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Halcones y palomas dentro de los bancos centrales

Seguro que en algún momento has oído hablar de halcones y palomas, concepto aplicado a los perfiles de los miembros de los bancos centrales. Y esto es así porque cada vez es más frecuente que todo aquello referente a la actualidad de los bancos centrales forme parte del día a día de la comunidad inversora.

Actualmente, las reuniones de los bancos centrales se siguen con gran interés, dado que no hay que olvidar que han sido los grandes motores de la recuperación económica de este ciclo alcista, tras la caída de Lehman Brothers.

Siempre han existido dos corrientes muy diferenciadas sobre las políticas que los bancos centrales deben seguir, y para clasificar los perfiles de los miembros que forman los órganos de decisión se suelen utilizar dos términos del mundo animal: halcones y palomas.

Halcones

Los halcones son considerados de un perfil conservador, cuyo principal objetivo es mantener la inflación bajo control, y que se inclinan por políticas contractivas y de disciplina fiscal. Por ello, son contrarios a un gran gasto público y tienden a preferir tipos de interés más elevados que dificultan tener un gran endeudamiento.

En el caso del BCE, los países del norte y centro de Europa como Alemania, Holanda o los nórdicos suelen entrar en este grupo, y es algo que se vio perfectamente en la crisis de deuda pública en Europa de 2012. De hecho, ese grupo era el más proclive a una intervención mucho más amplia sobre las cuentas de España.

Palomas

Las palomas tienen un perfil antagónico con los halcones. Su visión es que el papel del BCE es favorecer el crecimiento económico, y para ello es necesario llevar a cabo políticas expansivas que fomenten el incremento de la actividad económica, que a su vez favorecerá el crecimiento de la riqueza global.

Tradicionalmente, eso se traducía en bajos tipos de interés, pero a raíz de 2008, la FED dio un paso más con el famoso programa de recompra de renta fija quantitave easing (QE).

Políticas dovish-hawkish

En línea con la clasificación que hemos realizado sobre los miembros de la FED, cuando estos se reúnen suelen aprobar una serie de medidas, y los analistas siempre concluyen que la reunión o las medidas han sido dovish o hawkish.

Las implicaciones son similares a lo que hemos comentado anteriormente:

Dovish: implica un mensaje más laxo sobre las políticas de tipos, esto es, menores subidas esperadas o un retraso en la eliminación del programa de recompras. Esto suele implicar buenas noticias para la renta variable, pues los bajos tipos de interés suelen favorecer a la bolsa.

Hawkish: aquí sucede lo contrario, el mensaje es más contractivo, lo que implica que las expectativas de tipos son de mayores subidas, o una política más restrictiva en general. Suele ser mal acogido en bolsa salvo por los bancos, que se pueden ver favorecidos por tipos de interés más elevados.

En qué te afecta todo esto

Estos años vemos que los tipos de interés y, sobre todo, sus expectativas futuras tienen un gran efecto, tanto sobre la economía real como la macroeconomía.

Unos tipos de interés más elevados perjudican especialmente a aquellos que tienen deudas. A nivel particular suelen ser una mala noticia para los hipotecados, y para aquellas empresas con más deudas como eléctricas, Socimis o empresas de comunicaciones.

Además, si suben tipos de interés, los bonos que están en circulación valen menos, por lo que perjudican a los inversores de renta fija. Pero lo que debemos tener en cuenta no es si un banco central sube o baja 0,25 puntos los tipos de interés, sino cuál es su mensaje, pues eso es lo que moverá los tipos futuros que son los realmente importantes. La subida o bajada de una reunión concreta está más que descontada y ya se tienen en precio, lo que es relevante es lo que subyace de esas reuniones.

Por eso es complejo interpretarlo, pues en muchos casos es algo subjetivo y que depende de los analistas que interpretan lo sucedido.

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