La apreciación del euro la podemos explicar de una manera sintetizada por medio de la combinación de dos factores: la pérdida de valor del dólar debido a la situación política de EE.UU y a las tensiones geopolíticas, y por la fortaleza del sentimiento europeísta, puesto de manifiesto con la victoria de Macron en las urnas francesas.
2016 no fue un año fácil para la Unión Europea, debido al Brexit y a la afloración de partidos antieuropeístas liderados por Marie Le Pen en Francia o Geert Wilder en Holanda. Esto puso en entredicho la continuidad del euro y reinó de incertidumbre el futuro de la Unión. Finalmente los europeos han apostado por la moneda única, lo que se ha traducido en su fortalecimiento y en una mejora de los principales indicadores que miden la marcha de la economía de la Unión.
Los tipos de cambio también se ven alterados por las políticas monetarias de los Bancos Centrales y por los tipos de interés. ¿Por qué afectan los tipos de interés? Porque si mantenemos nuestro dinero en un país donde los tipos son más altos, se traducirá en más beneficio que si mantenemos nuestro dinero invertido en activos referenciados a otra moneda con tipos más bajos. El capital, al funcionar la economía como un juego de oferta y demanda, se moverá hacia aquellos países con tipo de interés más alto, produciéndose un aumento de la demanda de su moneda y como consecuencia se apreciará.
El nivel de precios también juega un papel importante, ya que si en un país este es más elevado (más inflación) se traducirá en un abaratamiento de las importaciones, ya que nos costará menos comprar en el exterior porque nuestra moneda vale más. En esta línea, las importaciones tienden a aumentar, lo que provocará una menor demanda de la moneda local ya que disminuyen nuestras exportaciones.
Más concretamente, la escalada del euro desde el mes de abril viene enmarcada dentro de las crecientes especulaciones de que el BCE comience relativamente pronto a retirar las compras de activos que comenzó en 2015 para estimular la economía, así como en el buen tono en las publicaciones de diferentes indicadores macro de la zona euro.
¿Está contento Mario Draghi con dicha apreciación?
El Banco Central Europeo, mediante su política de QE, lleva varios años comprando deuda para inyectar dinero a la economía y abaratar los gastos financieros de empresas y gobiernos. Manteniendo los tipos de interés cercanos a cero logra también impulsar el crédito a los hogares, tratando de elevar el nivel de precios mediante el aumento del consumo (recordamos el juego de oferta y demanda). Pero como hemos comentado, la apreciación del euro con respecto al dólar, que aunque abarata relativamente las importaciones, sobre todo las denominadas en dólares como el petróleo, se puede presentar como un escollo para Mario Draghi y para la eurozona.
Aunque el objetivo del BCE no es interferir en la cotización del euro, en la última reunión celebrada el 7 de septiembre el propio Draghi ha reconocido que la fortaleza del euro está dificultando su objetivo primordial: que la inflación suba. Tras cotizar el eurodólar en el 1,03 a principios de año, en arbil inició un movimiento alcista que le ha disparado hasta el 1,20 frente al dólar.
Dicha fortaleza del euro frente al dólar preocupa mucho a los miembros del Consejo de Gobierno del BCE, lo que está provocando un aumento en las expectativas de que la retirada de estímulos, entendiéndolos como inyección de liquidez en la economía, se retrase. El principal problema de un euro muy fuerte, es que podría frenar la inflación y el crecimiento, cuyos niveles óptimos son los objetivos principales del BCE.
¿Qué empresas se ven favorecidas y cuáles perjudicadas por un euro fuerte?
Una de las consecuencias más positivas de un euro fuerte es que puede ser favorable de cara a la entrada de capital exterior, ya que nadie entra en una economía en la que la moneda se está depreciando. Aunque por otro lado, y como hemos dejado entrever anteriormente, existen consecuencias negativas de esta apreciación, ya que puede actuar como un freno para un factor que contribuye de una manera muy importante a la recuperación de la economía europea: las exportaciones. Además de hacer menos competitivos los productos que las empresas de la zona euro exportan al exterior, reduce los beneficios que estas logran en el extranjero, ya que al traducirlos a euros estos disminuyen debido a la fortaleza de la moneda única.
Cuanto más fuerte sea el euro, más se encarecen las compras de nuestros bienes por parte de extranjeros, algo que repercute a nuestra balanza comercial y afecta negativamente a las empresas exportadoras, ya que estas se tendrían que ver obligadas a bajar sus márgenes para poder competir. Empresas europeas perjudicadas podrían ser Volkswagen, Airbus o Siemens, con un alto porcentaje de facturación en el mercado estadounidense. Por lo contrario, compañías americanas como Apple, McDonalds o Microsoft se verían beneficiadas por la tendencia de la paridad.
Por otra parte, en momentos de debilidad del euro, algunas empresas del Ibex se frotan las manos, ya que su competitividad aumenta, rebajándose los costes y favoreciendo ventas a países como EE.UU o Japón. Funcionaría como una máscara de oxígeno para facilitar la actividad para algunos de los principales países de la eurozona como Francia o Alemania con un gran potencial exportador. Por contraparte un euro muy débil encarecería las importaciones, por ejemplo la energía de la que tan deficitaria es la eurozona.
Pocos elementos tienen la capacidad de impactar tanto en los mercados y en la economía como la evolución de los tipos de cambio. Un euro fuerte también nos beneficia a la hora de pagar la factura energética que tenemos que pagar por el petróleo, ya que este cotiza en dólares.
Esto también afecta a las empresas que tengan deuda o financiación bancaria, una apreciación del euro les favorece, ya que la cantidad de euros a devolver proporcionalmente en otra divisa va a ser inferior. Un buen ejemplo lo tenemos con la compañía presidida por Álvarez-Pallete, Telefónica, con varios miles de millones de euros de deuda emitida en dólares.
Por último destacamos que, en una apreciación del euro con respecto al dólar se ven perjudicadas empresas con un alto porcentaje de ventas en territorio estadounidense como es el caso de Grifols, Ferrovial, Viscofan o ACS, por citar algunas.