No está siendo el 2020, sin duda, un año fácil para la bolsa española, que se sitúa entre los mercados más rezagados, y con algunos valores especialmente castigados.
Esta situación, no obstante, no es única en la bolsa española, sino que se repite prácticamente en todos los mercados mundiales, a excepción de algunos, como el estadounidense.
En Wall Street, han brillado de forma especial algunos valores tecnológicos, lo que de nuevo hace que se reabra el debate entre algunos expertos sobre la posibilidad de que se esté generando una nueva burbuja. Algunos de estos valores ganaban antes, ganaron durante y parecen abocados a ganar después de la pandemia por el COVID-19.
Que la tecnología es una megatendencia parece obvio, si bien hay otras muchas tendencias que los inversores no tienen tan presentes y que podrían ser alternativas más que interesantes para conformar una buena cartera de valores con la que planificar a futuro.
La tecnología es una megatendencia… ¿en burbuja?
En La Financiere de L’Echiquier señalan que muchos de los valores tecnológicos que actualmente se están disparando han demostrado que son merecedores de tal rentabilidad. Y no ven burbuja en estas empresas, porque consideran que no faltan razones para su avance. Así, argumentan que los títulos ligados a internet se benefician automáticamente de ciertos factores derivados de la actual situación, como el aumento de la incertidumbre por la crisis sanitaria; solo tenemos que pensar, a modo de ejemplo, en el comercio online.
Si en el futuro las circunstancias obligan a imponer nuevos confinamientos locales, si el teletrabajo perdura o si la incertidumbre sanitaria se instala durante meses o años, los valores vinculados a la desmaterialización y la robotización tienen muchos motivos para seguir avanzando.
Aunque nadie que sean estos los motivos para apostar por el sector, lo cierto es que cuanto más larga sea la crisis, más se beneficiarán cierta tipología de empresas, al quedar enmarcadas en temáticas en pleno desarrollo a largo plazo:
- En general, su aportación de carbono es razonable.
- Participan en la investigación de eficiencia energética o productiva.
- Contribuyen a los desafíos universales, como el acceso a la educación, la asistencia sanitaria, el ocio o la sociabilidad.
Si inviertes a largo plazo, la valoración actual no es tan relevante
La clave es el tiempo: los inversores ven que los tipos de interés siguen bajos y esperan que se mantengan así durante años o décadas. Por lo tanto, algunas valoraciones que podrían parecer caras hoy podrían no serlo tanto si se trata de inversiones a largo plazo.
Por ejemplo, desde Goldman Sachs explican que todavía ven oportunidades en la industria de la ingeniería aeronáutica. La respuesta es simple: “No invierto para hoy, sino para los dos o tres próximos años en adelante. Invierto en la tendencia estructural del crecimiento en los viajes por avión, en particular en los mercados emergentes. Por lo tanto, espero que la gente vuelva a volar”.
Con un criterio similar, hay valores que están descontando el miedo en el corto plazo, por lo que las grandes cadenas de cruceros parecen una inversión inapropiada. Lo mismo que las de parques de atracciones u otro tipo de entretenimientos.
Sin embargo, las personas nos adaptamos y,a largo plazo, el coronavirus no cambiará las grandes tendencias principales. Puede que retrase alguna de ellas, como el viajar en avión, pero también puede acelerar otras. En este sentido, Goldman Sachs apunta al teletrabajo, al aumento del consumo online o de los pagos sin contacto como tendencias que podrían acelerarse.
El COVID-19 es un cisne negro de esos que sacuden al mercado y dirigen toda la atención al corto plazo. Precisamente por ello, puede generar oportunidades para un trader de corto plazo, pero, sin embargo, para un inversor que planifique más su cartera, el foco debería ponerse en las tendencias estructurales fundamentales, las megatendencias. Además, se trata de preguntas más fáciles de responder para un inversor: ¿qué empresas se beneficiarán de las megatendencias? ¿qué megatendencias hay ahora?
