Muchos ahorradores solo se acuerdan de su planificación financiera cuando perciben que algo va mal. Eso supone un estrés innecesario y que se tomen decisiones en caliente que pueden empeorar la situación. Por ese motivo, es imprescindible revisar la estrategia de inversión de forma anual.
Esta revisión de la planificación financiera debería hacerse al menos una vez al año. Hacerlo así te ayudará a percibir mejor la foto global de tus esfuerzos económicos y valorar si tu estrategia funciona y cubre todas tus necesidades previstas.
Para ello, es imprescindible revisar primero los objetivos que persigues, porque solo así podrás estar seguro de que caminas en la dirección adecuada. Además, podrás equilibrar tus esfuerzos, no depender de una única inversión (diversificar para dormir tranquilo) y comprobar también si tienes cubiertas necesidades que podrías no contemplar antes, como los beneficiarios de tus seguros o el reparto de tu herencia. Para ayudarte en la revisión de tu estrategia de ahorro a medio y largo plazo te proponemos estas cinco preguntas que debes hacerte cada año.
¿Está funcionando mi planificación financiera?
Tu estrategia puede tener varios objetivos y varios instrumentos para alcanzarlos. En la revisión anual debes confirmar tus prioridades y tus estrategias para conseguirlas. Si tu situación ha cambiado, haz los ajustes necesarios en tu planificación. Puedes haber recibido ingresos inesperados o verte en la obligación de incluir gastos no previstos inicialmente.Eso te obliga a revisar los plazos y los instrumentos de ahorro para ajustarlos otra vez, por lo que podrías verte en la obligación de asumir más riesgo en tus inversiones o de permitirte más tranquilidad. Una vez al año deberías equilibrar tu cartera, sobre todo si se ha producido un tirón o un desplome en los mercados.
Cada objetivo tiene sus plazos y debes ajustar la estrategia conforme a esos plazos. Puedes ahorrar una parte para unas vacaciones a corto plazo, para cambiar el coche a medio plazo o para tu jubilación a largo plazo. Como es importante diversificar, cada instrumento financiero será más útil para cada objetivo o plazo. Los técnicos dicen que una correcta diversificación te da el potencial de mejorar la rentabilidad para cada nivel de riesgo.
¿Estoy teniendo en cuenta los impuestos?
La revisión de tu planificación financiera no debe nunca olvidar las novedades legislativas en materia de impuestos. Recuerda que en 2021 entra en vigor la tasa Tobin o Impuesto sobre las Transacciones Financieras que grava la compraventa de acciones de las grandes empresas españolas cuyo valor de capitalización bursátil a 1 de diciembre del año anterior a la adquisición sea superior a 1.000 millones de euros. del IBEX 35, que se reducen las desgravaciones de los planes de pensiones privados individuales a 2.000 euros la aportación máxima, y que con efectos desde el 1-1-2021, se eleva el tipo de gravamen del Impuesto sobre las primas de Seguros, que pasa del 6% al 8%..
Los impuestos no deberían ser nunca el motor de tu planificación financiera porque las normas cambian muy a menudo. Pero conviene ser consciente de los impuestos que pagas porque se pueden comer parte de tus éxitos. Hay instrumentos financieros (fondos de inversión, por ejemplo) que permiten beneficiarse de menores impuestos [CF4] o formas de reducir la factura fiscal de forma legal: es la conocida como distribución activa de activos (active asset allocation), aunque en español suena rimbombante.
¿Estoy protegiendo mis rentas?
Los seguros no son los productos financieros favoritos de muchos ahorradores porque consideran que no siempre puedes contar con ellos cuando los necesitas. Sin embargo, dependiendo de las necesidades de tu grupo familiar, que el cabeza de familia tenga un seguro de vida, al menos hasta que tenga el ahorro necesario para cubrir el futuro de los más pequeños, es imprescindible.
Si no te cubres ante eventualidades como la enfermedad de quien aporta los mayores ingresos, tu planificación se puede ir al traste, por lo que debes cuidar a quien aporta las rentas vía seguro de salud o seguro de vida.
Otro aspecto es el de los seguros de salud para los miembros de la familia a medida que crecen y aumentan sus necesidades. Los adolescentes pueden necesitar coberturas para odontología u óptica y así, un largo etcétera. Además, conviene revisar quiénes son los beneficiarios de cada seguro para no dejar a nadie fuera.
¿Estoy protegiendo mis activos?
Debes compartir con otra persona los documentos y la información sobre la planificación financiera (cuentas, activos, etc.) para protegerlos y para que puedan tomar el testigo si temporal o definitivamente dejas de hacerlo tú. También así puedes recibir más opiniones sobre un aspecto que afecta a toda la familia. Además, recuerda que hay cuatro situaciones que pueden llevarse por delante toda la planificación que hagas: matrimonios, divorcios, nacimientos y fallecimientos, que pueden incluir también la salud y las expectativas de vida.
Hacer testamento no es solo cosa de personas mayores, sobre todo si a tu cargo hay menores, y puede facilitar mucho las cosas que pongas a una persona de confianza como tutor legal de tus hijos en el caso de fallecimiento.
¿Cómo afecta mi planificación a mi familia?
Según sea la estructura de tu familia, tus necesidades pueden cambiar. No es lo mismo una familia estándar que una monoparental. La planificación financiera cambia, y mucho, según sea el núcleo familiar que tengas, la dependencia que puedan tener de tus rentas o tus ahorros, o lo atado que puedas tener todo desde un punto de vista legal.
Puede que sean tus padres y no tus hijos los que necesiten ayuda económica en el corto plazo, o puede que seas un padre de cierta edad que se jubilará antes de que tus hijos lleguen a la universidad. Cada familia tiene sus características y la planificación debe adecuarse a esas características.
Como conclusión, para asegurarte de que los asuntos financieros que afectan a tu familia están en orden, valora la opción de un seguro de vida o de salud para el cabeza de familia, comprueba que los beneficiarios de los seguros y los herederos están en orden. Valora si tus hijos están en condiciones de gestionar las finanzas familiares, si tu documentación está en orden y conoce tu estrategia, objetivos y planes y, por último, sobre todo, comprueba que todo esté bajo el paraguas de la mejor planificación fiscal.
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