igualdad sexos

¿Por qué invertir en igualdad de sexos es positivo y cómo puedes hacerlo?

Los expertos no tienen ninguna duda: aumentar la diversidad de sexos en el trabajo e invertir en igualdad entre hombres y mujeres puede mejorar la rentabilidad de las empresas y de las carteras de los inversores. No se trata de excluir a los hombres, sino de incluir más mujeres para que la diversificación amplíe las perspectivas y mejore la toma de decisiones.

Es importante entender que la diversidad de sexos no es solo incluir mujeres bien formadas profesionalmente en puestos relevantes de las empresas. También supone invertir en productos y servicios que ayuden a mejorar las vidas de las mujeres y las niñas.

Bien es cierto que el cambio está en marcha con muchas normas que obligan a la igualdad de oportunidades para los dos sexos. Sin embargo, el verdadero motor del cambio son una mayor demanda de transparencia y de políticas inclusivas en las empresas en las que invertimos. Y los inversores demandan esta igualdad no solo para que el mundo sea un lugar mejor, sino porque da lugar a empresas más innovadoras y rentables.

Las empresas diversificadas generan más beneficios

Según una investigación de Morgan Stanley del año 2016, existe una correlación entre una plantilla más igualitaria y unos mayores retornos. La rentabilidad relativa de las empresas más inclusivas superaba en dos puntos porcentuales la del resto.

Durante el periodo de estudio de seis años, las empresas más diversificadas ofrecían un ROE (rentabilidad por acción) un 1,1% mayor que el de las empresas con baja representación femenina. La evidencia también vincula la diversidad de sexo con una menor volatilidad en la rentabilidad por acción.

Existen cinco razones que explicarían estos resultados:

  • La satisfacción de los empleados: la diversidad está correlacionada con la implicación de los empleados. Y la felicidad de los trabajadores produce mejores productos y servicios. Además, es más caro fichar nuevos empleados que mantener a los que ya se tienen. Así, mantener a la plantilla motivada e implicada mejora a la propia empresa.
  • Mejor oferta laboral: que los trabajadores puedan equilibrar su vida con su trabajo a través de programas flexibles, teletrabajo, permisos por paternidad o maternidad, etc. impulsa también la rentabilidad, pues permiten atraer talento. Y eso se produce especialmente en países desarrollados donde hay menos empleados especializados o se está produciendo un envejecimiento de la población.
  • Innovación: una perspectiva más plural en la toma de decisiones mejora el resultado final a la hora de crear nuevos productos y servicios. Si todos los que toman las decisiones fuesen hombres con el mismo perfil y procedencia, sin duda, habría puntos ciegos en la directiva.
  • Mejor comprensión del cliente: la diversificación mejora también la percepción que tiene la empresa de toda la base de clientes. Y abre la oportunidad de acceder a nuevos mercados que generen nuevos y mayores beneficios.
  • Riesgo reputacional: cada vez hay más noticias negativas sobre malas prácticas corporativas en todo tipo de situaciones. Tener una buena imagen como empresa diversificada e igualitaria puede ayudar a mitigar las malas noticias cuando y donde quiera que surjan.

Para resumir todo lo anterior, la diversidad es un cambio a mejor en la sociedad en la que vivimos y en el que todos podemos tomar parte a través de nuestras inversiones personales.   

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Cómo integrar la diversidad en las carteras

Según la agencia Bloomberg, solo durante el año 2018, se crearon al menos ocho fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) centrados en la igualdad de sexos, lo que da una idea de cómo ha cambiado la percepción y la demanda de los inversores globales.

Sin embargo, ¿cómo se puede incluir este concepto en una cartera? Aquí dejamos tres estrategias a considerar:

  • Evitar las empresas menos diversificadas: los inversores son capaces de encontrar esas empresas que ofrecen una escasa diversidad de sexo simplemente mirando los consejos de administración. Así, pueden evitar tener en cartera compañías con un mayor riesgo reputacional o peores ofertas laborales para retener el talento.
  • Buscar las empresas que lideran el cambio: los inversores también pueden buscar esas empresas que lideran la diversidad en los niveles directivos más altos o con programas de igualdad de sexos en el puesto de trabajo. Estas firmas pueden ofrecer la perspectiva de una mayor productividad e innovación y una mejor toma de decisiones. Además de retener mejor el talento, y de llegar y retener mejor a los nuevos y antiguos clientes.
  • Invertir en firmas que más creen en las mujeres: esta estrategia consiste en buscar empresas que ofrezcan no solo igualdad en sus plantillas, sino productos y servicios diseñados para mejorar las vidas de mujeres y niñas, especialmente esas que están marginadas por ser pobres, tener un bajo nivel cultural, haber sido madres solteras, mujeres maltratadas o vivir en zonas rurales.

Para terminar, los expertos coinciden en que los inversores pueden ser parte activa en las causas que les importan eligiendo una de las estrategias anteriores, tanto en los mercados públicos como en los privados; y tanto en inversiones de renta fija, como de bolsa. En España se comercializa un fondo de inversión de la gestora RobecoSAM centrado en esta temática.

La clave no es tanto, afirman, la estrategia que se utilice, como el hecho de reconocer que las inversiones centradas en igualdad de sexos pueden ser un criterio relevante a la hora de construir una cartera. De esta manera, se conseguirá una inversión que alcance los objetivos financieros deseados al tiempo que se integran los objetivos de diversidad.

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