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Los simuladores de bolsa

simulador de bolsa

La maestría se adquiere a través de la práctica; ¿y qué es la práctica, sino el acto de experimentar? Eso sí: los experimentos, con gaseosa. De igual modo que un boxeador dispone de sparrings y un piloto de programas virtuales de entrenamiento de vuelo, los aspirantes a inversores y traders cuentan con simuladores de bolsa para ‘foguearse’ con operaciones ficticias antes de dar el paso de poner dinero real en circulación.

¿Qué es un simulador de bolsa?

Los simuladores de bolsa son programas informáticos que imitan de la forma más aproximada posible el entorno inversor bursátil, concediendo a sus usuarios un capital ficticio para invertir en operaciones, también ficticias.

Esta definición se parece mucho a la de un videojuego, pero nada tiene que ver con el ocio. Se trata más bien de plataformas de aprendizaje profesional destinadas a adquirir los conocimientos y la experiencia necesarios sin incurrir en un riesgo real.

Y, al contrario de lo que sus características puedan sugerir, no son un producto orientado sólo a neófitos: incluso los inversores de más alto nivel los utilizan.

Tipos de simulador de bolsa

La clasificación de los simuladores de bolsa depende del criterio que apliquemos.

Según el activo financiero

Los simuladores de bolsa según el tipo de activo financiero con el que se opere pueden ser:

Según el tipo de simulación

Por otro lado, según el tipo de simulación, encontramos:

Ventajas y desventajas de un simulador de bolsa

A continuación, describiremos las ventajas e inconvenientes, o más bien, limitaciones de los simuladores de bolsa:

Ventajas

Las ventajas son inacabables, y abarcan todo lo que aporta el aprendizaje paciente a cualquier actividad humana. A través de un simulador de bolsa, estamos asistiendo a una clase práctica sobre inversiones, empapándonos del funcionamiento de los mercados, conociendo nuevos conceptos financieros y reforzando otros… Y todo ello sin riesgo alguno para nuestro patrimonio.

Son, por tanto, un instrumento ideal para empezar a familiarizarse con el mundillo inversionista e ir superando poco a poco las reticencias; o bien, si ya se cuenta con un cierto nivel de experiencia, para probar nuevos escenarios, proyectos y mercados.

Desventajas

Más que de desventajas, se puede hablar de las limitaciones propias de un programa informático. Por muy meticulosos que sean sus procedimientos, un simulador nunca podrá introducir todas las variantes presentes en una operación real; de igual modo que no es lo mismo jugar al ajedrez con la CPU de un PC que hacerlo con un adversario humano.

Además, el nivel de estrés no es el mismo, y el componente emocional que implica tomar decisiones con dinero real también está ausente.

Por otro lado, este tipo de plataformas suelen ser más tolerantes con los riesgos (virtuales) que el mercado.

¿Cómo elegir el mejor simulador de trading?

En general, están diseñados para ofrecer simulaciones de renta variable menos complejas que las operaciones que tienen lugar en el mundo real, sin tantos condicionantes y fluctuaciones.

Sin embargo, al tratarse de productos didácticos, difieren en el nivel de dificultad, pudiendo encontrarse desde aquellos más básicos que imitan los mercados más accesibles —como el IBEX-35— hasta aquellos que ponen al usuario en entornos inversores peliagudos, como los mercados internacionales o los fondos cotizados.

Hay decenas de plataformas dedicadas a la simulación de operaciones bursátiles, pero citaremos tres de los más utilizados. De las primeras, más básicas, Stock Trainer: Virtual Trading; mientras que entre los más optimizados destacan MetaTrader o ActivoTrade.

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