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Consenso de Washington: qué es y cómo funciona

Pocas intervenciones han tenido más impacto en la historia de la Economía de mercado que la que a finales de los 80 hizo John Williamson en una conferencia en Washington (EE.UU.). Este economista británico estaba firmemente convencido de que las grandes instituciones de gobernanza estaban de acuerdo, aunque no lo supieran; y que confluían en una serie de reformas necesarias para el desarrollo de los países más desfavorecidos. Al enunciar estos aspectos en común, dio lugar a lo que se conoce como Consenso de Washington.

¿Qué fue el Consenso de Washington?

El Consenso de Washington es un recetario económico orientado al liberalismo, que tiene por objetivo adaptar la gobernanza financiera a los retos que plantea la modernidad.

El compendio de medidas que planteaba surgió como tratamiento contra las crisis económicas que periódicamente afecta a los países que defiende el libre mercado; así como sentar las bases para el crecimiento sostenido de los países en aquel entonces en desarrollo, especialmente los de América Latina.

Compuesto por diez recomendaciones básicas, el Consenso de Washington se ha convertido en toda una antología del pensamiento económico liberal, que defiende una mínima intervención del Estado en los mercados. Algunos de sus pilares son la estabilización macroeconómica, la disciplina fiscal, la privatización y el énfasis en el libre comercio.

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¿Por qué se creó el Consenso de Washington?

El Consenso de Washington ha quedado permanentemente ligado a la figura de John Williamson. En 1989, el experto compiló y bautizó con ese nombre todos los puntos en común que tenían los organismos económicos con sede en Washington (FMI y Banco Mundial) en sus respectivas posturas sobre las medidas que había que llevar a cabo para resolver los problemas económicos en Latinoamérica.

Williamson también recopiló aquellas propuestas procedentes de otras instituciones económicas de relevancia (la Fed, el G7 y los mayores bancos internacionales, entre otros) que estuvieran en sintonía con el enfoque adoptado. Así nació el repertorio de reformas que transformaría la política económica de la década posterior y cuyos efectos llegan hasta nuestros días.

Puntos del Consenso de Washington

Estas son las diez recomendaciones básicas del Consenso de Washington:

  1. Una rígida disciplina fiscal para reducir el déficit público y la inflación.
  2. Eliminar las subvenciones y redirigir los recursos públicos hacia otras formas de financiamiento de servicios básicos, como la educación y la sanidad.
  3. Reforma tributaria, con aumentos de impuestos con tipos marginales moderados; es decir, el margen adicional que pagaban las rentas más altas era bajo.
  4. Permitir que fueran los propios mecanismos del mercado los que fijaran los tipos de interés.
  5. Que el mercado fuera también el que determinase el tipo de cambio.
  6. Eliminación de las barreras arancelarias (y de cualquier otro tipo) al comercio exterior.
  7. Erradicación de cualquier tipo de proteccionismo que dificultase la atracción de inversores foráneos.
  8. Privatización de las empresas públicas.
  9. Desregulación de la economía, en aras de aumentar la competitividad.
  10. Tomar las medidas que fueren necesarias para garantizar el derecho de propiedad.
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Balance del Consenso de Washington

La aplicación de las reformas contenidas en el Consenso de Washington ha tenido que convivir siempre con la controversia. Su fórmula ha sido ferozmente criticada por voces tan autorizadas como la del Nobel de Economía y exvicepresidente del Banco Mundial, Joseph Stigliz, o el premiado economista y profesor de Harvard Dani Rodrik.

Éxitos del Consenso de Washington

Teniendo en cuenta el devenir histórico en América Latina, región que fue la plantilla del recetario, resulta evidente que, pese a los indudables logros del Consenso, los resultados no han sido óptimos. No obstante, entre los logros conseguidos destacan:

  • Una notable reducción general de la inflación y el déficit.
  • Reducción de la deuda exterior.
  • Incremento de la actividad económica y del flujo de capitales (compraventa de activos al extranjero por parte de un país).