Cada año se extiende más en España la celebración del 1 de abril como el día de la diversión en el trabajo. Si nos toca pasar un tercio del día trabajando, ¿no será mejor verlo desde un enfoque positivo, donde pasarlo bien y ser productivos sean perfectamente compatibles?
April Fool’s Day, el otro día de los inocentes.
Es de sobra conocido que en España y en Latinoamérica el Día de los Inocentes es el 28 de diciembre. Su truculento origen es el episodio bíblico que describe la matanza de los santos inocentes por los soldados de Herodes. La efeméride coincide con la Fiesta de los Locos de Francia, una celebración pagana que parece ser la inspiración del actual día de las bromas del 28 de diciembre.
Sin embargo, en otros muchos países del mundo el Día de los Inocentes tiene otra fecha: el 1 de abril y se conoce como April Fool’s Day, o el “día de los tontos de abril”. En este caso el origen tampoco está del todo claro y habría que retroceder al siglo XVI para buscar una explicación:
En 1582, Carlos IX de Francia instauró el calendario gregoriano, propuesto por el papa Gregorio XIII, como reemplazo del calendario juliano, en vigor desde Julio César en el año 46 a. C. Antes del cambio, Año Nuevo se celebraba del 25 de marzo al 1 de abril, coincidiendo con la llegada de la primavera (y la Anunciación del Señor). Pero, en plena Edad Media, la noticia tardó años en llegar a toda Europa; unos por desconocimiento y otros por no aceptar el cambio, siguieron celebrando el 1 de abril, lo que inspiró frecuentes bromas sobre aquellos tontos que celebraban el año cuando no correspondía.
En España, el día de las inocentadas lleva asociada la imagen de un muñeco recortado en papel que se pega en la espalda del inocente recién engañado. Pues en Francia, y en otros países donde se celebra el día de los tontos del 1 de abril, en vez del monigote de papel, se pega el recorte de un pez, el conocido como pescado de abril.
En esa época, durante el final de la Cuaresma, era frecuente regalar pescado, una nutritiva alternativa a la carne. Entonces, como broma recurrente, se empezó a regalar este pescado de papel.
El primer April Fool’s Day de Inglaterra ocurrió en 1698, cuando numerosas personas acudieron a la Torre de Londres para ver un supuesto “lavado de leones”. La broma fue creciendo durante décadas hasta que en 1860 miles de londinenses recibieron una invitación formal para el evento. Ya no había marcha atrás. El día de los tontos había sido oficialmente instaurado.
Desde Francia e Inglaterra, el día de los tontos pronto saltó a Canadá y Estados Unidos. Y también a Menorca, colonia británica en el siglo XVIII, donde el día 1 de abril todavía es el “día de engañar”.
¿April Fool’s Day o International Fun at Work Day?
La idea de señalar una fecha en el calendario para fomentar la diversión en el trabajo nació en 1996 en Estados Unidos, de la mano de Matt Weinstein, el fundador de la organización Playfair. Y puede que el éxito del International Fun at Work Day fuera hacerlo coincidir con el April Fool’s Day.
En España, con el 28 de diciembre bien arraigado como día para las bromas, el 1 de abril ha pasado desapercibido durante muchos años. Sin embargo, en 2008, ya en tiempos de grave crisis financiera, el día de la diversión en el trabajo llegó a España por primera vez y, desde entonces, cada año más empresas se unen al movimiento.
En Estados Unidos, el 1 de abril los trabajadores se esfuerzan por llevarse bien y por gastar esas bromas que llevan tiempo preparando. Además, hay charlas, juegos, concursos, talleres, se decora el puesto de trabajo, se llevan dulces, etc. En España, aunque no se llega a tanto, cada vez más empresas se unen al movimiento para concienciar sobre la importancia de pasarlo bien en el trabajo.
Se trata de fomentar un ambiente de colaboración entre los compañeros, donde la relación sea fluida. No hay que olvidar que sin la aportación de cada uno de los miembros de un equipo de trabajo ningún proyecto saldría adelante, ni se lograría ningún objetivo. Las largas jornadas serían insufribles pasándolo mal en el trabajo, por tanto, el buen humor y una comunicación profesional, pero divertida, entre empleados son fundamentales.
Un ambiente agradable en el trabajo también es necesario para atraer y retener talentos. Es bien sabido en los departamentos de recursos humanos de muchas empresas, que ya piensan en este día como una aportación más para sus trabajadores. Ocurre a nivel personal y a nivel de grupo: sin diversión, cualquier tarea se volvería tediosa; ese aburrimiento terminaría reduciendo a la productividad de cada trabajador, se extendería a toda la plantilla y llegaría a la cuenta de resultados.
Educación financiera, ahorrar no es tan aburrido.
La idea es similar. A una actividad que, a priori, es tediosa, resulta imprescindible buscarle su punto divertido, para así hacerla asequible e incorporarla a nuestra forma de vida. Para conseguirlo, hay montones de juegos y técnicas divertidas de ahorro.
No solo los expertos economistas deben preocuparse por las finanzas. Porque tú eres el máximo responsable de tu economía personal y de la economía de tu hogar, deberías interesarte por la realidad financiera que te rodea. Y tampoco consiste en darse un atracón de conceptos financieros. Basta con estar alerta, afinar el oído, leer un poquito más y lograr una base sólida de conocimiento.Piensa que con un plan de ahorro bien ejecutado puedes hacer realidad todos tus proyectos y que no ahorrar no significa, en absoluto, no gastar, ni pasar penurias. Sino ser consciente de que los ingresos de hoy deben cubrir las necesidades de hoy y servir para alcanzar los objetivos de mañana.