Qué es un lobby

¿Qué es un lobby? ¿Dónde actúan?

El término lobby, con la acepción con la que hoy en día lo entendemos, nació en la Inglaterra del siglo XVIII, cuando los miembros del parlamento británico eran «asaltados» por grupos de presión que les hacían sus demandas a la entrada del edificio, de ahí el término: lobby en inglés significa vestíbulo.

¿Qué es un lobby?

Un lobby es un grupo de presión, que busca favorecer los intereses de determinado sector frente a la Administración. Por lo tanto, puede haber lobbies de muchos tipos, y las prácticas que utilizan para conseguir sus objetivos pueden ser muy variadas.

Qué tipos de lobby hay y dónde actúan

Los lobbies son especialmente fuertes en Estados Unidos, donde incluso están regulados mediante diversas leyes. De hecho, se estima que hay unos 17.000 lobbistas solo en la capital, Washington.

En Bruselas, centro del poder de la Unión Europea, se calcula que hay unos 10.000 lobbistas tratando de influir en las políticas comunitarias para defender los intereses de algún sector.

Los lobbies más importantes se corresponden con sectores económicos influyentes:

  • El lobby militar, por ejemplo, es muy poderoso en Estados Unidos, donde la presión de esta potente industria llega a tener influencia geopolítica en las decisiones internacionales de la primera potencia. Sin contar otras contiendas más pequeñas, desde 1961, EE.UU. se ha gastado unos dos billones de dólares en cuatro importantes guerras: Vietnam, la Guerra del Golfo, Irak y Afganistán. Como muestra del poderío de la industria militar, el presupuesto de Defensa del país norteamericano supera los 700.000 millones de dólares.
  • El lobby energético: las empresas energéticas tienen un gran poder. Tradicionalmente, las petroleras han estado entre las empresas más grandes del mundo, e incluso ahora conservan parte del poder, en medio del debate sobre la transición energética que se está produciendo a nivel mundial. Pero no solo las petroleras, las empresas del sector energético en general son poderosas, porque permiten «mover el mundo».
  • El lobby financiero: su presión consiguió en 1999 derogar la Ley Glass-Steagall, promulgada en 1933 (precisamente, después de la Gran Depresión), por la que se separaba la banca comercial de la banca de inversión, para evitar la especulación. Y de ahí, pocos años después, se produjo la Gran Recesión, iniciada por la caída de Lehman Brothers.
  • El lobby sanitario/farmacéutico: una de las partidas con mayor gasto en cualquier presupuesto público es la de Sanidad, y además, debido al aumento de la esperanza de vida, probablemente seguirá creciendo en los próximos años.
  • El lobby tecnológico: las grandes empresas tecnológicas contribuyen y manejan el avance de la sociedad, con enormes cantidades de dinero para invertir y manejando miles de millones de datos.
  • El lobby automovilístico: otra de las grandes industrias del mundo, con miles de millones de euros en inversiones, y millones de empleos generados, no solo directa, sino también indirectamente, a través de las industrias auxiliares.

Además, existen otros lobbies que no actúan por sectores, sino que están unidos por otras razones o están centrados en otros intereses, como el famoso lobby judío en Estados Unidos.

Cómo actúan los lobbies

Los lobbies tratan de influir en los políticos para cambiar las leyes a su favor. Lo que no quiere decir que necesariamente, sea algo turbio, sino que simplemente, tratan de convencer a los políticos.

Y otras muchas veces la labor de los lobbies consiste no tanto en presionar directamente (que también), sino en generar un estado de opinión en la sociedad que provoque que las autoridades políticas sean proclives a lo que ellos buscan. O por lo menos, que las leyes que se crean sean suficientemente abiertas e interpretables como para que se puedan encajar sus demandas.