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¿Me conviene invertir en un fondo garantizado?

Padlock with Euro Symbol

En los últimos tiempos ha renacido el interés por los fondos garantizados, un interés que parecía dormido. Según datos de Inverco (principal asociación de la industria de los fondos de inversión en España), esta categoría fue la que mayores suscripciones netas registró en el primer trimestre de 2016.

Muchos inversores están traspasando su dinero desde fondos mixtos o monetarios, que han sufrido en su gestión debido fundamentalmente al entorno de bajos tipos de interés, entrando incluso en muchos casos en pérdidas; una buena parte de este dinero ha ido a parar a los fondos garantizados, una tipología de producto que, como su nombre indica,  garantiza a vencimiento toda o la mayor parte de la cantidad invertida.

Ahora bien, ¿son realmente una buena opción los fondos garantizados? Como en el resto de categorías, hay de todo, fondos excelentes, mediocres y malos. Pero por las singulares características de este producto, es interesante que les dediquemos unos minutos para conocerlos mejor y saber qué podemos esperar de ellos.

¿Qué aspectos debo tener en cuenta antes de invertir en un garantizado?

Comisiones

Uno de los grandes inconvenientes que tradicionalmente se le ha achacado a los fondos garantizados es que las comisiones de gestión solían ser muy elevadas, en muchos casos el máximo permitido por ley.  Es cierto que en los últimos lanzamientos las comisiones son más moderadas, pero no debemos dejar de analizarlas con detenimiento.

Además de la comisión de gestión, también es importante analizar si en el momento de la suscripción el fondo se encuentra en el periodo inicial de comercialización. De no ser así, la entidad podría cobrarnos una comisión de suscripción que en algunos casos puede llegar al 5%.

Plazo

Los fondos garantizados suelen ser estructuras a largo plazo, normalmente entre los 5 y los 7 años. Uno de los inconvenientes que tiene es que si sacamos nuestro dinero antes de dicho plazo, podemos sufrir altas comisiones por rescate anticipado.

La garantía suele concederse únicamente si se mantiene el fondo hasta el final, por lo que si necesitamos el dinero antes podríamos encontrarnos con unas pérdidas con las que no contábamos cuando decidimos invertir en un “garantizado”.

El que el plazo sea  muy largo tiene otro inconveniente añadido, y es lo que llamamos coste de oportunidad. Es relativamente sencillo prever cuál puede ser el escenario de tipos en los próximos 3-6 meses, pero ¿quién nos asegura en qué momento de mercado estaremos dentro de 3 años? Y claro, esto es importante, porque a lo mejor dentro de 3 años las incertidumbres han desaparecido, o los tipos de interés están mucho más altos, y yo estoy perdiendo oportunidades al tener mi dinero cautivo en un garantizado.

Liquidez

Aunque los fondos garantizados suele tener una fecha dilatada de vencimiento, la mayoría ofrece ventanas de liquidez.

Debemos comprobar si las hay y si en esas ventanas puedo sacar el dinero sin comisiones. El fondo será más líquido cuantas más ventanas de liquidez me ofrezca, este es otro aspecto esencial, especialmente si hay posibilidades de que tenga que rescatar el dinero antes de vencimiento.

Rentabilidad

Es aconsejable saber cómo se construye un garantizado para entender qué podemos esperar de él.

Un garantizado es un producto estructurado en el que la mayor parte del dinero estará invertido en algo “seguro”, que es lo que permite que se pueda garantizar la devolución del principal al final de la vida del fondo.

Con la rentabilidad que saca de esa inversión segura (en muchas ocasiones un bono cupón cero de Deuda Pública), la entidad compra derivados financieros que le dan la opción de arañar una rentabilidad extra.

Es decir, supongamos que los tipos están a un nivel en el que podemos comprar una letra de 97 euros por la que obtendré 100 al vencimiento; en este caso, tengo 3 euros para invertir en otros productos. Pero si los tipos están en mínimos y por una letra por la que pago 99,5 me dan 100 al vencimiento, la gestora tendrá un menor margen para comprar derivados con los que aspirar a lograr una mayor rentabilidad.

Por hacernos una idea, uno de los últimos lanzamientos es el Santander 100 Valor Global III, que garantiza el 100% a vencimiento (6 años) y un posible pago anual según la evolución de tres acciones: Philips, Roche y Coca Cola. La TAE máxima asciende al 1,04%.

¿Qué tenemos que hacer para conseguir la “rentabilidad extra”? Este es otro de los aspectos fundamentales a tener en cuenta. A veces las condiciones son tan complejas, que nos quedaremos en la mayoría de los casos únicamente con el capital inicial; así, habremos tenido el capital parado X años para no conseguir nada.

Cuando se habla de que el fondo dará, por ejemplo, un % de la rentabilidad de un índice bursátil en un plazo, hay que mirar a qué se refiere exactamente. ¿Se compara la rentabilidad entre la fecha inicio o fin? ¿O se hace una media? ¿O se tienen en cuenta solo algunas fechas claves de observación? Ojo, que la rentabilidad puede ser muy diferente en función del método descrito.

En el ejemplo anterior, el fondo Santander 100 Valor Global III  supedita la rentabilidad extra a que esas tres empresas (Philips, Roche y Coca Cola ) alcancen todas ellas unos determinados niveles de cotización. Debemos tener en cuenta que esas empresas están poco correlacionadas entre sí, operan en sectores distintos e incluso están denominadas en diferentes divisas, lo que dificulta la posibilidad de que todas ellas cumplan con las condiciones que desbloquean el pago de esa rentabilidad extra.

Garantía

Como ya hemos comentado, la garantía se aplica sólo si mantenemos la inversión hasta la fecha de vencimiento.

En el caso improbable de que los bonos en los que invierte el fondo sufriesen un impago, la garantía seguiría cubriéndola el banco emisor del producto estructurado. Sin embargo, debemos ser conscientes de que este también podría tener problemas financieros y no poder hacer frente a su obligación.

En este sentido, un garantizado no es en absoluto equiparable a un depósito bancario, en el que los depositarios están amparados por el Fondo de Garantía de Depósitos con una cantidad de 100.000 euros.







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