Inversión con menos de 1.000 euros

Inversión con menos de 1.000 euros: es posible

Inversión con menos de 1.000 euros. Invertir, escuchas esta palabra muchas veces al día. Invertir tiempo, esfuerzo…y, por supuesto, invertir dinero, que es lo que nos ocupa aquí. La inversión tanto en bolsa como en proyectos empresariales o en el mercado inmobiliario es algo habitual.

Quizá, de todas ellas, la que más asusta es la bursátil. Los mercados son algo bastante alejado del grueso de la sociedad y donde muy poca gente se atreve a adentrarse. Además, la tendencia era pensar que la inversión era solo para unos pocos pero no  es así, de hecho, es posible invertir con cantidades pequeñas.

Iniciarse en el ‘trading’ con pequeñas cantidades empieza a ser frecuente, para ver cómo se desenvuelven en el mercado y, sobre todo, para no arriesgarse a perder mucho. 

Si todavía no estás convencido, te invitamos a que leas el siguiente artículo. 

Cómo invertir 1.000 euros sin volverse loco

Partamos de una base modesta, 1.000 euros, que no es mucho pero tampoco es tan poco. Esa cifra, si se sabe mover bien, ya puede dar rendimientos, aunque difícilmente va a convertir a nadie en rico; es una cantidad suficiente para probar, sin asumir un riesgo muy elevado.

¿Y dónde se pueden invertir 1.000 euros hoy en día? Pues en diferentes ámbitos, principalmente dependiendo de cuánto riesgo estamos dispuestos a soportar. Por ejemplo, si queremos ir a lo seguro, donde sabemos que es más complicado perder, optaremos por lo clásico, como depósitos bancarios, letras del Tesoro o bonos de renta fija. Es decir, productos financieros que garantizan rentabilidad, aunque, eso sí, muy baja.

Estos instrumentos llevan más de una década de capa caída y no podemos arañar mucho con ellos. Eso sí, como parte de tu experimento de inversión, para diversificar, puedes probar a destinar una parte de tus 1.000 euros a renta fija, pero bucea primero e intenta encontrar la opción que más resultados te va dar. Suelen moverse todas por los mismos ratios (muy bajos).

Inversión con menos de 1.000 euros

Pasemos ahora a la renta variable, es decir, la bolsa. Aquí también hay que ver qué riesgo se quiere tomar. Porque, de nuevo, para los que menos riesgos quieren tomar, existen unos valores en el mercado que son más seguros que otros por su trayectoria histórica y, sobre todo, por la dimensión de su negocio. Hablamos de empresas grandes que suelen dar beneficios todos los años y tienen un historial positivo en bolsa. Son las llamadas blue chips, el grupo de compañías más grandes y más fuertes del IBEX 35. Sin olvidar que también nos podrían hacer perder si les vienen mal dadas, por lo que habitualmente debe considerarse como una inversión a largo plazo.

También existe la posibilidad del oro. Este metal se considera un valor refugio, pues es una opción segura y estable a través del tiempo. E incidimos en la palabra tiempo, porque también es una inversión para largo plazo, ya que previsiblemente dará rendimientos con el paso de los años, no inmediatamente.

Pero si quieres apostar más fuerte y asumir más riesgo, entonces tendrás que tirar por las inversiones a más corto plazo. Se consideran así las que son inferiores a un año y su característica principal es la liquidez y volatilidad, pues los productos a corto plazo tienen la facilidad de convertirse pronto en dinero, generar rápido beneficio y, por supuesto, también en pérdidas.

Estas operaciones, como ocurre con el como ocurre con el trading, pueden ser mensuales, semanales e incluso intradía. De hecho, muchas personas se dedican exclusivamente a esto y han logrado sacar importantes cantidades, pero hablamos de traders expertos que se dedican exclusivamente a ello. Por tanto, hay que tener mucha cautela con las operaciones a corto cuando somos novatos.

Luego hay opciones más arriesgadas en pequeñas startups o negocios nuevos. Hay empresas que se ponen de moda durante un tiempo, porque experimentan subidas en bolsa muy contundentes, pero cuidado porque tan rápido como suben, podrían bajar. Son las operaciones que implican más riesgo, y acceder a ellas tampoco se plantea fácil, menos todavía para pequeños inversores.

Y, por último, otra opción muy cómoda para estos primeros 1.000 euros son los fondos de inversión y ETF. Esta alternativa cada vez tiene más adeptos, pues permite entrar en una inversión colectiva en una cartera compuesta por diferentes activos, con lo que se reparte el riesgo fácilmente.

Como hemos visto, hay diferentes opciones para esos primeros 1.000 euros que pueden hacer que, aunque sea poco, esa cifra crezca.

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