Si pensamos en sectores que pueden dar alegrías a los inversores en el futuro, probablemente la mayoría están relacionados con la tecnología. La expansión de Internet y el auge de los teléfonos inteligentes y del llamado Internet de las Cosas nos acercan a lo que puede ser el futuro a pocos años vista.
En el ámbito de la inversión también se ha producido un importante cambio en este sentido. Hace unos años, las mayores compañías eran las relacionadas con la energía (especialmente, las petroleras) y algunas entidades financieras. Sin embargo, hoy en día el podio está copado por las empresas tecnológicas, con Apple en el primer puesto, Alphabet (la matriz de Google) en el segundo, y Microsoft en el tercer lugar, y con compañías como Facebook y Amazon también entre las diez primeras posiciones.
La economía digital ya está aquí, y el que no sepa adaptarse, corre el peligro de quedarse atrás o desaparecer. La tecnología es ya el presente y será el futuro, pero no todo está relacionado con Internet y los teléfonos inteligentes. La robótica se configura como una de las oportunidades de inversión más interesantes para los próximos años.
Qué es la robótica
La robótica es una disciplina que aglutina ingeniería, diseño, informática, electrónica e incluso inteligencia artificial para la construcción y búsqueda de aplicaciones para los robots. Como curiosidad, la palabra robot procede de la palabra checa robota, que significa “trabajos forzados”, y que fue utilizada por el escritor checo Karel Capek en un libro publicado en 1920.
A través de los robots, los seres humanos han buscado librarse de los trabajos más mecánicos o tediosos, además de conseguir una mayor productividad y precisión. Se ha evolucionado de los clásicos robots de las cadenas de montaje en las fábricas
El término robótica fue acuñado por el escritor Isaac Asimov, que definió las Tres Leyes de la Robótica.
Quién invierte en robótica
Alphabet, la matriz de Google está invirtiendo miles de millones en diversos proyectos relacionados con la robótica, desde el coche sin conductor hasta el transhumanismo, una especie de fusión entre el hombre y las máquinas, en la que las personas pueden contar con implantes de diversos tipos para tener más fuerza, más capacidad cerebral o ser inmunes a las enfermedades o al envejecimiento.
Por su parte, Honda lleva años invirtiendo en robots humanoides, con su Asimo, capaz de reconocer su entorno, comportarse de manera autónoma y con un movimiento bastante ágil.
La industria militar también es una de las grandes interesadas en el desarrollo de la robótica, no sólo a través de los drones, sino de robots capaces de llevar grandes cargas a través de terrenos escarpados durante muchos kilómetros (liberando a los soldados de llevar ese peso).
En el ámbito de la medicina, también se ha avanzado mucho en este campo. Hay diversos robots médicos que permiten realizar operaciones quirúrgicas de forma más precisa, consiguiendo incluso operar a control remoto, o robots que realizan intervenciones sin colaboración humana.
Y en la propia Bolsa de valores, hoy en día, los que invierten mayoritariamente son robots.
Qué tengo que tener en cuenta para invertir en robótica
Para invertir en robótica, contamos con diversas opciones, tanto de manera directa como a través de fondos de inversión o ETF como el iShares Automation and Robotics (ISIN IE00BYZK4552). Algunos estudios prevén que la industria de la robótica duplicará sus ventas en los próximos diez años, mientras que otros acortan todavía más este plazo, estimando que lo hará en sólo siete.
Economías como la china, la segunda mundial y uno de los mayores productores en multitud de ámbitos, todavía están poco robotizadas, de manera que se estima que el gigante asiático necesitaría más un millón de robots para alcanzar el nivel de otros países avanzados, lo cual significa que la oportunidad de inversión en este ámbito es bastante interesante.
Robots médicos, robots militares, drones o impresión 3D son sectores para los que se augura un fuerte crecimiento. Dentro del consumo doméstico, también están en auge los robots aspiradores.
Empresas punteras en España, en Europa y en el mundo
En España contamos con alguna empresa puntera a nivel mundial, como es el caso de Erle Robotics, una startup con sede en Bilbao que aún no cotiza en bolsa pero que fabrica drones y ofrece soluciones de robótica a empresas y universidades, y que ha sido la única compañía extranjera en recibir fondos por parte de DARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados en Defensa de Estados Unidos. Esta agencia está vinculada a muchos de los grandes avances tecnológicos de las últimas décadas, como el GPS, los satélites o Internet, por ejemplo.
En el ámbito europeo, existen empresas muy importantes, tales como el alemán Kuka, que es uno de los principales fabricantes de robots industriales, el gigante Siemens (en alguna de sus múltiples facetas), el grupo suizo Stöcklin, especializado en soluciones logísticas, o la multinacional ABB, también con sede en Suiza.
En uno de los países más industrializados del mundo, Japón, destacan, además de la citada Honda, corporaciones como Fanuc, uno de los líderes mundiales.
También podemos citar a uno de los pioneros y líder en el mundo de los robots aspiradores, la estadounidense iRobot (con su famoso Roomba).
Rentabilidades pasadas y futuras
Este no es un artículo de recomendaciones de inversión, por lo que todas aquellas empresas que hemos citado, lo hemos hecho a título enunciativo. No obstante, si las analizas, podrás encontrar interesantes oportunidades, siempre teniendo en cuenta que, como se suele decir, rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
La robótica, pese al crecimiento que ha tenido en los últimos años, es un negocio todavía por explotar. Como comentábamos, la economía china necesita “robotizarse”, con lo cual el crecimiento potencial es grande.
En base a estas expectativas, las empresas centradas en la robótica están cotizando generalmente a valores PER bastante elevados, superiores a 30, lo que implica que las expectativas que les otorga el mercado son de fuerte crecimiento. Lo cual, por otra parte, obliga a los inversores a analizar dónde se invierte y cuándo.
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