¿Qué tal la tendencia a la innovación?
Los expertos de KPMG apuntan a los grandes cambios acontecidos en las últimas décadas en la economía mundial. Destacan que los países líderes en nuevas tecnologías, como Estados Unidos, Japón, Corea y China podrán sobrellevar la crisis mejor. Lo justifican en que este tipo de productos y servicios engloban el mejor capital humano, actúan en el mercado global y tienen de su lado las grandes empresas tecnológicas. Además, ayuda que sus economías ya eran más flexibles y competitivas antes de la crisis.
¿Y Europa? Los países del norte, principalmente Alemania y Países Bajos también cuentan con un elevado desarrollo industrial y tecnológico, pero principalmente aplicado a sectores tradicionales como automóvil, química o farmacia. A pesar de su alta productividad, están más expuestos que los países antes mencionados como líderes tecnológicos, ya que son más dependientes de las cadenas de valor globales y no tienen ningún gigante tecnológico nacional dentro de sus fronteras.
Como claro ejemplo de un tren tecnológico que Europa ha perdido frente a EE.UU., Japón, China y Corea del Sur, está la implantación de la 5G, que podría ser la punta de lanza de un cambio del poder económico mundial. Otras megatendencias tienen que ver con el cambio climático y la escasez de recursos, la demografía y los cambios sociales, o el urbanismo y las megaciudades, tal y como apuntan desde la firma estadounidense BlackRock.
En Singular Bank también lo tienen claro: las megatendencias son inversiones que tienen un denominador común: su capacidad para generar cambios profundos y permanentes en la sociedad, por lo que tienen muchas posibilidades de convertirse en los motores de crecimiento futuro. Podría ocurrir, pero no esperemos invertir hoy en una megatendencia para obtener rentabilidad mañana. Su sitio está en la planificación de una cartera a medio y a largo plazo. No entienden de cisnes negros ni de crisis e, incluso, algunas se ven reforzadas por estas tristes situaciones.
¿Alguien duda de que el trabajo ya no volverá a ser nunca el mismo? El teletrabajo ha llegado para quedarse y, con él, las aplicaciones que ayuden a facilitarlo cobrarán especial auge: plataformas para webinars y videoconferencias, herramientas de control de asistencia, equipos tecnológicos para los hogares, refuerzo de la ciberseguridad en la actividad remota…son solo algunos de los ejemplos de temas que han experimentado fuerte crecimiento y que, posiblemente, sigan en auge.
El cuidado de la salud también experimentará transformaciones. Ya antes de la pandemia empezaba a coger fuerza entre las nuevas temáticas de inversión, y después de lo vivido lo hará más aún. Elementos de higiene, medicamentos, vacunas, sistemas de detección…, podrían hacer que algunas empresas del sector salud fueran algunas de las claras ganadoras en los próximos años.
Una de las principales temáticas en los próximos años podría ser la tecnología unida a la salud, un potente cóctel: nuevas técnicas para las operaciones complejas, utilización de robots para ayuda de limpieza o como asistente en hospitales, mejora de diagnósticos…un mundo de posibilidades que, muy probablemente, crecerá de forma exponencial.
Esta tecnología también puede ligarse a otra tendencia de gran importancia, el envejecimiento de la población. La robótica, por ejemplo, puede ser de aplicación para paliar algunos problemas de nuestros mayores, en aquellas sociedades más envejecidas. Los robots podrán ayudar en ciertas tareas a los ancianos que vivan solos, y en este campo se espera también un amplio desarrollo.
Los cambios en los sistemas de enseñanza. En el ocio. En el consumo. En los pagos. En la forma de construir las nuevas viviendas. Cambios, cambios y más cambios.
La operativa con productos cotizados está dirigida a inversores que deben tener experiencia y conocimientos financieros suficientes para invertir en ellos. La inversión en estos productos requiere una vigilancia constante de la posición ya que comportan un alto riesgo y se puede perder el 100% del capital invertido.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
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