Anteriormente ya os presentamos los conceptos principales de las opciones financieras en esta entrada y en esta otra, en la que hablábamos de sus características y posiciones básicas: comprar y vender, tanto opciones de compra como opciones de venta.
En esta entrada vamos a analizar cuándo puede ser un momento óptimo de compra/venta de las opciones, y algunas estrategias básicas de su uso para inversores a largo plazo. De hecho, las estrategias que vamos a analizar son muy habituales en empresas de seguros y holdings, y pueden suponer una rentabilidad extra en nuestra cartera con un riesgo controlado (comparado con comprar/vender las acciones directamente).
Cuándo comprar/vender
Es importante tener claro en qué momento compramos o vendemos cualquier activo financiero. En el caso de las opciones aún más. El motivo es que el precio de la prima está estrechamente relacionado con la volatilidad del subyacente, el tiempo que queda hasta vencimiento, etc.
En general, para comprar una opción (tanto de compra como de venta) nos interesa una volatilidad lo más reducida posible, de forma que el precio de la prima sea el más bajo.
En cambio, cuando queremos vender es justamente lo contrario. Nos interesaría hacerlo en momento de máxima volatilidad para que el precio de la prima fuera el máximo.
Vamos a explicar dos estrategias muy simples que no implican apalancamiento ni mayor especulación de la que supondría respecto a comprar/vender directamente las acciones en el mercado.
Comprar acciones baratas
Si queremos invertir en acciones de una empresa podemos adquirir directamente las acciones, o bien tenemos una alternativa a través de las opciones. La estrategia que se utiliza es la venta de puts descubiertas, lo que se conoce como “naked puts”. En este caso, vendemos una put y esperamos a vencimiento. Es importante indicar que el riesgo es total, y que si la empresa quiebra y pasa a valor 0, nosotros asumimos todo el riesgo.
Veamos un ejemplo:
Yo quiero comprar acciones de Telefónica, que cotizan hoy a 10€ por acción y quiero 100 acciones.
A) Puedo comprar las acciones, y me costarían 1.000€ (100 x 10).
B) También podría vender una opción put con strike 8,5€ y con una prima de 0,5€ y vencimiento diciembre 2016. Recibimos por la prima, 50€ en total (100 x 0,5).
Cuando llegue diciembre 2016:
Hipótesis 1: La acción vale más (por ejemplo, precio de Telefónica a 11€)
Nos quedamos la prima y volvemos a repetir la operación, de forma que cada vez que nos quedamos la prima vamos rebajando el precio de entrada. Por contra, no recibimos los dividendos que recibiríamos si tuviéramos la acción.
Hipótesis 2: La acción vale menos (por ejemplo, precio de Telefónica a 7€)
Se nos asignan las 100 acciones de Telefónica y pagamos por ellas 850€ (8,5 x 100), en lugar de pagar 1.000€ que hubiéramos pagado de comprar las acciones al contado. Además, hay que restar a ese precio la prima cobrada (50€), por tanto hemos rebajado el precio a 800€ respecto a los 1.000€ que hubiéramos pagado de comprar a precios de hoy.
Hipótesis 3: La acción vale 0
Perderíamos esos 800€. Si hubiéramos comprado al contado, habríamos perdido 1.000€.
Es importante indicar que hay que tener los fondos para la compra de las acciones a vencimiento; no estamos trabajando con apalancamiento.
Vender acciones más caras
Otra opción es la estrategia llamada como covered call, que consiste en vender opciones de compra sobre acciones que tenemos en cartera, a un precio superior al actual y cobrando una prima por ello.
Siguiendo el ejemplo anterior, si tengo 100 acciones de Telefónica que hoy cotiza a 10€, puedo:
A)Vender las acciones, e ingresaría 1.000€ (100 x 10).
B)También podría vender una opción call con strike 12€, con una prima de 0,5€ y vencimiento diciembre 2016. Recibimos por la prima 50€ en total (100 x 0,5).
Cuando llegue diciembre 2016:
Hipótesis 1: La acción vale más (por ejemplo, precio de Telefónica a 14€)
Vendemos las acciones por 12€, por tanto ingresamos 1.200€ más los 50€ de la prima. Hemos perdido un beneficio potencial de 150€, porque ahora podría vender por 1.400€.
Hipótesis 2: La acción vale lo mismo o menos (por ejemplo, precio de Telefónica a 10€)
No se venden las acciones y nos quedamos la prima de 50€. Podemos repetir la operación, y de esta forma vamos rebajando el precio medio de compra de nuestras acciones.
Conclusión
Pese a que los derivados financieros son un gran desconocido entre los inversores particulares, pueden ser una herramienta interesante para obtener una rentabilidad extra en nuestra cartera sin requerir un gran seguimiento ni asumiendo mayor riesgo del que tendríamos si compráramos o vendiéramos directamente las acciones, ya que no pretendemos operar con apalancamiento ni a crédito.