La tasa de ahorro suele tener cierta relación con el nivel de incertidumbre acerca del futuro que nos espera. Si las expectativas son halagüeñas, tendemos a gastar más y a ahorrar menos, mientras que si vemos el futuro oscuro, ahorraremos más, por si acaso. Y tú, ¿por qué no ahorras?
La tasa de ahorro en España, que llegó a superar el 13% en 2009, al inicio de esta crisis, se ha desplomado hasta el 5% en 2018. Esta situación contrasta con la de otros países, cuya tasa de ahorro es muy superior, como Alemania y Holanda, que superan el 15%, Francia (14%), o la propia media de la Eurozona, que se sitúa en el 12%.
Y no solo eso, sino que, según los datos de Eurostat, si al gasto por consumo le sumamos la inversión en vivienda, resulta que las familias españolas han gastado incluso más de lo que han ingresado, lo cual quiere decir que el endeudamiento también se ha incrementado.
La última vez que sucedió eso fue durante los años de la burbuja inmobiliaria, pero en esa época, el peso de la inversión en vivienda era muy superior (más de 15%, frente al 6%), lo cual quiere decir que ahora se gasta más en consumo corriente.
En cualquier caso, estos son los datos agregados, pero cada persona tiene sus circunstancias y toma sus propias decisiones. Y tú, ¿por qué no ahorras?
Motivos para no ahorrar
Según una encuesta realizada por un conocido portal de internet, las principales razones esgrimidas por los españoles para no ahorrar son:
- Ingresos insuficientes: es el motivo que argumentan casi la mitad de las personas.
- Gastos imprevistos: aproximadamente una de cada 3 personas, expresan esta razón como el motivo por el que no ahorran.
- “Hay que disfrutar el dinero ahora, ahorrar es de tacaños”.
- “Para eso trabajo, me merezco gastar el dinero que he ganado”.
- “Yo ya ahorro lo que puedo cada mes, lo que pasa es que no me luce, no crece la cuenta”.
- “No me compensa, para lo poco que podría ahorrar cada mes”.
- “Tengo este nivel de gastos, me es imposible recortar”.
- “Ahora hay rebajas, ya ahorraré después”.
Otras razones que se utilizan son el endeudamiento y la ayuda que se proporciona a terceras personas.
También es bastante habitual verlo como algo que “aún no toca”. “Soy joven, ya empezaré a ahorrar… más adelante”.
Vacunas contra las excusas
Vale, somos conscientes de que, en ocasiones, es realmente difícil ahorrar, pero ¿de verdad es este tu caso? Porque por cada motivo para no ahorrar se puede exponer fácilmente una contraargumentación. Luego, simplemente será cuestión de ver en qué lado de la balanza estás, si en realidad no puedes ahorrar, o sí que podrías, con tan solo cambiar un poco ciertos hábitos. A veces, simplemente con pequeñas modificaciones en la manera de enfocar las cosas, podemos obtener grandes resultados.
Ingresos insuficientes. Este es el argumento preferido; claro, si no me llega el dinero, cómo voy a ahorrar. Sin embargo, en muchos casos, esto no es totalmente cierto, sino que sin darnos cuenta adaptamos nuestros gastos a los ingresos que tenemos.
Lo hemos explicado otras veces, ¿qué pasaría si, por las circunstancias que sean, tu nivel de ingresos se viese reducido de la noche a la mañana, por ejemplo, un 10%? Pues que probablemente adaptarías tus gastos a ese nuevo nivel de ingresos.
Por eso, quizás la mejor alternativa para empezar a ahorrar es abrir una cuenta corriente, separada completamente del resto de nuestras cosas (sin recibos domiciliados, sin tarjetas…). A ella transferiremos, de manera automática, un porcentaje de nuestros ingresos mensuales (por ejemplo, ese 10%). De este modo, pasaremos, por ejemplo, de contar que tenemos 1.500 euros mensuales disponibles para gastar, a pensar que sólo tenemos 1.350.
Gastos imprevistos. Desde luego, a todos nos surge algún imprevisto, pero siendo honestos, que te venga el seguro anual del coche, o la temida vuelta al cole ya no son imprevistos, ¡no aceptamos pulpo como animal de compañía! Es fundamental un poco de previsión, planificar tus finanzas cada año es algo que puede cambiar completamente tu percepción de las cosas, ya que te permitirá ver cuánto gastas realmente y en qué lo gastas. Y verás cómo, en realidad, hay muchos menos imprevistos. Y que, si los hay, puedes tener un colchón de emergencia.
El endeudamiento no debería, desde luego, ser una excusa para no ahorrar, ya que es, precisamente el concepto opuesto. Si tengo menos gastos que ingresos, puedo ahorrar. Si tengo más gastos que ingresos, tengo que endeudarme. En cualquier caso, es cierto que muchas personas pueden haberse visto envueltas en una rueda de endeudamiento-pago, de la que no se sale fácilmente. En este caso, habrá que ir reduciendo las deudas, según un plan establecido, y una vez saneada la economía, comenzar a ahorrar, siguiendo las mismas pautas.
¿Aún eres joven para empezar a ahorrar? Míralo desde el otro punto de vista, y recuerda que, como decía Einstein, el interés compuesto es la fuerza más poderosa de la galaxia. Cuanto antes empieces a ahorrar y a invertir, más fácil te será y más rentable te saldrá, ¿por qué no empezar antes de los 30?
“Yo ya ahorro lo que puedo cada mes” Este es un planteamiento equivocado; no hay que ahorrar, hay que preahorrar, es decir, no hay que dejar el ahorro para el final, una vez que ya hemos gastado todo lo que teníamos que gastar, sino poner el ahorro por delante, el primero en la lista. Como decíamos antes, separando una parte del dinero previamente, ya no contaremos con ella. Así, garantizas que cada mes ahorras, y que ahorras una cantidad concreta, no sólo “lo que puedas”.
Algunas razones están relacionadas: me lo merezco, voy a aprovechar las rebajas, hay que disfrutar del dinero ahora. Realmente ¿te pueden los caprichitos? ¿No eres capaz de evitarlos? ¿Sabes cuánto despilfarras en ellos?
Una manera de evitarlos es cuantificarlos en el tiempo de trabajo que nos cuestan. “¿Voy a tener que estar todo un día de trabajo para tirar ese dinero en ese capricho?”
En ocasiones, también puede ser útil ir a sacar dinero del cajero. Resulta muy fácil pagar con tarjeta, porque no vemos el dinero y parece que duele menos. Pero si tenemos que ir a buscar un cajero, sacar el efectivo y luego deshacernos de él, quizás esa compra que nos parecía tan interesante ya no lo sea tanto.
Algunos también argumentan que ”sólo pueden ahorrar un poquito y que no vale la pena”. Sin embargo, con muchos pequeños ahorros a medio plazo se puede ir armando una cantidad interesante. A veces hay pequeños trucos, o pequeños detalles de nuestra vida cotidiana, que te pueden permitir ahorrar sin darte cuenta. Quizás no sea tan difícil, por ejemplo, ahorrar 100 euros mensuales.
¿Todavía te parece imposible ahorrar?