Todos soñamos con tener una vida mejor en el futuro, pero no siempre dedicamos el tiempo necesario para planear y convertir esos sueños en realidad. La idea de hacer un plan financiero puede sonar excesivo para mucha gente, pero la realidad es que una planificación de calidad es la herramienta que nos ayudará a conseguir nuestras metas vitales, a la vez que disfrutamos de nuestro día a día.
¿Hacer un plan financiero o un plan de vida?
Pensar en realizar un plan financiero para el futuro suena aburrido. Es una de las razones por las que mucha gente descarta la idea. En cambio, pensar en todas las cosas que nos gustaría hacer en esta vida sí es algo que se hace gustosamente, ya que ilusiona pensar en las cosas bonitas por llegar.
La realidad es que un plan de vida sin un plan financiero está incompleto, al igual que un plan financiero en abstracto, sin tener en cuenta nuestros objetivos vitales, tampoco tendría sentido. Son dos caras de la misma moneda y deberían ir de la mano.
Pensar en las cosas que queremos lograr y hacer en la vida nos dará las pautas necesarias para elaborar un plan financiero que apoye nuestros proyectos y nos ayude a convertirlos en realidad. Un buen plan financiero es aquel que tiene en cuenta lo que queremos y nuestras necesidades, así como nuestras circunstancias, y nos ayuda a cumplir y obtener nuestras metas.
Especificar nuestras prioridades
Todos sabemos que no se puede tener todo en esta vida. Irremediablemente perseguir algunos sueños hará que tengamos que sacrificar algunas cosas por el camino. Por eso es tan importante establecer prioridades. La esencia de todo buen plan financiero es establecer prioridades: diferenciar y clarificar nuestros objetivos. Porque, sin detenernos a analizar nuestras prioridades podemos encontrarnos con que dedicamos inconscientemente demasiado tiempo y recursos a objetivos que realmente no nos satisfacen.
Clarificar nuestros valores para comprender aquellas cosas que realmente nos aportan felicidad es uno de los principales objetivos de un plan financiero y de un plan de vida. Al poner todos estos aspectos en perspectiva nos resultará más fácil elegir adecuadamente en el momento en que la vida nos presente situaciones donde debemos tomar decisiones importantes.
Aunque no siempre será fácil clarificar las prioridades. Hacerlo significa implícitamente dejar en segundo lugar otros objetivos que también consideramos importantes. En cualquier caso, tener claridad en este sentido nos ayudará a vivir la vida que queremos y disfrutarla al máximo.
¿Queremos cosas o experiencias?
Muchos consideran que una de las señales de éxito profesional es poder adquirir cosas deseadas: una segunda residencia, un coche de lujo, bienes y servicios exclusivos… Todo esto puede mejorar nuestra calidad de vida y efectivamente, proporcionar cierto grado de bienestar, pero cada vez son más los profesionales que valoran la riqueza y abundancia de experiencias y vivencias.
No siempre tiene sentido dejar las cosas que queremos vivir para el día de mañana. Porque, aunque la jubilación puede ser una etapa vital muy bonita, no conviene llegar a ella con la sensación de no haber vivido plenamente hasta ese momento. Esta es precisamente, una de las principales razones por las que nos cuesta tanto ahorrar e invertir.
El ahorro supone sacrificar nuestra capacidad de adquisición presente a cambio de capacidad de adquisición futura. Este sacrificio es más llevadero si tenemos claro cuales son los objetivos futuros a los que aspiramos y la importancia que tienen para nosotros.
Las decisiones del día a día
La mayoría de decisiones que tomamos a diario impactan nuestras finanzas. El consumo es una constante en la vida moderna y disponemos de infinidad de ocasiones para gastar. Sin embargo, vivir pendiente de ello constantemente es casi seguro una receta para la insatisfacción. Por ello, es muy importante desarrollar un plan en el cual podamos confiar y que nos deje el suficiente margen como para poder llevar nuestro día a día sin excesivas preocupaciones.
Tener una visión global de nuestras finanzas y nuestra realidad económica nos permitirá saber qué nos podemos permitir hoy y cómo mejor actuar en nuestro día a día para lograr nuestras metas mañana.
En busca de un equilibrio
Disponer de una seguridad económica en el futuro es importante para todos. Pero tampoco queremos que la vida nos pase de lado sin disfrutarla al máximo. Este equilibrio entre recursos actuales y recursos futuros siempre es delicado. Un buen plan financiero complementará a la perfección nuestros objetivos vitales, nos dará una pauta adecuada para poder disfrutar del presente sin poner en peligro nuestro bienestar futuro.
Desarrollar un plan financiero de calidad nos permitirá modular nuestro estilo de vida acorde a nuestras aspiraciones futuras, poniendo de manifiesto nuestros valores y circunstancias. Hará posible que obtengamos todo aquello que realmente nos importa, y disfrutemos del camino.
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