El Euribor a 12 meses acaba de cerrar octubre con un nuevo mínimo histórico, un -0,069%. Si tienes una hipoteca, estás de enhorabuena. Pero hay dos caras de la moneda. Todo beneficio para el que tenga un préstamo referenciado es malo si lo que buscamos es el ahorro tradicional, que se resume en cuentas remuneradas y especialmente en los depósitos.
A pesar de ello, en España unos dos tercios del dinero ahorrado se invierte en depósitos. Esta preferencia por el ahorro tradicional se mantiene incluso cuando los depósitos de alta remuneración ya son cosas del pasado y tardaremos mucho en verlos nuevamente. De hecho, los bancos españoles trabajan en un entorno de negocio en el que depósitos de más de un 1% o 2% sólo se vean de forma esporádica.
Por supuesto que los tipos se moverán, pero la previsión es que lo hagan casi siempre en una base de tipos bajos y tardaremos años en volver a ver rentabilidades del 3% o 4%. Esto es lo que ocurre en economías desarrolladas, con control de precios, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Suiza y por supuesto la zona Euro de la que formamos.
Esta realidad presente y futura lleva a muchos ahorradores a buscar otras oportunidades, y estas se plasman en bastantes ocasiones en ofertas de entidades financieras de fuera de España, que, por distintas razones, ofrecen remuneraciones superiores. Ofertas tentadoras, pero que hay que analizar de una forma global, ¿merece la pena correr el riesgo?
Cómo se opera fuera de España
En primer lugar, hay que analizar bien el riesgo y uno de los más claros es la divisa. Si optamos por entidades fuera de la zona euro, por ejemplo, de Estados Unidos, añadimos el riesgo divisa, es decir, las fluctuaciones de la moneda cuando recibamos los pagos de los intereses periódicos o rescatemos el depósito cuando su plazo finalice. De hecho, invertir en otra divisa se considera como inversión de riesgo para muchas carteras, ya que precisamente lo que buscan es ganar por las variaciones del tipo de cambio y no tanto por la remuneración del activo en el que invierten. Por ejemplo, si te pagan un 3% por un depósito en dólares, pero el billete verde cae un 20%, tu inversión acabará con un 17% de pérdidas.
Por ello, la mayoría de los depósitos que se ofertan de fuera de nuestras fronteras son de la zona euro. Si en países como Italia, Francia o Malta tienen los mismos intereses que en España, ¿por qué nos ofrecen más? La razón principal es que estos bancos tienen una mayor necesidad de captar ahorro y por ello ofrecen estos “extratipos”. Por ejemplo, en Italia, con un sistema financiero al borde del rescate, es importante para los bancos captar fondos que refuercen su balance. Esto nos lleva a otro punto importante: las garantías y seguridad de un depósito en el extranjero.
Aunque sean universalizados los sistemas de garantía de depósitos, no todos los países los tienen o en la misma cuantía. Afortunadamente, tras la crisis financiera del 2008, en la Unión Europea todos los países lo han igualado a un mínimo de 100.000 euros por cliente y entidad financiera. Es decir que, sobre el papel, tenemos la misma garantía con un depósito en Chipre que en España, aunque en la práctica hay que tener cuidado cómo actuamos.
¿Es una solución rentable?
Los problemas en la práctica son varios. En primer lugar, relativos a los costes y gastos asociados a un depósito en el extranjero. El depósito no genera comisiones en sí, pero nos encontramos con ella a la hora de operar, es decir, de transferir fondos de nuestra entidad española a la extranjera.
Muchas veces, para minimizar el coste y conseguir el máximo beneficio de un producto que no suele ofrecer más de un 1%-1,5% más que en España, se traspasa mucho más de los 100.000 euros que cubren los Fondos de Garantía de Depósitos de los países que ofrecen estos “extratipos”. Con ello, en caso de insolvencia o rescate de la entidad, podemos perder parte de nuestro dinero. Pensemos que un 1,5% anual por cada 10.000 euros sería recibir 121 euros más al año después de impuestos.
El segundo problema es que, incluso limitando a los 100.000 euros en caso de insolvencia, rescatar un depósito en el extranjero es mucho más lento que en España, donde incluso la normativa nos permite recibir parte del dinero rápidamente para cubrir nuestras necesidades económicas urgentes.
Por todo ello, analiza bien si ganar un poco más no acaba siendo un quebradero de cabeza más que importante y si es más conveniente, en lugar de optar por depósitos en el extranjero, diversificar en otro tipo de inversiones, como por ejemplo los fondos de inversión.
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