El reloj avanza sin pausa. Trabajamos gran parte del día para obtener los recursos económicos necesarios para nuestra vida y la de nuestra familia. Alternamos obligaciones con ocio y descanso. Nos preocupamos por la salud y tratamos de vivir felices. Podría decirse que llevamos una vida sencilla y ordenada. Pero no hay que olvidar algo muy importante: poder extender ese disfrute de la vida más allá de los sesenta y muchos.
Porque no basta con trabajar y divertirse hoy, también tenemos que buscar la forma de seguir disfrutando la vida cuando ya no trabajemos. Y conseguirlo es factible si se planifica con tiempo. Pasa por empezar hoy mismo a decidir cómo ahorrar y cómo invertir en los años venideros con un objetivo muy simple: decir bye al trabajo y disfrutar de unos ingresos económicos iguales o superiores a los que teníamos cuando estábamos en activo.
Ahorrando hoy para ser un enjoylder mañana es algo así como guardar un poquito cada día, de cada nómina, invertirlo para que no se lo coma la inflación y esperar sin miedo a la jubilación, sabiendo que después vas a seguir siendo un auténtico “disfrutón”, un verdadero enjoylder. Dicho sea de paso, enjoylder viene de enjoyer y elder, o disfrutador mayor, siguiendo una traducción literaria. Entonces, no queda duda de que ¡el mejor futuro pasa por ser enjoylder!
Ser un enjoylder es el objetivo ahora, más que nunca.
Llevamos mucho tiempo escuchando noticias sobre la debilidad del sistema de pensiones y parece que su futuro es más incierto que nunca. Eso de esperar a los 65 con la tranquilidad de que el Estado nos pagará una buena pensión tras una vida cotizando, ahora se pone en tela de juicio. En este sentido, nuestros padres y las generaciones que se jubilan ahora lo han tenido más fácil.
No seremos tan pesimistas. Puede que la pensión pública no desaparezca por completo, pero muy posiblemente, sucederán grandes cambios que no deberían pillar por sorpresa a ningún futuro enjoylder. Con este repaso muy breve, veremos que las cifras lo dejan claro:
- La hucha de las pensiones ha caído en picado en 8 años. De 66.000 millones de euros, arrancamos 2019 con menos de 5.000.
- El gasto en pensiones supera los 140.000 millones de euros anuales, un 40% de los presupuestos del Estado.
- Somos más y seremos muchos más. Los jubilados hasta ahora nacieron antes del baby boom de las décadas de 1960 y 1970. Pero muy pronto llega el turno de los baby boomers, con casi veinte años a 650.000 nacimientos por año.
- Y, afortunadamente, vivimos mucho más: de 1997 a 2017 -en solo 10 años-, la esperanza de vida al nacer se ha estirado cinco años, hasta los 83 años. El INE estima que viviremos más de 90 en 2065.
En este panorama nada halagüeño, el INE calcula que en 2035 los mayores de 65 años serán 12,7 millones y 15,6 millones se alcanzarán en 2050. Con un 35% de la población por encima de los 65, mantener el sistema de pensiones actual parece totalmente inviable. Y, de seguir así, el gasto en pensiones subiría del 12,2% del PIB en 2018 al 13,9% en 2050, lo que se traduce en pasar de 140.000 millones a 300.000 millones de euros.
La tasa de dependencia acaba con cualquier esperanza de un sistema de pensiones como el actual. Este indicador mide la proporción entre la población de más de 64 años y la que está en edad de trabajar:
- 2019: 28,6%, unos 3 jubilados por cada 10 trabajadores.
- 2050: 61,9%, unos 6 jubilados por cada 10 trabajadores.
¿Cómo ser un enjoylder?
Nadie mejor que tú para saber cuánto puedes ahorrar y en qué. Y nadie mejor que tú para informarte de qué productos de inversión se adaptan mejor a tu perfil. Ten en cuenta que para asegurarte una jubilación sin menor disponibilidad económica solo necesitas:
- Ahorrar.
- Invertir.
La dificultad viene en determinar cuánto ahorrar y en qué invertir. Pero nadie puede saberlo mejor que tú. Tienes a tu disposición infinidad de técnicas de ahorro y puedes ver todos tus ingresos y gastos resumidos en la web de tu banco. Tu banco te ofrece todas las herramientas para invertir y la información detallada de cada producto de inversión.
Ahora te toca a ti imaginarte años de vacaciones que no se terminan y disponibilidad económica para disfrutar cada minuto del día y salvar cualquier imprevisto que pudiera surgir.
Vayamos por partes.
1. ¿Cuánto ahorro?
La teoría nos dice que se debe ahorrar los euros que no necesitamos. Pero la sociedad de consumo nos lleva a gastar mucho más, casi todos los ingresos disponibles. En este punto tiene que entrar en juego nuestra conciencia ahorradora para que seamos capaces de separar conceptos:
En los gastos fijos hay cierto margen de ahorro, tras un ejercicio de optimización: elegir bien la hipoteca, ajustar bien nuestra factura de suministros, etc. Pero son los gastos variables los que marcan la diferencia entre el buen ahorrador y aquél que no logra cumplir sus objetivos de ahorro. La clave está en fijar una cantidad insuperable para gastos en ocio y gastos no estrictamente necesarios, otro porcentaje para un fondo de emergencia, para imprevistos, y otro porcentaje para la jubilación:
| ocio | imprevistos | jubilación |
Es una tarea tan necesaria como sencilla. Ni siquiera hay que sentarse a elaborar un complicado Excel con tablas. Tan solo hacer balance al final de cada mes de cuánto hemos ahorrado y ser autocríticos para determinar si hemos guardado lo previsto en los dos “cajones del futuro”:
- Cajón para imprevistos.
- Cajón para la jubilación.
2. ¿Dónde invierto?
La alternativa fácil y formulada para facilitar el ahorro para la jubilación son los clásicos planes de pensiones: un tipo de producto que engloba tantos subtipos como necesidades que demande el futuro enjoylder. ¡Atención indecisos!, porque desde 2015 se permite el rescate previo a la jubilación, si han pasado 10 años desde su contratación.
Pero los planes de pensiones, los PIAS o los SIALP, no son la única opción. Cualquier otra inversión bien planificada es perfectamente válida: comprar inmuebles, fondos de inversión, bolsa, renta fija, etc. O los cada vez más populares ETF, los fondos de inversión cotizados que replican un índice, que son cómodos para diversificar sin tener que estar siempre atentos a la composición de la cartera y con comisiones muy ajustadas.
A pesar de todo, el Estado todavía está a tiempo de frenar la crisis del sistema de pensiones que podría acontecer más pronto que tarde, con medidas como:
- Aportar a las pensiones con la recaudación de otros impuestos.
- Retrasar más la edad de jubilación.
- Reducir el porcentaje sobre la base de cotización (pensiones más bajas).
Aunque cabe esperar que los futuros gobiernos actúen para paliar el desajuste entre jubilados y población activa y entre altas pensiones y bajos salarios, como trabajadores y, especialmente como ahorradores que nos preocupamos por una vida económicamente tranquila hoy y mañana, no podemos dejar nuestra jubilación en manos de la decisión de otros.
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