A pesar de las predicciones que se oyen desde hace ya muchos años y del empuje que se ha producido en el campo de las energías alternativas, el mundo todavía depende de los combustibles fósiles.
Según un estudio de la Unión Europea, la demanda mundial de energía continuará aumentando a un ritmo que rondaría el 1,8% anual, al menos hasta 2030. Este incremento se debe al crecimiento de la población y de la economía, y se ve minorado en parte por una mayor eficiencia energética, gracias a los avances tecnológicos. En el caso de los países desarrollados, el crecimiento sería del 0,4% anual, mientras que en los países en desarrollo, el aumento sería mucho mayor.
En el caso de la Unión Europea, se han establecido como objetivos para 2030 la reducción de un 40% (respecto a 1990) en la emisión de gases de efecto invernadero, al menos un 27% de energías renovables, y al menos un 27% de mejora de la eficiencia energética.
Sin embargo, la realidad actual y la que parece que predominará todavía en los próximos años es que los combustibles fósiles acaparan alrededor de un 90% del suministro de energía mundial, con el petróleo a la cabeza (34%), seguido del carbón (28%) y el gas natural (25%).
Cuál ha sido la evolución de los precios del petróleo en los últimos años
A comienzos del año 2004, el barril de Brent rondaba los 30 dólares. Cuatro años más tarde, llegó a multiplicarse casi por 5, rondando los 140 dólares en julio de 2008 (ese año, terminaría por debajo de 50, a causa de la crisis subprime).
Posteriormente volvió a comenzar un fuerte ascenso, que le llevó a superar los 120 dólares por barril. Muchos analistas apostaban que nunca volvería a bajar de los 100 dólares… y sin embargo, en la segunda mitad del año 2014, se desplomó a casi la mitad, bajando después incluso por debajo de los 30. Otros analistas comenzaron a hablar de que podía bajar a 20… y comenzó su escalada, hasta rondar los 60.
Por qué varían tanto los precios del petróleo
Como para cualquier activo, los precios dependen de la oferta y la demanda. A mayor oferta de un producto, bajan los precios, y cuanto más se demanda, los precios tienden al alza.
Visto desde el otro lado, lo normal es que cuando un producto sube sus precios, la demanda se reduzca, y cuando baja los precios, aumenta. Sin embargo, en el caso del petróleo, esto no es así exactamente, ya que su demanda es relativamente rígida. Aunque suban los precios, seguimos consumiendo petróleo (aunque, llegado un punto, sí que nos empezamos a apretar el cinturón).
Esta característica propiciaba que los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que dominaban buena parte de la producción mundial de crudo, pudiesen establecer (más o menos) el precio que querían. Sin embargo, hay varios factores por los que la OPEP ya no tiene tanto poder:
- A pesar de que todavía controla una parte importante de la producción, ésta ya sólo es entre el 35% y el 40% de la producción mundial.
- Han surgido algunos desacuerdos dentro de la organización. Mientras Arabia Saudita abogó en los últimos años por un petróleo muy barato (el coste de producción en aquel país es ínfimo), otros miembros no estaban muy de acuerdo con eso.
- La inestabilidad política de la zona (con múltiples conflictos bélicos en los últimos años, caos en los gobiernos, como por ejemplo, la reciente purga por supuesta corrupción que ha habido en Arabia Saudí, etcétera), hacen que muchos países busquen otros proveedores de petróleo.
- Diversas técnicas que hasta hace poco eran demasiado caras, como la extracción en aguas profundas o el fracking, han provocado un aumento de la producción mundial, capaz de absorber el aumento de la demanda. Gracias al fracking, por ejemplo, Estados Unidos se convertirá en el primer productor mundial de crudo y conseguirá llegar a ser autosuficiente.
- El auge de energías alternativas puede conllevar que la demanda de petróleo no sea tan rígida. Por ejemplo, con la mejora de los vehículos eléctricos o incluso los movidos por hidrógeno, el petróleo puede dejar de ser tan importante. De hecho, en Alemania ya se plantean eliminar los vehículos de gasolina y diésel en 2030, prohibición que quieren extender a toda la Unión Europea.
Cuál puede ser la tendencia del futuro
Aunque, como hemos visto, hay multitud de factores que pueden hacer variar los precios del petróleo, parece que actualmente se ha estabilizado un poco la situación. Las compañías petrolíferas han adaptado sus estructuras a precios por debajo de los 60 dólares, y los productores, tanto los de la OPEP como los de fuera de la organización, han llegado a algunos acuerdos para limitar la producción y que los precios se mantengan en un rango entre los 40-70 dólares.
No es previsible que vuelva a caer por debajo de esos niveles (al menos, de manera sostenida), ya que los precios tan bajos ocasionan problemas en los países productores. Por ejemplo, en el caso de Arabia, el mantenimiento de unos precios tan reducidos en los últimos años llevó a que el país tuviese un enorme déficit fiscal, superior al 15% del PIB.