Ninguna región del planeta se libró de la incidencia de la pandemia. Desde el mes de marzo de 2020 los índices bursátiles cayeron drásticamente. Sin embargo, el crecimiento de la riqueza de los hogares ha seguido una trayectoria diferente a los indicadores macroeconómicos.
El Global Wealth Report 2021 del banco estadounidense JP Morgan revisa el impacto de la pandemia por el virus COVID-19 y la respuesta de los gobiernos sobre la riqueza global y su distribución. El estudio muestra cómo se mantuvo el crecimiento de la riqueza, pero sin perder de vista los efectos sobre la economía. De hecho, lo evidente es que la riqueza de los hogares y los datos macroeconómicos marcaron trayectorias diferentes.
El impacto negativo a nivel global que tuvo la pandemia en el PIB se percibió ya con los primeros parámetros de 2020, no obstante, la tendencia es todavía más clara al observar los datos completos del ejercicio.
Riqueza y PIB: distintos caminos
Puesto que la caída de la actividad económica está asociada con recortes en la riqueza de los hogares, los mercados financieros bajaron con fuerza en los meses de febrero y marzo. Ninguna región del mundo fue inmune. En la segunda mitad del mes de marzo, los principales índices bursátiles del mundo ya habían caído de forma dramática.
Según JP Morgan, el 4,4% de la riqueza global de los hogares se perdió entre enero y marzo de 2020 y la riqueza global por adulto bajó un 4,7%. Sin embargo, la clave fue que la rápida actuación de los bancos centrales y los gobiernos, que permitió que los mercados financieros recuperaran la confianza y, de este modo, las pérdidas sufridas habían desaparecido en su mayoría para finales del mes de junio.
Rally fin de 2020
Hasta ahí, los economistas hablan de situaciones comprensibles. Lo que ya no se esperaban eran los hechos que se vivieron en la segunda mitad de 2020. Básicamente, porque los precios de las acciones se mantuvieron al alza y alcanzaron niveles récord a finales de año.
Además, los precios de las viviendas en los principales mercados se mantuvieron y permitieron ganancias en patrimonio en los hogares de todo el mundo. El resultado neto fue un aumento de 7,4 billones de dólares a nivel global durante el año. A finales de 2020, el total era de 418,3 billones, un 7,4% más.
Riqueza personal por adulto en máximos
Pero las estimaciones de JP Morgan van más allá. La riqueza personal por adulto subió tras la pandemia un 6%, hasta un nuevo máximo de 79.952 dólares. Eso sí, como la riqueza mundial se mide en dólares y a tipos fijos, la depreciación del dólar aplana estas ganancias. Si se ajustan los tipos de interés, la riqueza global habría subido un 4,1% y la riqueza por adulto habría crecido un 2,7%.
Las cifras económicas de España durante la pandemia
PIB
La entidad recuerda que Italia y España han sido de los países más castigados por la pandemia, de los que más han sufrido la caída de los ingresos por turismo. El PIB español bajó un 11%, con una subida de la tasa de paro del 16,6% desde el 13,8% previo.
Ahorro
Mientras tanto, el ahorro bruto de los hogares subió desde el 6,3% al 16,6% en los tres primeros trimestres de 2020. Esto implica que, aunque la renta personal disponible bajó un 2,2% en 2020, el consumo privado bajó aún más: un 8,9%. Por lo tanto, el consumo debería crecer en 2021 un 6,8% mientras que la renta disponible crecerá un 2,8%. Así, la entidad prevé que la subida en el ahorro personal tenga poco recorrido.
Bolsa
En cuanto a las bolsas, la española bajó un 21,9% en la primera mitad de 2020, pero terminaron el año un 11,4% abajo.
Riqueza
Y en lo que respecta a la riqueza por adulto, la de España era de 227.122 dólares a finales de 2020. Entre 2000 y 2020, había subido a una media anual del 5,6%.
El coeficiente de riqueza Gini ha subido en España del 65,6 al 69,2, pero la riqueza del 1% de la población más pudiente (1.055 personas) ha cambiado poco: la cuota de riqueza de ese 1% era del 24,2% en el 2020 y del 23% en 2000.
Carteras
Por último, en el periodo 2000-2020, JP Morgan señala que la composición de los activos cambió desde los financieros hacia los no financieros, pues los financieros suponían un 37,7% en 2000 y bajaron a 35,4% en 2020.
Tipos de interés bajos: la explicación más plausible
Los economistas explican que esta situación de mayor riqueza de los hogares se generó en gran medida gracias a los recortes en los tipos de interés por parte de los bancos centrales.
Unos tipos más bajos también parecen ser una opción libre de costes, excepto tal vez para las personas que dejan toda su renta en el cobro de intereses para suplementar sus ingresos.
Por último, unos tipos de interés bajos no tienen impacto directo en el gasto público, pero reducen el servicio de la deuda pública gracias a unos menores intereses.
Lógicamente, hay implicaciones por el lado de la inflación a largo plazo, tal y como recogen muchos economistas, y dudas sobre las futuras subidas de los tipos. Sin embargo, no se trata de asuntos demasiado importantes si los comparamos con los retos económicos inmediatos.
¿Qué se puede esperar para los próximos años?
A pesar de la carga que ha supuesto la pandemia en la economía global, el mundo puede confiar en alcanzar un fuerte crecimiento de PIB en los próximos años, sobre todo en este 2021.
Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) sugieren que el PIB global alcanzará los 93,9 billones de dólares (un 11% más) y solo 1,5 billones por debajo de las previsiones anteriores a la pandemia.
Sigue creciendo la riqueza
El vínculo en situación normal entre el crecimiento del PIB y el de la riqueza de los hogares, combinado con la esperada recuperación de la actividad económica a sus niveles prepandémicos, lleva a los analistas de JP Morgan a creer que la riqueza global crecerá con rapidez. En concreto, su estimación es que suba un 39% en los próximos cinco años.
Por último, el banco estadounidense señala que los países de rentas medias y bajas jugarán un papel importante porque serán responsables del 42% del crecimiento, aunque suponen solo el 33% de la riqueza actual.
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