El 23 de marzo de 1857 se instaló el primer elevador en Nueva York. El ascensor es un elemento con el que hoy convivimos plenamente, y al que es posible que no le prestemos mucha atención, pero que significó una revolución en el sector de la construcción, ya que permitió la construcción de edificios más altos. Gracias a este nuevo elemento de movilidad integrado en las construcciones, Nueva York se convirtió en «la ciudad de los rascacielos». En el siguiente post hablaremos del mercado del ascensor en España.
Los ascensores han facilitado la vida de mucha gente. Son especialmente importantes para los mayores y en el caso de personas con discapacidad, ya que les facilitan subir y bajar, sin sobreesfuerzos.
El ascensor es un elemento imprescindible en nuestro país, por la distribución urbanística de las ciudades y por tener la segunda mayor esperanza de vida, detrás de Japón. Además, se calcula que en los próximos diez o quince años, se jubilará el grueso de la generación del baby boom, lo que significa que aproximadamente uno de cada cuatro habitantes tendrá más de 65 años.
¿Cómo está el sector del ascensor en España y en otras zonas de mundo? Te contamos a continuación algunos aspectos.
Cuántos ascensores hay en España
España es el país del mundo con más ascensores en proporción a su población, rozando los 20 por cada 1.000 habitantes. Esto supone que en nuestro país hay más de un millón de elevadores, una cifra considerable si la comparamos con la de otros lugares.
En otros países de nuestro entorno, la proporción es mucho menor: en Italia están por debajo de los 15 ascensores por cada 1.000 habitantes, en Francia alrededor de 8, en Japón unos 6, mientras que en Estados Unidos apenas se llega a 2,8 por cada 1.000 habitantes, lo que significa que en este país hay aproximadamente los mismos ascensores que en España, cuando su población es siete veces mayor.
Por qué hay tantos ascensores en España
Una de las razones que explican la gran cantidad de ascensores es el fenómeno migratorio que se produjo en España en los años 50 y 60, del campo a la ciudad. Nuestro país venía de una etapa autárquica, de poco crecimiento y cerrada al mundo, y en esas décadas hubo un gran desarrollo, apoyado en el turismo.
Este fenómeno conllevó la construcción de miles de bloques de viviendas, para alojar a toda esa población. La mejor manera de acceder a una vivienda para esas personas era la adquisición de un piso en estos bloques, lo que explica también que España sea uno de los países de la Eurozona con más porcentaje de la población residiendo en apartamentos.
El boom de la construcción de finales de los 90 y principios de los 2000 proporcionó otro impulso al sector, ya que la inmensa mayoría de los nuevos bloques de viviendas los incluyeron.
La reglamentación puede variar dependiendo de las Comunidades Autónomas e incluso de los municipios, aunque la norma habitual es que a partir de 3-4 alturas, haya que instalarlo. Desde 2017, también es obligatorio siempre que una persona con discapacidad o mayor de 70 años viva o trabaje en el inmueble y que el mismo sirva para garantizar la accesibilidad del inmueble.
¿Cuál es la situación del mercado del ascensor en nuestro país?
Existe una gran cantidad de empresas en este sector, muchas de ellas familiares, si bien el grueso del mercado se lo reparten las cuatro grandes: las españolas Zardoya Otis y Orona, la suiza Schindler y la alemana ThyssenKrupp.
Como explicábamos anteriormente, hay ascensores en edificios con más de 50 y 60 años, y otros más nuevos. Las condiciones en las que están unos y otros tienen poco que ver, aunque el sector está muy regulado en cuanto al mantenimiento. No obstante, la realidad es que el 40% de los ascensores instalados en España tiene una antigüedad superior a 20 años.
Existen grandes diferencias en cuanto a la accesibilidad del propio ascensor. Los más antiguos suelen ser más pequeños, mientras que en los edificios nuevos, se suelen instalar más amplios y accesibles, de forma que permitan, por ejemplo, la entrada de una persona con silla de ruedas, además de otras cuestiones relativas a la iluminación, la facilidad para llegar a los botones, la existencia de un botón de emergencia, etcétera.
El mantenimiento del ascensor es fundamental, no solo para un adecuado funcionamiento, sino también para evitar posibles averías, que podrían resultar muy costosas. El Reglamento de aparatos de elevación y manutención, de 2013, regula estas cuestiones en nuestro país.
Así, la periodicidad de las revisiones, que deben ser realizadas por un Organismo de Control Autorizado, depende del tipo de ascensor y de dónde esté instalado (lo que determinará, de alguna manera, la frecuencia de uso):
- Cada 4 meses: para viviendas unifamiliares y con velocidad inferior a 0,15 metros por segundo.
- Cada 6 semanas: edificios comunitarios de máximo seis paradas (o en los públicos de cuatro paradas como máximo), con una antigüedad inferior a 20 años.
- Cada mes: los ascensores que no entren en las categorías anteriores.
- El mantenimiento del ascensor incluye revisiones generales de la cabina, de su funcionamiento; limpieza de maquinaria (lubricado y engrasado), regulación y ajuste de piezas y su sustitución, en caso necesario.