empresas superstar

¿Qué son las empresas superstar?

Las denominadas como empresas superstar son firmas que cada vez resultan más dominantes en un sector concreto. Para algunos expertos el fenómeno se limita a las conocidas con el acrónimo FAANG (Facebook, Google, Netflix, Apple y Amazon), pero otros muchos también consideran las firmas que concentran un poder excesivo en su sector, como puede ser el caso del banco de inversión Goldman Sachs o la cadena de distribución Walmart.

Además, advierten que la tendencia hacia la concentración de poder se acentúa con el paso de los años, pues está impulsada por la aplicación de nuevas tecnologías y la transformación digital. En general, las empresas superstar se caracterizan por:

  • Consiguen una parte muy importante de los ingresos del sector.
  • Muestran elevados niveles de digitalización, de empleados formados y de innovación (robotización, inteligencia artificial, etc.)
  • Están muy conectadas a los flujos globales de servicios, comercio y finanzas.
  • Tienen más activos intangibles que sus rivales.

La creciente concentración de algunas de estas empresas se refleja en sus márgenes crecientes, pues tienen la capacidad de elevar el precio de los productos o servicios, y mantenerlos elevados. Su elevada base de clientes les permite negociar menores costes con sus proveedores y, gracias a su innovación, o a su elevado número de empleados, refuerzan su capacidad de presionar a la baja los salarios de los trabajadores poco cualificados.

Inversores

Estas empresas interesan a los inversores porque protegen los márgenes, sus beneficios son más resistentes y son mucho menos susceptibles a los ciclos del mercado o los impactos externos, lo que -en resumen- reduce los riesgos de la inversión.

Las empresas superstar no son indestructibles, tal y como recuerdan los casos de la finlandesa Nokia y la estadounidense Blackberry.

Otra razón que explica la existencia de estas mega empresas es la necesidad de gestionar la presión de los márgenes para hacerse un hueco en nuevos mercados, impulsar innovaciones o justificar los gastos en investigación y desarrollo.

Además, la globalización, el cambio tecnológico o la transformación digital son tendencias que favorecen la creación de estas firmas, al reducir los costes que les permiten competir más y mejor que sus rivales. Y ganar eficiencia también pasa por consolidarse a través de la compra de firmas rivales.

Aunque los gobiernos pueden prohibir la consolidación de estas empresas, como ocurrió en la fusión de la estadounidense GE con la francesa Alstom, o regular contra potenciales monopolios, como ha hecho la UE contra Google.

La nueva oleada de cambios tecnológicos seguirá animando la concentración del poder corporativo y aumentará las divisiones en las sociedades. Por ello, los analistas creen que las medidas de las instituciones políticas no son suficientes, y que serán necesarias otras soluciones más imaginativas para ponerles freno.

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