La pandemia de COVID-19 ha acelerado la transformación digital de la economía, con el aumento del teletrabajo, las videoconferencias o el consumo de contenidos por streaming. Vivimos en un mundo cada vez más virtual, en el que cada vez son más importantes los datos, y una gran parte de ellos se manejan en la nube.
Oímos hablar constantemente de cloud o nube. ¿Qué implicaciones tiene en la economía y cómo se gestiona?
Qué significa XaaS
El acrónimo XaaS significa «todo como un servicio» (anything-as-a-service). El auge de internet propició que muchos productos digitales se sirvieran desde servidores remotos, de manera que comenzaron a sonar términos como SaaS (software como servicio, por sus siglas en inglés), DBaaS (bases de datos como servicio), CaaS (comunicaciones como servicio), etcétera, hasta llegar a generalizarlo como «todo» lo que se puede ofrecer a través de la nube.
Qué es la nube
Cuando se habla de «la nube», se hace referencia a una enorme red de servidores remotos que están interconectados por todo el mundo, a través de casi un millón de kilómetros de fibra óptica, almacenando y administrando datos, ejecutando aplicaciones o proporcionando servicios.
Hace no muchos años, si por ejemplo querías una aplicación informática, te la tenías que instalar en tu ordenador; hoy en día, muchas suites ofimáticas, de diseño gráfico o programas de gestión empresarial funcionan a través de Internet, realizando una instalación básica en local y conectándose a grandes servidores, con la ventaja de que la aplicación está siempre actualizada.
La infraestructura que compone esta nube informática está dominada a nivel mundial por cinco proveedores, que controlan tres cuartas partes del mercado, pero especialmente por uno:
Amazon es conocida como una compañía de comercio electrónico, pero hoy por hoy, su principal negocio es la nube. AWS, el servicio cloud de Amazon es la división que más beneficios aporta a la compañía, y cuenta con una cuota de mercado del 47%, seguida a distancia por Microsoft (15%), Alibaba (7%), Google (4%) e IBM (1,8%).
Casi todo en la nube y cada vez más
En muchos momentos a lo largo de nuestra vida utilizamos la nube, a veces sin ser conscientes de ello. Por ejemplo, hace pocos años, era habitual guardar copias de nuestras fotos en un CD o en un DVD, pero hoy en día contamos con diversas formas de almacenarlas virtualmente.
Ahora vemos series cómodamente desde nuestra televisión o dispositivo, pero están almacenadas en la nube, jugamos a videojuegos que no están en nuestro disco duro, nos movemos por el mundo con navegadores cuyos mapas y rutas se gestionan desde internet… Cada día parece más impensable otra manera de hacer las cosas.
Se estima que un 20% de los datos ya están en la nube, pero esto solo es el comienzo de una tendencia que irá muy rápida. En 2024 se calcula que se superará el 80%, e incluso podría acelerarse más si el 5G y el Internet de las Cosas pisan el acelerador.
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