Value Trap. ¿Qué es una trampa de valor?

Nadie es infalible. Incluso los mejores inversores del mundo, aquellos que logran obtener buenas rentabilidades a lo largo de los años, cometen errores de cuando en cuando en sus inversiones. Al fin y al cabo invertir es una actividad probabilística. Unas veces se acierta más que otras.

Cuando un gestor que sigue una filosofía de inversión en valor (value investing), popularizada en las últimas décadas por grandes inversores como Warren Buffett, comete un error de inversión, a veces se alude a una trampa de valor (en inglés value trap) como explicación de por qué la inversión no fue acertada.

¿Pero qué es realmente una trampa de valor?

En primer lugar hay que decir el concepto de trampa de valor es subjetivo y cada inversor puede tener una definición ligeramente diferente. No hay unos parámetros claros bajo los que etiquetar algo como value trap. De hecho no todos los inversores reconocen que las trampas de valor existan, y prefieren calificarlas como simplemente errores de valoración.

La inversión en valor se basa a grandes rasgos en la idea de que las empresas tienen un valor intrínseco que no tiene por qué coincidir con el precio de mercado. En momentos de euforia los activos cotizan a precios más altos de lo razonable (que su valor intrínseco), mientras que en momentos de crisis los precios se derrumban y es posible comprar activos por debajo de su valor real.

La importancia del tiempo

Para que una estrategia de value investing funcione, no sólo necesitamos comprar activos por debajo de su valor intrínseco. También tenemos que esperar a que el mercado corrija sus excesos y vuelva a valorar las cosas de manera más apropiada a su valor intrínseco.

Es decir, si hemos comprado algo por la mitad de lo que creemos que vale, tenemos que esperar a que el mercado reconozca que nuestra estimación de valor era correcta. Para ello, suele ser necesario tener paciencia para que vaya pasando el tiempo. Dependiendo del tiempo que tenga que pasar para que el mercado nos de la razón, nuestra rentabilidad anual sobre la inversión variará. Si el activo se revaloriza rápido, obtendremos una buena rentabilidad temporal.

El valor intrínseco nunca es estático

Hasta el momento hemos hecho dos suposiciones importantes: que podemos calcular un valor intrínseco, y que éste es estático, es decir, que se mantiene a lo largo del tiempo.

Sin embargo la realidad no es tan sencilla. El valor fundamental de las empresas va variando con el paso del tiempo, a medida que estas van desarrollando su negocio, interactúan con la competencia, etc. Por tanto como inversores nos podemos encontrar con que el valor intrínseco que habíamos calculado para un activo se deteriore con el tiempo.

Una trampa de valor se produce cuando compramos acciones de una empresa estimando que su valor intrínseco futuro va a ser uno, pero con el paso del tiempo el negocio se va deteriorando de manera que no obtenemos la revalorización que esperábamos.