La siempre temida situación de desempleo viene acompañada normalmente de una bajada de ingresos considerable para nuestra economía del día a día, y por lo tanto implica ajustar nuestro presupuesto personal de gastos ante una situación que, aunque debería ser transitoria, podría complicar nuestra economía si no tomamos las medidas oportunas a tiempo.
Es por ello que el primer consejo es no demorar en el tiempo la decisión de atacar de raíz nuestro presupuesto personal de gastos y plantearnos cuanto antes la necesidad de proyectar el nuevo escenario económico que se nos plantea.
Es más que probable que por el hecho de haber sido despedidos de nuestro empleo hayamos recibido una indemnización equivalente a nuestro salario y antigüedad en la empresa, y no ajustar nuestro nivel de vida a la nueva realidad podría hacer que ese colchón con el que contamos se esfumara en mucho menos tiempo del deseado.
Por descontado, ese dinero que recibimos al ser despedidos no es un extra con el que debamos darnos ese caprichito que tanto tiempo llevamos demorando por falta de liquidez. Es evidente que es atractivo contar de golpe con cifras que a veces alcanzan incluso las decenas de miles de euros, pero comprarse un coche nuevo con ese dinero no es la mejor idea. El dinero de la indemnización no debe emplearse nunca para caprichos.
¿Cuánto puedo aguantar sin empleo?
El primer cálculo importante que debemos hacer es conocer con la máxima precisión posible durante cuánto tiempo vamos a poder mantener nuestro nivel de vida actual contando con el nuevo esquema de ingresos.
Si disponemos de un presupuesto de gastos personal, tendremos prácticamente toda la faena ya hecha. Sabemos lo que gastamos cada mes, pongamos que 1.850€, y también conocemos cuánto vamos a percibir a partir de ahora como subsidio de desempleo (el “paro”). Imaginemos que hemos cotizado siempre en buenos niveles y nos queda un paro de 1.000€ netos mensuales durante 2 años completos.
Es más que evidente que para mantener nuestro nivel de vida actual nos faltan 850€ mensuales que tendremos que obtener de algún sitio. En el caso en el que dispongamos de una indemnización por despido, es de ese importe del que podríamos ir retirando esa cantidad adicional que necesitamos para mantener nuestro nivel de vida mientras buscamos un nuevo empleo.
Para seguir con el ejemplo, si imaginamos que hemos recibido una indemnización por despido de 12.000€, podremos mantener nuestro nivel de vida durante algo más de 14 meses, tiempo en el que tendríamos que ser capaces de encontrar un nuevo empleo.
Tomar conciencia del tiempo que tenemos para volver a retomar nuestra carrera profesional sin apenas verse alterada nuestra economía es algo fundamental para no entrar en una espiral negativa de decisiones empujadas por el pánico de verse sin empleo. Pero aún se puede hacer algo más para alcanzar un estado financiero mucho más confortable:
Adaptar nuestro nivel de vida
En efecto, aunque pueda parecer que 14 meses son suficientes para volver a encontrar empleo, sería una buena idea hacer un esfuerzo adicional y “apretarse el cinturón” para, en lugar de tener un gasto mensual de 1.850€, ajustarnos a un presupuesto de por ejemplo 1.500€.
Ese pequeño esfuerzo justificado por la nueva situación nos supondrá que al necesitar un complemento de únicamente 500€ al mes, podamos alargar nuestra indemnización hasta los 24 meses, exactamente los 2 años que tenemos de paro. Un esfuerzo por reducir nuestro gasto en 350€ mensuales nos proporciona 10 meses adicionales para encontrar empleo con tranquilidad.
Por lo tanto, una de nuestras labores primordiales será intentar reducir nuestros gastos mensuales en la medida de lo posible sin alterar excesivamente nuestra calidad de vida. Para ello, es habitual atacar directamente las partidas vinculadas al ocio, reduciendo la frecuencia de comidas y cenas en restaurantes, planificando viajes y salidas con alternativas que permitan ahorrar en los gastos, analizando nuestros gastos en telecomunicaciones (televisión por cable, tarifas de móvil excesivas…) o incluso adaptando las tarifas de luz, agua o gas, si procede.
No olvidar el ahorro
Aunque en determinadas situaciones puede resultar complicado, sería conveniente mantener el hábito del ahorro especialmente cuando ya lo hemos adquirido. Sería muy perjudicial perder la costumbre de ahorrar por el hecho de estar desempleados.
Rebajemos los importes que ahorramos mensualmente, aunque sea a una cifra casi testimonial, pero no perdamos la costumbre de apartar algo de nuestros ingresos para ahorrar. Aunque sean solo 50€ al mes, al cabo de un año suponen 600€ adicionales en nuestras arcas, una cifra que en situaciones apuradas puede venir muy bien.