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De dónde sale el dinero y para qué ahorramos en casa: así pueden crecer aprendiendo de finanzas

El Día de la Educación Financiera se celebra el 7 de octubre de 2019. Vamos a aprovechar esta fecha especial para recordar algunas pautas de ahorro y ver cómo podemos ir enseñando a los más pequeños, para que aprendan de forma natural y sencilla a manejar sus finanzas.

Por qué es importante tener una cultura financiera

En Self Bank no nos cansaremos de repetir la importancia de tener cierta base en el manejo del dinero, ya que para nosotros es prioritario el conocimiento del mundo financiero con un lenguaje claro y sencillo. Este lema está muy en línea con lo que propugna el propio Día de la Educación Financiera y con el Plan de Educación Financiera, promovido por la CNMV y por el Banco de España.

Se trata de que todos sepamos llegar a fin de mes, ahorrar, invertir, manejar adecuadamente el endeudamiento, afrontar las distintas etapas de la vida, entender los distintos productos bancarios que existen (al menos, los productos no complejos) y evitar posibles errores por malos entendidos o desconocimiento de algún aspecto.

No se trata de convertirse en expertos financieros, ni descartar que, en ocasiones, sea necesario acudir a profesionales para realizarles algún tipo de consulta, pero sí que es totalmente aconsejable, reiteramos una vez más (¡a riesgo de ser pesados!) tener una buena base financiera.

Y, como suele suceder en muchos ámbitos de la vida, lo mejor es ir aprendiendo desde pequeños. ¿Cuál es la mejor manera de hablar un idioma? Desde la más tierna infancia. Pues con las finanzas ocurre lo mismo, «simplemente» hay que ir adaptando las enseñanzas a las distintas etapas de la vida.

Pautas con los hijos cuando son pequeños

Dar ejemplo

Los niños aprenden muchas cosas observando lo que pasa y lo que se hace en su casa. Por eso, es primordial dar ejemplo.

Si ven que sus padres siempre cuentan con un fondo de emergencia con el que afrontar situaciones imprevistas, adoptarán ese mismo modelo sin darse cuenta. Pero si ven que sus progenitores son los reyes de las compras por impulso, o que usan la tarjeta con demasiada alegría, lo mismo. ¡Ojo con el ejemplo que les damos!

Háblales sobre el dinero

A veces, tendemos a sobreproteger a nuestros hijos. Para qué hablarles de dinero, de lo caras que son las cosas, de lo complicado que puede ser a veces llegar a fin de mes…

No es necesario estar todo el día recordándoselo, pero es conveniente que sepan que el dinero es necesario para vivir, y que cuesta trabajo conseguirlo. El dinero no «nace» en el cajero cuando vamos a sacarlo, sino que lo tenemos ahí porque lo hemos ganado previamente con nuestro esfuerzo.

También es bueno que vayan sabiendo cuánto cuestan las cosas y el esfuerzo que puede suponer comprarlas. Para ello, se pueden poner en práctica sencillos ejercicios, como hacer la lista de la compra o ir a la tienda con ellos, para que ellos mismos vayan teniendo poco a poco la noción de los precios y se conviertan en consumidores inteligentes.

La paga

Hoy en día es habitual dar dinero a los hijos a demanda, según las peticiones que hagan. Sin embargo, con esta práctica, los niños pierden la perspectiva de lo que cuestan las cosas y les puede parecer que no hay límites, que se puede gastar lo que se quiera.

Con la paga, se les puede hacer ver la importancia del ahorro: tienen un dinero que es suyo, pero si lo gastan, se agota y se les pueden explicar conceptos como los presupuestos, para que vayan haciendo sus cálculos y aprendan a gestionar su dinero.

Hucha y cuenta bancaria

Un paso más para fomentar el ahorro, tanto para niños como para adolescentes. Para sus primeros euros una hucha sirve de motivación al ahorro (¿a ver si la llenas?). Más adelante, una cuenta bancaria puede hacer la misma función y, además, servir para que empiece a relacionarse con el mundo de fuera del hogar.

Adolescencia

Cuando llegan a esta etapa, los jóvenes empiezan a manejar cantidades un poco más importantes, y tienen una mayor diversidad de maneras de gastarlo. Por eso, conviene reforzar el concepto de consumo inteligente en el que introducíamos a los niños. Consumir, sí, pero con cabeza.

También es el momento de robustecer el concepto del ahorro; por ejemplo, si quieren un ordenador, una moto, un móvil nuevo, o cualquier otra cosa que suponga un desembolso considerable, que tengan que ahorrar para conseguirla.

Y también de introducir el concepto la inversión, para que comiencen a aprender que es posible ganar dinero mediante el dinero. Eso sí, es preferible que empiecen con productos más seguros, aunque ofrezcan una rentabilidad pequeña.

Juventud

Cuando comienzan a trabajar, los jóvenes adquieren otras responsabilidades y otra perspectiva de la vida. Ahora ven claramente lo que cuesta conseguir el dinero, y empiezan también a tener opciones de vivir por su cuenta.

Los padres podemos colaborar con los hijos en esta etapa, ya que hay muchos aspectos que ya conocemos y ya hemos vivido, donde les podemos ayudar. 

No solo a la hora de emanciparse y buscar donde vivir. También en cuestiones tan habituales como entender la nómina, gestionar las finanzas para llegar a fin de mes, o ahorrar e invertir, que cobran más importancia ahora que manejan su propio dinero.

Este último aspecto, el de la inversión, es muy importante en esta etapa de la vida. Cuando se comienza a trabajar y a ganar dinero, es posible que la inversión no sea la primera de las prioridades. Sin embargo, con una pequeña cantidad cada mes, y gracias al poder del interés compuesto, el rendimiento a largo plazo puede ser muy importante.

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