Enterprise value: cuando el tamaño de la deuda sí importa

La capitalización bursátil de una empresa es simplemente el número de acciones de una empresa multiplicado por su precio. El resultado es el valor total de la empresa en bolsa. En teoría podríamos comprar la empresa en su totalidad pagando este precio, es decir, adquiriendo todas las acciones al precio actual de mercado.

Este cálculo de su valor sirve a los inversores para contextualizar el precio que están pagando por las acciones de la empresa con respecto a otros parámetros como puede ser el beneficio obtenido por la empresa.

El indicador más conocido es el ratio PER, con el cual los inversores observan el precio que están pagando por acción con respecto al beneficio anual.

El PER, como todos los ratios, puede ser muy útil, pero también tiene una serie de problemas. Uno de los más evidentes es que no tiene en cuenta el nivel de deuda que tiene la empresa. Este hecho puede distorsionar la visión que tenemos de la rentabilidad subyacente del negocio.

Una de las soluciones que han encontrado los analistas es utilizar el Enterprise Value (EV), que podríamos traducir como valor de empresa, en lugar de la capitalización bursátil.

El Enterprise Value se calcula de la siguiente manera:

Capitalización bursátil

+ deuda

+ intereses minoritarios

– efectivo y equivalentes

A excepción de la capitalización bursátil, los demás datos se pueden obtener de los estados financieros presentados periódicamente por la empresa, concretamente del balance de la empresa.

La ventaja de utilizar Enterprise Value en lugar de simplemente la capitalización bursátil es que tendremos en cuenta el nivel de deuda de la empresa a la hora de calibrar si estamos pagando mucho o poco por los beneficios que genera.

No debemos confundir en Enterprise Value con el dinero que pagaríamos a los propietarios en una hipotética compra. El EV es el precio que nos costará a nosotros la operación una vez sumemos el dinero a pagar a los anteriores accionistas (capitalización bursátil) y la deuda que asumiremos, y le restemos el dinero que tiene la empresa en caja, que pasará a ser nuestro.