La hiperinflación es un término utilizado para describir un estado de la economía en el que los precios suben de forma rápida, excesiva y descontrolada. Aunque no existe un consenso en qué cantidad de inflación pasa a considerarse hiperinflación, casos históricos de más de 50% de inflación mensual son una clara referencia.
Hiperinflación: precios que suben a diario
La hiperinflación es un fenómeno muy poco habitual en economías avanzadas, aunque podemos encontrar ejemplos en la historia de países como Alemania, o Argentina. Así como la inflación se suele observar con incrementos mensuales de los índices de precios, la hiperinflación tiene un efecto exponencial, con subidas de 5 a 10% diarios. Es una situación económica insostenible en la que el poder adquisitivo de la población se hunde.
Algunas de las consecuencias habituales de la hiperinflación es que la población tiende a acumular bienes físicos y alimentos, ya que el incremento desorbitado de precios produce escasez en los supermercados. También, cuando los precios se disparan de forma descontrolada, los ahorros en el banco pasan a perder su poder adquisitivo y en ocasiones la población recurre a intentar sacar todo su dinero produciendo corralitos bancarios.
¿Qué causa hiperinflación?
Hay dos principales factores que pueden influir de forma importante en la aparición de hiperinflación:
- Exceso de oferta monetaria.
- Pérdida de confianza en la economía y el sistema monetario.
Exceso de oferta monetaria
La hiperinflación históricamente ha ido asociada a periodos de depresión económica: sucede cuando una economía no crece y el desempleo aumenta durante años. En estos escenarios los bancos centrales suelen recurrir a incrementar la oferta monetaria para incentivar el consumo y la economía. Sin embargo, si se aumenta artificialmente la masa monetaria sin verse acompañado de crecimiento económico, el resultado puede ser una inflación excesiva. Entonces puede darse un círculo vicioso peligroso que podría desembocar en hiperinflación.
Pérdida de confianza en el sistema económico
La pérdida de confianza en el sistema económico es otro factor clave que solemos observar en momentos de hiperinflación. Los escenarios de guerra suelen provocar estas situaciones, donde las divisas pierden credibilidad en el mercado internacional y esto presiona a su vez los precios. Otro reflejo de esta pérdida de confianza suele ser una salida de los flujos de inversión de un país en dificultades.
Cuando los inversores internacionales no están dispuestos a asumir el riesgo asociado a una economía las salidas de capital devalúan todavía más la divisa, creando otro círculo vicioso que puede desencadenar en hiperinflación.
Hiperinflación: el caso de Yugoslavia en 1991
Uno de los episodios recientes y devastadores de hiperinflación tuvo lugar en Yugoslavia en los años noventa. Al borde de la disolución, el país había tenido una inflación de más de 75% anual en 1990.
En 1991 se descubrió que el líder de la provincia serbia, Slobodan Milosevic, había concedido préstamos a sus aliados de más de 1.400 millones de dólares. Esto obligó al banco central yugoslavo a imprimir cantidades excesivas de dinero para afrontar sus obligaciones financieras. La inflación empezó a duplicarse cada día hasta llegar a un increíble 313 millones por ciento al mes.
El gobierno tuvo que intervenir los agentes de producción nacionales y controlar los salarios para intentar evitar la escasez de alimentos. La producción nacional se detuvo y los salarios se redujeron en más de un 50%. Finalmente el gobierno logró estabilizar su economía sustituyendo su divisa por el marco alemán.
Este caso de hiperinflación, así como los otros que observamos en la historia, nos recuerdan el peligro de dejar incontrolada la inflación y la necesidad de adoptar una política económica y monetaria sensata para mantener el buen funcionamiento de la economía.
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