El ahorro escondido en las telecomunicaciones

Encendemos la tele, abrimos un periódico… son muchos los soportes en los que a día de hoy podemos ver el anuncio de una empresa de telecomunicaciones. Y si antes esos anuncios tenían un mensaje dirigido a captar nuestra atención con un smartphone gratis, ahora la palabra más usada en este tipo de publicidad es la de «ahorro».

Todos los operadores nos prometen un ahorro máximo, sin competencia con sus rivales. Pero letras pequeñas hay muchas, que nos pueden llevar a realizar desembolsos muy superiores a los que en principio teníamos contemplados. Por eso vamos a rebuscar en esos pequeños detalles difíciles de percibir, que nos pueden ayudar a ahorrar a la hora de elegir servicios de telecomunicaciones.

Ajustar tarifas

Primero de todo. Vivimos actualmente en la era de las llamadas ilimitadas o las tarifas de muchos gigas, pero ¿realmente los necesitas? Por mucho que las tarifas hayan mejorado lo primero que debería mirar todo usuario antes de cambiar de tarifa u operador son sus últimas facturas, para analizar el consumo que realiza habitualmente.

En ellas está la clave para elegir una nueva tarifa. Lo primero en lo que nos debemos fijar es en las llamadas, pero no sólo en la cantidad de minutos consumidos, sino también en el número de llamadas. Hoy en día son muchas las tarifas de distintos operadores que ofrecen llamadas a cero céntimos por minuto, pagando el establecimiento, de ahí la importancia de conocer el número de llamadas que realizamos habitualmente.

Vector illustration of hand holding mobile device with media player applicationUna vez conocido el número de llamadas nos podemos lanzar a determinar si merece la pena hacerse con una tarifa de las de cero céntimos por minuto o si necesitamos un bono de llamadas. Aquí lo más sencillo sería calcular el coste de esas llamadas en función del coste del establecimiento de llamada (18 o 20 céntimos habitualmente) para ver si merecería dar el salto a una tarifa con un bono de minutos.

Aunque la calculadora nos diga que merece más la pena una tarifa con X minutos tenemos que tener cuidado. Antes de tomar esa decisión conviene conocer a cuánto pagaríamos las llamadas en caso de rebasar el límite, ya que puede suponer una desagradable sorpresa si se llega a dar esa circunstancia. Por último, están las tarifas de llamadas nacionales ilimitadas, pero ¡cuidado!, que en algunos casos tienen límite de minutos o destinos.

Determinado si nos viene bien una tarifa con pago por llamadas, con un bono de X minutos o con llamadas ilimitadas, toca mirar a los datos. Aquí de nuevo conviene mirar  las últimas facturas para determinar nuestro consumo medio, teniendo en cuenta que, al igual que en el caso de las llamadas, no todos los meses son iguales.

A tener en cuenta que mientras los grandes operadores permiten seguir navegando a una velocidad menor, cada vez más reducida sin un pago inicial, muchos virtuales cobran por el exceso de datos. Aquí lo conveniente es estudiar también los bonos extra que permite contratar cada tarifa, ya que en ocasiones puntuales podemos tener que recurrir a ellos. En este caso, cuanto más pequeños sean esos bonos, mejor, porque habitualmente caducan con el cambio de ciclo de factura y podríamos ver cómo caducan megas nunca usados.

Teniendo claros los minutos y megas que necesitamos, toca analizar las ofertas de los operadores. En su día quizás sería complicado encontrar una tarifa perfecta, por lo cerrado de las tarifas. Pero hoy en día son unos cuantos los operadores que permiten combinar distintos bonos de voz y datos. Lo que también es muy importante es fijarnos en que el operador nos permita movernos libremente entre tarifas, por si tenemos cambios de consumos inesperados.

