Los bajos tipos de interés provocados por la expansión cuantitativa tienen múltiples efectos en la economía, algunos de ellos incluso anómalos. No solo han permitido la bajada del euríbor hasta tipos históricamente bajos, por debajo de cero, sino que también ha reducido enormemente la rentabilidad de algunas inversiones.
Los depósitos bancarios apenas ofrecen rendimiento y la Deuda Pública tampoco es una buena alternativa en ese sentido, puesto que su rentabilidad también roza el cero, e incluso en algunos casos es negativa.
En esta coyuntura, las Bolsas de valores se han convertido en la inversión estrella. Las norteamericanas caminan por sus máximos históricos, al igual que el DAX alemán. Incluso el índice español de referencia, el IBEX 35, aunque parezca que esté lejos del máximo histórico alcanzado en 2007 (casi 16.000 puntos), en realidad si tenemos en cuenta los dividendos (el llamado IBEX Total Return) también transita en sus niveles máximos de todos los tiempos.
Muchos se preguntan si es posible todavía incorporarse a la renta variable para obtener una buena rentabilidad o es demasiado tarde ya. Al fin y al cabo, se cuenta que el millonario Rockefeller dijo que cuando su limpiabotas le hablaba de invertir en bolsa era cuando él consideraba que había que vender todo. Al igual que él, algunos analistas indican que cuando todo el mundo piensa en entrar en la Bolsa (aunque no tengan conocimientos de este mundillo) es momento de salir.
¿Es buen momento para subirse a la Bolsa?
Si nos guiamos por la lógica, podríamos pensar que no. En diversos artículos de este blog hemos hablado del value investing y de cómo grandes inversores, como Buffett, Philip Fisher o Peter Lynch han buscado, cada uno con sus peculiaridades, empresas que valieran más de lo que reflejaba su cotización.
Desde este punto de vista, cuanto más cara esté la Bolsa, más complicado será encontrar estos valores y, por el contrario, es más fácil que nos equivoquemos y paguemos un sobreprecio, aunque estemos comprando acciones de una empresa sólida y con futuro.
En este sentido, es conveniente recordar la parábola del maestro de Buffett, Benjamin Graham, sobre Mr. Market. Graham señala que, probablemente, lo más inteligente sea lo contrario, vender cuando el mercado está muy elevado y comprar cuando está muy bajo, al contrario de lo que se suele hacer.
Además, también existe cierto riesgo de que haya una caída considerable de los mercados. El vértigo provocado por la altura alcanzada, unido a algún factor geopolítico (brexit, actuaciones de Donald Trump, elecciones en Alemania, atentados, guerras…), podría ocasionar alguna bajada importante.
Sin embargo, también hay varias razones que irían en favor de la inversión en Bolsa:
Hay pocas alternativas para obtener rentabilidad
Como indicábamos, las opciones para los inversores están hoy en día bastante limitadas. Los depósitos apenas dan rentabilidad, la renta fija se mueve cercana al cero o incluso en negativo y valores refugio, como el oro, navegan bastante lejos de sus máximos históricos (como es lógico, por otra parte, ya que tiende a subir en situaciones de crisis).
Aunque la inflación está baja, si queremos obtener una rentabilidad por encima de ésta, la Bolsa es, probablemente, la mejor alternativa (otra cuestión distinta es, por supuesto, qué valores se compran y qué riesgo comportan).
Muchos valores se encuentran en subida libre
Muchos inversores acostumbran a buscar valores de firmas sólidas que estén en una situación de subida libre. Es decir, que han superado sus máximos históricos, lo cual tiene connotaciones alcistas, puesto que todos los inversores que poseen estas acciones las han comprado a un precio inferior, con lo cual no tienen una prisa especial por deshacerse de ellas.
Esto refuerza la tendencia de la acción al alza, porque habrá más demanda que oferta, situación que, además, se retroalimenta. Si, como decíamos, esto se apoya en la solidez de la compañía, puede ser una apuesta ganadora, simplemente con dejar que vaya subiendo o estableciendo un stop loss dinámico para estar protegidos.
Cómo elegir acciones en una bolsa en máximos
Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, se puede entrar en la bolsa estando en máximos. Pero, ¿qué acciones comprar y en qué momento hacerlo? Aquí no entraremos a citar valores concretos, sino que te daremos unas pautas generales:
- Busca compañías sólidas y con futuro: aunque pueda haber empresas más rentables a corto plazo, si elegimos compañías con un buen nivel de beneficios, con una situación de tesorería saneada, diversificadas globalmente, con un negocio asentado y con futuro… aunque su cotización actual sea elevada, tendrán más posibilidades de seguir creciendo en el futuro.
- Analiza la beta de las acciones: si el mercado está en máximos históricos, se requiere cierta prudencia, así que elegir acciones con una beta inferior a uno (que varían menos que lo que lo hace el mercado), es decir valores más bien defensivos o refugio, puede ser una opción prudente, ante una hipotética caída del mercado.
- Aprovecha las caídas: aunque la tendencia de la bolsa está siendo alcista, el movimiento es, como siempre, en forma de dientes de sierra. En el camino puede haber bajadas del 5-10% (o incluso mayores), que pueden ser aprovechadas para entrar en ese mercado al alza.