Invertir en empresas con alto dividendo. Los inversores deberíamos prestar más atención a las empresas que reparten buenos dividendos de forma sostenible y recurrente. Desde la crisis financiera de 2008, los tipos de interés han bajado a mínimos históricos, haciendo muy difícil conseguir que nuestros ahorros generen rentas. Los bonos del Estado no han conseguido batir los índices de inflación y en consecuencia aquellos inversores que han mantenido estos activos han perdido poder adquisitivo.
En este contexto de rentas bajas la opción de invertir en empresas fuertes, con balances sólidos, negocios rentables que generan exceso de caja y que son capaces de repartir una parte importante y creciente de sus beneficios, parece una estrategia a considerar seriamente.
La rentabilidad por dividendos puede ser una fuente sostenible de ingresos
La rentabilidad por dividendo es una métrica que nos indica la relación de lo que reparte una empresa en concepto de dividendo con respecto al precio de la acción. Es decir, si la empresa reparte 5 euros de dividendo anualmente por cada acción, y la acción cotiza a 100 euros, decimos que la empresa tiene una rentabilidad por dividendo del 5%.
El dinero que recibe el accionista en concepto de dividendo puede ser gastado por el inversor o reinvertido en la empresa comprando más acciones. Aquellos inversores que están cerca de la edad de jubilación suelen buscar empresas con negocios maduros y estables que reparten dividendo como fuente complementaria a los ingresos de su pensión.
Hay que recordar que la rentabilidad de las empresas que reparten dividendo puede venir por dos vías diferentes:
- En primer lugar, la acción puede subir de precio a medida que el negocio se revaloriza, haciendo que la participación en la empresa valga cada vez más.
- En segundo lugar, el inversor dispone del dinero repartido para seguir ahorrando e invirtiendo, o complementar sus ingresos.
Buscando empresas en sectores defensivos
Muchas de las empresas que reparten dividendos generosos operan en sectores maduros y defensivos. La razón por la que suelen repartir dividendos es porque su negocio maduro no permite un crecimiento muy alto y, por tanto, tiene sentido combinar la dedicación de una parte de los recursos al futuro crecimiento, con ir devolviendo parte del beneficio directamente a los accionistas.
Las empresas de sectores defensivos suelen tener una naturaleza no cíclica, ya que no necesitan grandes cantidades de dinero para operar su negocio y sobrevivir y suelen tener balances sólidos. Esto implica también que la volatilidad en el mercado de las cotizaciones de estas empresas sea menor. La percepción de tener un negocio estable hace que su precio oscile menos en momentos turbulentos. Para aquellos inversores con aversión al riesgo esta característica puede marcar la diferencia entre soportar los momentos difíciles y lograr implementar una estrategia de éxito o no.
Aquellos sectores históricamente anticíclicos son aquellos que tienen que ver con productos que necesitamos a diario, y que no dejaremos de utilizar aún en situaciones más complicadas de la economía. Los típicos ejemplos son sectores como el de comida y refrescos, o el farmacéutico y de salud. Todos necesitamos seguir comiendo, y seguimos disfrutando de nuestro refresco preferido ya que supone un porcentaje muy pequeño de nuestra capacidad adquisitiva diaria.
Posibles riesgos de la inversión en dividendos
En última instancia la inversión en empresas que reparten un dividendo no deja de ser la participación en el capital social de una empresa cotizada. Quiere decir que los riesgos en los que incurrimos son los propios de invertir en renta variable.
Si bien el hecho de ser empresas con negocios maduros, anticíclicos, que generan beneficios recurrentes supone una volatilidad menor, las empresas nunca dejan de ser organizaciones vivas, en constante evolución, y si las circunstancias de su negocio cambian, también lo hará la valoración que le otorga el mercado.
Aunque los partidarios de las empresas que reparten dividendos recuerdan la frase del refranero español: más vale pájaro en mano… hay inversores que argumentan que el reparto de dividendos es un hecho poco eficiente desde el punto de vista fiscal, ya que se pagan impuestos al cobrarlos. Además, el dinero que se cobra en dividendos, sale de las arcas de la empresa, por lo que deja de ser dinero disponible para que la empresa invierta en el crecimiento de su negocio.
Empresas con resultados robustos
Una de las claves para que las empresas sigan repartiendo dividendos a lo largo del tiempo es que su negocio sea lo suficientemente rentable para generar dinero de sobra, y que puedan repartir parte de ese dinero sin que ello afecte sus necesidades de reinversión internas.
Una empresa con buenos márgenes y un negocio sólido podrá más fácilmente seguir repartiendo dividendos a lo largo del tiempo. También es importante para una estrategia de inversión en dividendos, ser conscientes de qué porcentaje de los beneficios está repartiendo la empresa en concepto de dividendos. En algunas ocasiones las empresas recurren a pedir dinero prestado para poder seguir manteniendo su nivel de reparto de dividendos. Esto no es una política sostenible a largo plazo, y aunque puede haber alguna situación puntual que lo aconseje, es una clara señal de que el dividendo puede no ser tan sostenible como parece.
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