El hecho de elegir una combinación de minutos y megas que case con nuestro consumo y no dejarnos llevar por tarifas que ofrezcan mucho más de lo que realmente necesitamos nos puede ahorrar mucho dinero. ¿Para que voy a contratar una tarifa de 29 euros al mes si con una de 15 euros tengo suficiente? Estamos hablando de 168 euros de diferencia en un solo año.

Convergente o no convergente

Hasta ahora hemos tocado el tema tarifa móvil, sin hablar de conexiones fijas o televisión de pago, y lo cierto es que juntar todos estos servicios en un sólo operador es algo que cada día está más de moda. Lo habitual es que unir el fijo y conexión de casa con el móvil salga rentable, pero aquí también puede haber un importante ahorro escondido.

Este tipo de packs suelen ser bastante cerrados, dando pocas opciones a configurar cada producto por su lado. Su gran ventaja es la de poder optar también a líneas móviles adicionales a precios especiales, aunque quizás si estudiamos contratar cada servicio con un operador distinto podemos lograr un ahorro.

La manera más sencilla de obtener un ahorro es que, si no tenemos necesidad de tener un teléfono fijo en casa, podemos buscar una conexión que prescinda de él. Son varias las opciones que ofrecen ADSL sin fijo por cerca de 25 euros mensuales, asumiendo el coste del router y la instalación (que en otras opciones más caras no se pagan), por lo que podríamos pensar en contratar la conexión fija con uno de estos operadores y elegir libremente la tarifa del móvil.

Teniendo en cuenta que los packs más económicos de los grandes operadores rondan los 43 euros y que se puede construir un pack con productos de distintos operadores por 35 euros, estamos hablando de un ahorro de ocho euros mensuales, o, lo que es lo mismo, 96 euros en un año.

De esa manera ganaríamos en flexibilidad y seguramente nos ahorraríamos unos cuantos euros. Ahora bien, contratar televisión de pago con un operador de esta manera puede ser más complicado, porque las plataformas de TV de éstos suelen exigir tener la conexión fija con el mismo operador y las opciones que permiten contratar por separado suelen ser limitadas en la cantidad de canales que ofrecen.

Permanencias y teléfonos gratis

Por último, no nos podemos olvidar de dos temas muy importantes: permanencias y teléfonos gratis. Las permanencias en el caso de tarifas sólo móvil son prácticamente inexistentes si la contratación de la tarifa no va acompañada de la compra de un nuevo terminal, pero si existiesen es mejor huir de esa opción. El mundo de la telefonía evoluciona muy rápido y estar dos años o el tiempo que sea atados a una tarifa nos puede hacer perder mucho dinero.

En cambio, si hablamos de un producto convergente es más difícil huir de las ataduras. Al contratar un pack tenemos que tener en cuenta que el operador suele asumir los costes de la portabilidad e instalación, si es que existe, por lo que normalmente tendremos que firmar al menos un año permanencia. En estos casos, no quedará otra que pasar por el aro, aunque ocasionalmente también hay ofertas sin permanencia.

Pero de lo que más debemos de huir son de las permanencias al adquirir un smartphone nuevo. En ocasiones podemos encontrar teléfonos gratis o con grandes descuentos al ser adquiridos con una tarifa concreta que pueden resultar interesantes, aunque tenemos que tener en cuenta que renunciaremos a posibles bajadas de tarifas del mismo operador u otros al estar atados.

Por eso podemos optar por comprar un smartphone libre por distintos métodos. Son varias las tiendas físicas y operadores que ofrecen financiación sin intereses y sin permanencias, por lo que estudiar una de estas opciones sería lo más conveniente, teniendo en cuenta que si firmamos una permanencia por un terminal tendremos que cuidar bien de éste.

Ya conocemos por tanto los puntos más importantes a tener en cuenta antes de contratar distintos servicios con un operador. Ajustar la tarifa a nuestro consumo real, estudiar si merece la pena hacerse con un pack convergente y tener precaución con las permanencias y las ofertas de terminales, son las claves para buscar el ahorro escondido en las telecomunicaciones.