La demanda global de carne de vacuno crece significativamente y lo hace por encima de la oferta, gracias a un fuerte repunte del consumo desde China. Esto supone que muchos inversores deban replantearse los tópicos de que se trata de un sector muy cíclico y dependiente de cambios en las preferencias de los consumidores y las preocupaciones medioambientales.
¿Hay carne de vacuno para una mayor demanda?
A pesar de que los analistas reconocen que los estadounidenses cada vez comen menos carne animal — y más carne vegetal— y que el país norteamericano es el mayor productor del mundo por delante de América Latina (Brasil, Argentina y Uruguay), esta tendencia obliga a replantearse una percepción alcista en el sector.
En estos momentos, no habría suficiente carne de vacuno en el mundo para responder a una creciente demanda. El primer productor, Estados Unidos, va a reducir su producción en tanto que China, el mayor consumidor, va a aumentar la demanda.
Por lo tanto, firmas de análisis como Morgan Stanley consideran que estas dinámicas podrían impulsar al alza los precios del vacuno en 2022 y 2023 y estiman que los precios objetivos apuntan a un 80% de subida de media para las empresas productoras de América Latina.
¿Cómo funciona el sector cárnico?
La industria cárnica estadounidense ha estado influida tradicionalmente por el denominado ciclo del ganado: un periodo de unos diez años en el que el número de reses se expande y reduce alternativamente durante varios años consecutivos en respuesta a los cambios percibidos por los productores en la rentabilidad de la producción.
Esta dinámica podría ser menos importante como motor de la evolución del sector en los próximos años debido a una combinación de creciente demanda desde los mercados emergentes —China en particular— y una menor producción en Estados Unidos.
“Los ciclos del ganado son importantes, por supuesto, pero pensamos que la industria ha cambiado, con las empacadoras aumentado su peso en la cadena de valor del vacuno”, explican en Morgan Stanley. “Vemos un escenario donde las importaciones chinas suben un 10% en tanto que la oferta desde la industria del vacuno estadounidense baja un 1%”, añaden.
China: nuevo gran consumidor de carne de vacuno
China estaría consumiendo más carne de vacuno ante el crecimiento de su clase media y otros cambios estructurales. Entre ellos, el mayor gasto en carne debido a la dificultad de las familias para gastar en otras partidas como vacaciones o restaurantes.
De hecho, el mercado de la carne de vacuno chino podría terminar representando el 32% del comercio global en 2022, al alza desde el 12% de hace cinco años o casi un cero hace tan solo diez años.
Se estima que el consumo de vacuno en China llegará a los 10 kilogramos per cápita en 2030 frente a los 7 kilogramos per cápita actuales, según Tridge.
La gran ventaja de los productores latinoamericanos
Los analistas de Morgan Stanley consideran que los grandes productores de América latina podrían beneficiarse por dos grandes motivos:
- Los precios del vacuno latinoamericano siguen la estela de los de Estados Unidos y Australia, dejando espacio a los exportadores de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay para elevar el rendimiento en primera línea.
- Además de una reducción de la producción de vacuno en EE.UU., algunos empacadores latinoamericanos sobre expuestos a los mercados locales podrían tener problemas con la inflación de los costes. Esto podría tensar la ya siempre tensa oferta de vacuno y beneficiar así aún más a los exportadores latinoamericanos.
En resumen, el mercado echa en falta la fortaleza de los grandes productores de carne de vacuno latinoamericanos. Parece ignorar también la capacidad de beneficios que podría provenir del cambio en las dinámicas de oferta y demanda.
Como resultado de todo ello, los analistas consideran que los grandes productores latinoamericanos (entre los que se encuentran JBS, BRF y Bachoco) se negocian con un descuento cercano al 35% con respecto a sus múltiplos históricos.
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