Algunos conceptos que utilizamos para estudiar las cuentas de las empresas pueden ser muy útiles para manejar mejor la planificación financiera doméstica o lo que es lo mismo, la economía doméstica. Las empresas cotizadas están obligadas a llevar una contabilidad según una normativa muy específica, pues en base a ella podemos implementar algunos de sus criterios para mejorar las finanzas de casa.
La función del Director Financiero en una empresa es tremendamente importante. Es el encargado de planificar y ejecutar la gestión económica de la empresa para que el negocio pueda atender todas sus obligaciones financieras y prosperar. De la misma manera debemos ser buenos directores financieros de nuestra economía doméstica para poder disfrutar de una buena salud financiera y lograr nuestros objetivos económicos.
Como parte de los estados financieros que una empresa auditada debe preparar y presentar ante el regulador se encuentra el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y el estado de flujos de caja. Hoy nos centraremos en este último que será de vital importancia para su planificación financiera doméstica.
¿Qué es el estado de flujos de caja de las empresas?
Los flujos de caja de una empresa representan los recursos líquidos que ha generado una empresa en un periodo de tiempo determinado. Por su parte, la cuenta de pérdidas y ganancias de una empresa se calcula siguiendo el criterio de devengo.
Esto significa que se anota en la cuenta de pérdidas y ganancias el ingreso o el gasto cuando se adquiere el compromiso del mismo. Pero no implica que la empresa haya recibido todavía el dinero. El efectivo líquido concreto que entra y sale de las cuentas de la empresa se refleja en el estado de flujos de caja.
De ahí que muchos analistas consideren fundamental revisar y estimar el flujo libre de caja, para estimar la verdadera capacidad de las empresas de generar beneficio.
¿Refleja el flujo de caja la realidad de las finanzas?
Puesto que los flujos representan la entrada y salida de dinero de las arcas de las empresas, se podría pensar que estos representan la realidad mejor que ningún otro parámetro. Sin embargo, como todas las métricas, el estado de flujos tiene sus limitaciones.
Por ejemplo, cuando una empresa realiza una inversión en maquinaria que va a producir beneficios en muchos años venideros, es lógico que ese gasto se reparta a lo largo de los siguientes ejercicios y se contabilice de esta manera. De lo contrario, parecería que la empresa ha perdido muchísimo dinero en este ciclo contable, en lugar de haber realizado una inversión a largo plazo.
¿Cómo puedo aplicar el concepto de flujo de caja a mis finanzas personales?
Como hemos visto, el estado de flujos de caja representa el ingreso y salida de dinero y un punto importante en la planificación financiera doméstica. Si aplicásemos estos estados financieros en el ámbito doméstico, deberíamos registrar toda entrada y salida de dinero. En líneas generales, es precisamente lo que hacemos cuando llevamos un registro de gastos del día a día.
Este estado de flujo de caja personal aportaría una visión clara de cuánto dinero hay en cada momento en las cuentas bancarias, y cuánto disponible. Pero al igual que las empresas, también interesa tener claro qué gastos se producen a lo largo del tiempo.
Así, por ejemplo, si queremos comprar un coche, tendremos dos opciones: o ahorrar periódicamente hasta tener la cantidad necesaria para adquirirlo, o conseguir el dinero prestado y pagarlo a plazos. En ambos casos hay que tener claras cuales son las implicaciones para el flujo de caja personal, para poder escoger la opción que más interese y gestionar las finanzas personales y familiares de la mejor forma posible.
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