Es muy habitual, cuando se produce una Oferta Pública de Adquisición (OPA), que afloren en el capital de las empresas que reciben la oferta gestoras de fondos de inversión o hedge funds especializados en sacar partido de este tipo de situaciones especiales. En el post hablaremos sobre la irrupción de fondos cazaopas.
En el caso del mercado español, hay varios nombres que se vienen repitiendo en las operaciones anunciadas durante los últimos años. Entre los fondos ‘cazaopas’ más habituales del mercado español se encuentran Wellington Management y Sand Grove que, casualmente, han hecho acto de presencia en la reciente oferta de Providence, KKR y Cinven por la operadora de telecomunicaciones española MásMóvil.
La principal apuesta de estos fondos, cuando entran en el capital de una empresa opada, es beneficiarse de una posible contraopa (una nueva oferta con un mejor precio) o, incluso, una guerra de opas. Por lo general, hedge funds, fondos de gestión alternativa o, incluso, “fondos contrarios” (se fijan en compañías con problemas en las que hay posibilidad de final feliz) los que se centran en este tipo de inversiones, buscando poder sacar provecho de estas situaciones especiales por las que atraviesan algunas empresas. En ocasiones, algunos de esos vehículos (hedge funds) no son accesibles de forma general para los inversores.
Es importante destacar que este tipo de situaciones no deben identificarse automáticamente con entidades que estén atravesando por problemas; en ocasiones, así ocurre, pero otras veces simplemente se trata de empresas que por su tamaño, sinergias o estrategia, son apetecibles para otras compañías. Esto es lo que habría ocurrido en el caso de MásMóvil.
Pero, no lo olvidemos, ess una estrategia no exenta de riesgos y que no siempre funciona.
En el caso de la operadora española, el envite preliminar de Providence, KKR y Cinven a 22,5 euros dejaba, según algunos analistas, poco margen para la entrada de una oferta competidora. O, más que poco margen para otra oferta, pocos candidatos con opciones de mejorar la oferta inicial, según otros expertos.
En cualquier caso, la teoría dice que estos fondos habrían entrado por debajo de o a 22,5 euros por acción para vender a precios superiores. En cuestión de horas, MásMóvil se revalorizó un 20%, la brecha que iba desde el precio de cierre anterior a los máximos del día siguiente.
Si la jugada sale mal y no hay otra oferta mejor, estos fondos ya tienen quien les compre a 22,5 euros. Si les sale bien, se garantizan la prima que paguen en una segunda OPA mejorada. Suele tratarse de fondos con una elevada liquidez, pero en muchas ocasiones, además, entran en el capital de las empresas utilizando apalancamiento a través de distintas herramientas, como instrumentos derivados, por lo que ni siquiera precisan de un gran desembolso.
Viejos conocidos del mercado español
En cualquier caso, conviene saber que este tipo de inversores no son nuevas y que ya han hecho acto de presencia en otras operaciones corporativas en el mercado continuo español. Si tiramos de hemeroteca, no solo vemos a viejos conocidos del mercado como Blackrock o Wellington Management en MásMóvil este año.
Por ejemplo, Wellington apareció también el año pasado en la OPA de EQT, Miles Capital y Corporación Financiera Alba por Parques Reunidos, y en 2017 en el capital de Unicaja en plenas negociaciones con Liberbank.
En 2019 hubo presencia de fondos oportunistas o especializados en arbitrajes (ODDO, Perpetual Limited, Sand Grove, Voleon Management, Melgart AM, Polygon o Water Island) en las operaciones sobre Natra, Telepizza, OHL o DIA.
Estos fondos oportunistas también toman posiciones en empresas que han sufrido un castigo más fuerte de lo razonable y que, simplemente, deberían recuperarse por estar más baratas de lo razonable. En los meses que siguieron al confinamiento por el Covid-19 afloraron participaciones relevantes (por encima del 1% del capital) de fondos oportunistas como Citadel (en IAG y Repsol) o Lansdowne (también en IAG).
El aumento de la actividad de fusiones y adquisiciones les atrae
Según apuntan bancos de inversión como Goldman Sachs, se espera que la actividad corporativa en operaciones de fusiones y adquisiciones (OPAs) recupere el ritmo perdido por la parada obligatoria del COVID-19 a nivel global.
Por lo tanto, es razonable pensar que este tipo de fondos ‘cazaopas’ o fondos oportunistas van a seguir por aquí los próximos meses. Su estrategia es múltiple: pueden apostar por empresas con muchas papeletas para ser opadas, por empresas que puedan afrontar riesgos regulatorios —obligadas a vender divisiones o filiales— o a seguir de cerca operaciones anunciadas, como hemos visto en este artículo.
Estrategias de elevado riesgo para los minoristas
Algunos inversores minoristas compran participaciones en estos fondos oportunistas como forma de aprovecharse de estas situaciones de mercado (OPAs), pero hay otras maneras de beneficiarse de estas operaciones, tales como apostar por una empresa que puede ser objeto de una operación. Un ejemplo sería haber entrado en MásMóvil antes de la OPA o cuando todavía cotizaba a precios inferiores a esos 22,5 euros.
No obstante, lo más sencillo es entrar en empresas opadas cuando cotizan a precios inferiores a los de la operación anunciada. Por ejemplo, en la OPA de la suiza Six por la española BME a 32,98 euros por acción la sociedad española cotizó muchos días unos céntimos por debajo del precio de la oferta. Es una forma de hacerse con las migajas de una operación de este tipo.
En el caso de MásMóvil, habría supuesto entrar por debajo de los 22,5 euros, comprando las acciones de quienes prefieran ceder unos céntimos a cambio de no esperar a la fecha ejecución (final del periodo de aceptación establecido) de la OPA de Providence, KKR y Cinven.
Recordemos que una OPA es un proceso que se alarga en el tiempo y que puede llegar a los 70 días. Por ejemplo, la oferta de Six por BME se alargó 68 días. Por este motivo, hay quienes venden a precios cercanos a la OPA para no esperar, lo que deja esas migajas a otros inversores a cambio de un riesgo muy bajo.
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