Bretton Woods

Bretton Woods: el orden que heredamos

La historia económica a menudo es opacada por su contraparte político-social, pese a que la primera es, a la par, causa y efecto de la segunda. Hoy nos centraremos en el origen del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, así como en el reconocimiento del dólar como divisa de referencia.

¿Qué es el Acuerdo de Bretton Woods?

Todo el mundo conoce episodios como el Tratado de Versalles, la Conferencia de Yalta o los acuerdos para la reunificación de Alemania, pero ¿sabe qué ocurrió en Bretton Woods hace tres cuartos de siglo? Pues nada menos que el nacimiento de las instituciones encargadas de la estabilidad financiera mundial, además de la consolidación del dólar como moneda de referencia a nivel global.

Historia del Acuerdo de Bretton Woods

A mediados de 1944, la Segunda Guerra Mundial aún estaba en curso en los campos de batalla de Europa y Asia, pero EEUU y sus aliados occidentales, que hacía tiempo que se sabían vencedores, comenzaron a organizar el tablero geoeconómico posterior a la contienda.

En julio de ese año, tan sólo unos cuantos meses después de la ya mencionada Conferencia de Yalta, que sentó las bases de la Guerra Fría, comenzó en Bretton Woods (New Hapshire, EEUU) el ciclo de negociaciones que vertebraría los fundamentos del capitalismo contemporáneo.

Bretton Woods

Importancia del Acuerdo de Bretton Woods

Nacimiento del Banco Mundial y el FMI

Bretton Woods fue la cuna de las dos organizaciones encargadas de velar por la estabilidad económica de la nueva era: el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ambas entidades tenían el propósito fundacional de impulsar la recuperación de los países arrasados por el segundo conflicto global a través del intercambio comercial. Para ello, facilitaban liquidez a través de préstamos orientados al desarrollo de los estados y su integración en el ecosistema mercantil.

La segunda función del BM y el FMI era la de vigilantes del proceder financiero de los países, supervisando el equilibrio de su balanza de pagos y ejerciendo el papel de contrapeso ante políticas económicas atrevidas que supusieran un riesgo para el equilibrio internacional, como devaluaciones masivas de moneda.

El reinado del dólar

En Bretton Woods se debatieron dos posturas contrapuestas sobre la que debía ser la moneda de referencia en el comercio transnacional: por un lado, la del insigne economista británico John Maynard Keynes, que defendía la implantación de una divisa no nacional denominada bancor; y por otro, la propuesta de Harry Dexter White, director del departamento del Tesoro estadounidense, que abogaba por utilizar el dólar con el oro como medida de su valor, lo que se conoce como patrón oro.

El enorme poderío e influencia de Washington propició que fuese esta última la que se impusiera, dando el pistoletazo de salida al capitalismo dolarizado que domina los mercados.

Bretton Woods

Situación actual

El orden económico diseñado en Bretton Woods es, en esencia, el que impera en la actualidad. Sin embargo, el mundo ha cambiado mucho en casi un siglo y, aunque el núcleo del acuerdo sigue vigente, sus bases han mutado al mismo ritmo que lo hacían los ejes geopolíticos.

El primer gran proceso de reajuste tuvo lugar con el abandono del patrón oro a principios de los años 70 del siglo pasado. Nuevamente, fue una contienda lo que catalizó el cambio: la guerra de Vietnam había obligado a una brutal devaluación del dólar para sostener el gasto bélico, lo que hizo insostenible el sistema. 

El metal precioso dejó de ser la medida del dinero, cuyo valor depende ahora de la rúbrica de los bancos centrales. Los socios del FMI son desde entonces libres de escoger la referencia que deseen para determinar el valor de sus divisas: ya sea adoptando la moneda de un país extranjero (como los países que dolarizan sus economías) o participando en una unión monetaria, como es el caso de nuestro euro.

En adelante, tanto el FMI como su institución ‘hermana’, el Banco Mundial, se han seguido enfrentando a duros retos, como las sucesivas crisis de deuda, la disolución del bloque soviético y la debacle financiera de países como Grecia o Argentina. 

Todos estos desafíos, sumados al que plantea la globalización, han sido abordados a través del recetario económico conocido como Consenso de Washington, un compendio de medidas de estabilización con una fórmula clara: liberalización comercial, reducción del intervencionismo estatal y expansión de los mercados.