inversiones a pequeña escala

Inversiones a pequeña escala: dónde colocar nuestros primeros ahorros

Muchas personas todavía le tienen respeto a la palabra inversión. Cuando se plantean meter su dinero en algún vehículo de este tipo, el desconocimiento o el miedo al riesgo, les hace desistir.

Existe la falsa creencia de que la inversión es cosa de ricos, y que para empezar a hacer crecer nuestros ahorros debemos de partir de una cantidad elevada. Sin embargo, ahora no todo consiste en invertir cientos de miles de euros, también se puede hacer a pequeña escala. Incluso con los pequeños ahorros que logramos con mucho esfuerzo.

Con el paso de los años, la industria de la inversión se ha democratizado, permitiendo a más personas poder sumarse y tener la opción de hacer crecer sus ahorros o ganar un buen pellizco. Evidentemente, conlleva riesgos, pero como suele decirse, “el que no arriesga no gana”. Y en los mercados ese es el mantra.

Existen nuevas formas de inversión en las que se puede participar a partir de pequeñas cantidades, que son más accesibles y permiten poner a trabajar esos pequeños ahorros que muchos tenemos sin saber qué hacer con ellos.

¿Cómo puedo invertir una pequeña cantidad?

Ya no hace falta ser millonario para poder invertir. De hecho, es incluso más ventajoso, porque invirtiendo pequeñas cantidades se reparte más el riesgo. Se puede sobrellevar mucho mejor perder 1.000 euros que 100.000, por ejemplo, con lo que, de hecho, mucha gente que dispone de suficientes ingresos está comenzando a acotar a cantidades más pequeñas sus inversiones.

Antes de decidir dónde meter el dinero, hay que preguntarse a uno mismo qué tipo de inversor se quiere ser, o qué riesgo se quiere asumir. Porque, en función del perfil de cada uno, hay instrumentos más aconsejables que otros que marcan la forma de inversión.

Debemos preguntarnos internamente si consideramos que tenemos un perfil más conservador, o por el contrario, más arriesgado. En función de ello deberemos destinar mayor o menor peso a los depósitos, a los bonos (renta fija) o a las acciones (renta variable). Aunque pueda sonar raro, incluso para perfiles de riesgo bajo conviene tener algo de peso, aunque sea poco, en el mercado de acciones, es decir, en bolsa.

Si somos conservadores, debemos darle mayor protagonismo a productos del estilo de los depósitos bancarios, Letras del Tesoro o renta fija a corto plazo. El problema es que en estos momentos los tipos de interés que ofrecen son muy bajos, incluso negativos. Es por ello que muchas veces es mejor esperar a que se normalice la situación, y dar el salto una vez que las rentabilidades de estos activos de menor riesgo empiecen a subir.

Para la parte más arriesgada de la cartera debemos decantarnos por productos más ligados a la inversión en bolsa o en renta fija. Para cantidades pequeñas no es aconsejable comprar directamente acciones, ya que las comisiones son fijas y pueden restarle mucha rentabilidad.

Aquí es donde entran en escena productos como los fondos de inversión o los ETF. En caso de que queramos empezar con cantidades pequeñas lo idóneo serían los fondos de inversión, que permiten hacer aportaciones a partir de 1.000 euros aproximadamente.

inversiones a pequeña escala

Fondos de inversión y ETF, ¿la solución?

En este contexto, algunos expertos creen que la mejor opción para aquellas personas que quieren invertir pequeñas sumas de dinero son los ETF. La característica de estos fondos es que cotizan en los mercados de valores, al igual que las acciones, pero repartidos en diferentes activos de diferentes sectores y zonas geográficas. Así, con una sola inversión se consigue tener inversiones bien diversificadas y con menores costes por comisiones.

Desde el punto de vista fiscal, el vehículo óptimo es el fondo de inversión. A diferencia de las acciones o los ETF, en los fondos no tributas por las plusvalías cada vez que cambias de inversión, si no que puedes ir saltando de un fondo a otro, reinvirtiendo las ganancias, de manera que solo pasarás por Hacienda cuando realices el reembolso final. Aquí la clave es que consigues diferir la carga fiscal.

Los mercados están cada vez más abiertos a nuevo público, con condiciones más ventajosas para atraer a todos aquellos que quieran probar y sacar un dinero extra con sus ahorros, sin que un volumen pequeño de inversión sea un impedimento.

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