Viajando a Sudamérica con un presupuesto low cost   

Con más de un ahorrador en modo vacaciones, es el momento idóneo para descubrir técnicas para viajar barato por el mundo. Que no te resulte extraño el título, porque viajar a Sudamérica con bajo presupuesto es perfectamente posible siguiendo los consejos de ahorro en viaje del blog de Self Bank.

Gran continente, bajo presupuesto

De Punta Gallinas en Colombia a Ushuaia en Argentina, Sudamérica abarca una superficie de más de 17 millones de kilómetros cuadrados, repartida entre 12 países y un territorio de Francia: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Surinam y Guyana, más Guayana Francesa. Es complicado simplificarlos en un único artículo, como también lo es hablar de una cifra en un presupuesto viajero, pues dependerá de innumerables factores.

Empecemos viendo el poder de nuestros euros en cada uno de esos países, revisando cuánta moneda local necesitamos para comprar un euro, sin olvidar que la divisa de referencia en los países sudamericanos es el dólar estadounidense. Sus fluctuaciones directamente afectarán a las siguientes monedas, con la excepción de Guayana Francesa, que tiene euros:

  • Colombia: 3.200 pesos colombianos.
  • Venezuela: 11 bolívares.
  • Ecuador: 1,11 dólares estadounidense.
  • Perú: 3,66 soles.
  • Bolivia: 7,75 bolivianos.
  • Chile: 740 pesos chilenos.
  • Argentina: 17,80 pesos argentinos.
  • Uruguay: 32 pesos uruguayos.
  • Paraguay: 6.200 guaraníes.
  • Brasil: 3,65 reales.
  • Surinam: 8,41 dólares surinameses.
  • Guyana: 232 dólares guyaneses.

Con una cuenta bancaria en euros partimos con cierta ventaja a la hora de viajar a Sudamérica, pero no hay que dejarse guiar exclusivamente por las divisas, porque lo que realmente influye en el presupuesto es:

  • El nivel de comodidad y calidad demandado por el viajero (comidas, alojamiento, transporte).
  • La cantidad de puntos de interés que se visiten.
  • El tiempo de viaje disponible.
  • El coste de vida de cada país.
  • El nivel de precios de bienes y servicios vinculados al turismo de cada país.

Duerme local para ahorrar al viajar

La ley de oferta y demanda también rige en el sector turístico de los países sudamericanos. Si te quieres gastar 500 euros en una habitación de hotel, seguro que vas a encontrar hoteles de varias estrellas por ese precio. Sin embargo, si el objetivo es reducir el coste del alojamiento, puedes encontrar habitaciones dobles básicas desde 15 euros.

La cifra mínima por una habitación privada de hostal es diferente según el país. Es posible encontrarla por esos 15 euros en Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Surinam, mientras que en Chile o Brasil el doble sería un buen precio.

Dependiendo del país, de la ciudad y de la época del año conviene reservar por adelantado o no. La solución pasa por estudiar el nivel de precios del tipo de habitación elegido en buscadores de hoteles como Booking y leer crónicas de viaje en Internet para saber si otros viajeros reservan por adelantado o si hay suficiente alojamiento económico como para esperar hasta llegar a cada destino. Eso sí, conviene llevar bien sabido qué zona de la ciudad nos interesa, qué precio es aceptable y cómo es el transporte hasta los lugares que queramos visitar.

Come local para ahorrar al viajar

No pretendas comer sushi en Chile o jamón ibérico en Paraguay que sea de calidad y encima, a buen precio. La gastronomía local tiene un papel importante dentro del viaje y como acudir a restaurantes caros no siempre es sinónimo de comer bien, proponemos una técnica de ahorro diferente.

En vez de dejarnos aconsejar por guías de viaje o sentarnos en los sitios más concurridos de turistas, es mejor observar dónde va a comer la gente local cada día. En la mayoría de países de Sudamérica es habitual almorzar en la calle a diario, así que basta con poner atención y ver dónde acuden a comer, qué tipo de comida sirven y experimentar en función de lo aventurero que sea nuestro estómago.

Otro punto a favor de comer local en Sudamérica es que, por lo general, los platos de este tipo de restaurantes son muy abundantes. Y un único inconveniente: a excepción de Argentina y Uruguay, en el resto de Sudamérica los horarios son diferentes a los de España, así que para comer local tendremos que adelantar almuerzo y cena unas cuantas horas.

Regateando que es gerundio

De los europeos, los españoles vamos con ventaja en un viaje a Sudamérica. De los doce países, en nueve se habla la lengua de Cervantes, lo que nos permitirá comunicarnos con total facilidad, conocer mejor las costumbres de cada lugar y, como no podía ser de otro modo si se pretende un presupuesto low cost, pelear por precios locales y no de “gringo”. Así es, desde Venezuela a Paraguay, se puede pedir alguna rebaja, o al menos, intentar que no nos cuelen mayores precios por tener euros en la cartera. Especialmente en tours, visitas organizadas, tiendas y hasta en algún restaurante con distinta carta en inglés.

Moviéndonos por Sudamérica: no hay trenes y los vuelos son caros

En Sudamérica, salvo contadísimas excepciones, el transporte público terrestre se limita al autobús (con sus variadas denominaciones) y al taxi. Décadas atrás, el transporte en larga distancia se hacía en tren, con vías ferroviarias que todavía atraviesan países de punta a punta, pero ahora han caído en desuso. El asfalto ganó la partida y el tren ha quedado relegado a cortos trayectos como un reclamo turístico más.

Dicho eso, el autobús es la opción más económica, aunque en los extensos países de Chile y Argentina no lo sea tanto por las enormes distancias entre ciudad y ciudad.

Las aerolíneas low cost, tan frecuentes aquí en Europa, son escasísimas en Sudamérica, y tan solo están presentes en Brasil, Venezuela y Colombia. En el resto de países, salvo ofertas puntuales, volar sale caro.

Siguiendo con los billetes de avión, el que tendremos que comprar para cruzar el Atlántico será uno de los mayores desembolsos del viaje. Como ya vimos, adelantarse y estudiar los precios con tiempo es la mejor estrategia.