Nuestra confianza en los índices de confianza

Uno de los tópicos más recurrentes en la prensa económica es la importancia que la confianza de los inversores y consumidores tiene para el buen funcionamiento de la economía. Es una noción llena de sentido común, ya que invertir consiste en emplear recursos en el presente para obtener beneficios futuros, y para ello es necesario confiar en ese futuro.

Dada la importancia de este factor, los economistas han desarrollado métodos para intentar medir esa confianza. Dos de las encuestas más importantes a nivel mundial son la que realiza el Conference Board y la Universidad de Michigan, que estudian la confianza del consumidor de EE.UU. Además de estas, hay algunas más específicas del sentimiento de los inversores, como las encuestas alemanas ZEW e IFO.

En este repaso no puede faltar la labor que hacen los PMI (Purchasing Managers Index), que extraen conclusiones de los cuestionarios que rellenan directivos de empresas sobre las previsiones de producción, pedidos, empleo y precios dentro de su negocio. Además, esta encuesta tiene la ventaja de que se publica para la mayoría de países del mundo, por lo que permite comparar los resultados entre diversas regiones.

 

El punto de vista del inversor

Como inversores, sin embargo, nos interesa saber si esta medición de la confianza afecta al futuro de la economía o simplemente refleja lo que ha pasado recientemente. Un estadístico hablaría de la diferencia entre causalidad y correlación.

Si hubiera causalidad veríamos que una cosa causa la otra. En este caso la confianza de los inversores causaría buenos resultados económicos. Es decir, cuando la confianza es alta el resultado en el futuro próximo es bueno. Por el contrario, si sólo hay correlación, no existe esta relación causa-efecto. Veríamos que cuando la economía va bien la confianza es alta y viceversa. En este caso observaríamos que la confianza refleja lo que ha pasado recientemente, pero no tiene poder de predicción.

La elaboración del indicador

Antes de mirar los datos, tenemos que entender cómo funcionan los plazos de publicación de los índices de confianza. Las encuestas se realizan a lo largo de un mes y al mes siguiente se publica una media de los resultados obtenidos. Por tanto, cuando se publica el índice de confianza de Junio, estamos conociendo la media de confianza que expresaron los participantes encuestados a lo largo del mes de Mayo.

Sabiendo esto, es fácil entender que sí que hay un ligero fenómeno causa-efecto, pero contrario al que se suele creer. No parece ser la economía la que mejora gracias a la confianza, sino la confianza la que aumenta cuando la actividad económica es positiva. De hecho, conociendo la evolución de los mercados en un mes, es bastante fácil estimar dónde se va a situar el próximo indicador de confianza.

Ejemplo Práctico

Veamos la relación que ha habido en los últimos 10 años entre el indicador elaborado por la Universidad de Michigan (Consumer Sentiment Index) y la evolución del principal índice bursátil norteamericano, el S&P500.

FRED

La primera impresión es que la confianza era muy elevada alrededor de 2007, uno de los peores momentos históricos para invertir en renta variable norteamericana. Es verdad que el indicador parece anticipar a mediados de 2008 la caída brutal que llevaría a los mínimos de marzo 2009. Sin embargo, la volatilidad del indicador no era fácil de interpretar, con la recuperación rápida del indicador justo antes de la caída a principios de 2009.

En la segunda mitad del 2011 la confianza volvió a desplomarse. Los inversores que hubieran vendido posiciones en aquel momento probablemente se habrían perdido la fuerte subida que registró la bolsa americana en los siguientes años.

Vemos que no es fácil sacar conclusiones solventes de la evolución posterior de los mercados a partir del índice de confianza.

El caso español

En España es el CIS el que se ocupa de elaborar esta estadística publicando el ICC: indicador de confianza del consumidor. Se pregunta a los encuestados sobre cómo valoran la situación económica presente y cuáles son sus expectativas futuras con un semestre como horizonte temporal. El indicador oscila entre 0 y 200 y el propio CIS considera que un indicador por encima de los 100 es señal de percepción positiva por parte de los consumidores mientras que por debajo de los 100 muestra pesimismo.

Conclusión

Los seres humanos tendemos a realizar nuestras predicciones futuras muy influenciados por los acontecimientos recientes. Los indicadores de confianza aspiran a aportar información sobre la evolución de la economía en los próximos meses. En realidad son una buena muestra de la percepción actual de los consumidores, que sin embargo suele venir influenciada por la evolución reciente de los mercados.