mejorando y volviéndose cada vez más eficiente o si, por el contrario, su situación empeora.
Comprender si una empresa es rentable es uno de los pilares de un buen análisis fundamental. Los ratios como el ROIC nos ayudan a analizar la capacidad de generación de beneficio de un negocio y comprender la realidad de la empresa.
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