Parece que llevamos toda la vida con los smartphones, pero es un invento que lleva muy poco tiempo entre nosotros. Si echamos la vista atrás, los que tenemos cierta edad (¡aunque no hace falta ser muy viejo!) recordaremos incluso cuando empezaron a aparecer los primeros teléfonos móviles, allá en los años noventa, y cómo nos extrañaba ver a alguien manteniendo una conversación por la calle.
En muy poco tiempo, el invento triunfó y fue incorporando funcionalidades que permitían ampliar la manera de comunicarse: no solo a través de la voz, sino también de los SMS (que llegaban a colapsarse en fin de año) y, más tarde, a través de Internet. De esta manera, llegamos a la creación de los teléfonos inteligentes, sin los cuales sería difícil de entender la Cuarta Revolución Industrial que estamos viviendo.
Si hablamos de teléfonos inteligentes, el aparato por antonomasia es el iPhone. El icónico teléfono de Apple no se puede considerar como el primer smartphone de la historia, ya que antes hubo otros aparatos “inteligentes”, que combinaban las funciones de un teléfono y una PDA, con sistema operativo, capacidad de conectarse a Internet y correo electrónico, entre otras características (como, por ejemplo, el Ericsson R380, puesto a la venta en el año 2000, las BlackBerry, o algunos modelos de la marca que entonces reinaba en el mercado, Nokia).
El iPhone fue presentado por Steve Jobs el 9 de enero de 2007 (se cumplen ahora 12 años), en la Macworld Conference & Expo. Apple llevaba varios años investigando la tecnología de pantalla táctil, y esta característica, unida a la sencillez de su manejo, hicieron triunfar al dispositivo desde sus comienzos.
Es posible que anteriormente hubiera otros teléfonos más o menos inteligentes, pero lo cierto es que después del lanzamiento del iPhone, todos los que salieron se parecieron a éste.
La evolución de Apple
Apple es una de las compañías más valiosas del mundo por cotización, manteniéndose en el primer puesto de manera casi ininterrumpida, si bien en los últimos tiempos mantiene una dura pugna con otros dos gigantes del ámbito de la tecnología, Microsoft y Amazon.
La compañía liderada durante muchos años por uno de sus fundadores, Steve Jobs, y actualmente por Tim Cook, logró hace unos meses superar el billón de dólares de capitalización (actualmente ronda los 700.000 millones de dólares). Hoy en día triunfa en el mercado gracias, fundamentalmente, a su iPhone, que supone más de la mitad de sus ingresos. Pero no siempre ha sido así.
Apple ha tenido diversos altibajos en su historia. Tras un comienzo fulgurante, gracias al éxito de su primer ordenador, el Apple I, y sobre todo, gracias a su sucesor, el Apple II, en 1980, cuatro años después de su fundación, comenzó a cotizar en la Bolsa. Sin embargo, el Apple III resultó un fracaso. Además, la creciente competencia en el mundo del PC, con IBM a la cabeza, y con multitud de ordenadores clónicos, provocó que la compañía atravesase sus primeras dificultades.
Jobs convenció a John Sculley, un ejecutivo de Pepsi, para que liderara un cambio en la compañía, mientras él se ocupaba de cuestiones de diseño. Sorprendentemente, unos años después, un enfrentamiento entre ambos finalizó con la salida del fundador.
Jobs fundó posteriormente otras exitosas empresas, como NeXT Computer y Pixar, que años después sería vendida a Disney por 7.600 millones de dólares.
Mientras tanto, Apple continúo con sus problemas, lo que propició la vuelta de Jobs a la empresa en 1997. De nuevo, Jobs logró cambios revolucionarios, como el lanzamiento del iPod y la creación de iTunes, que permitieron la recuperación de la empresa de la manzana, al conseguir una gran cuota en el mercado musical estadounidense, con la venta de miles de millones de canciones.
Posteriormente, el lanzamiento del iPhone y de otros productos de éxito, como el iPad y los MacBook Air convirtieron a la compañía californiana no sólo en la más valiosa del mundo, sino también en la más rentable, con unos beneficios anuales superiores a 50.000 millones de dólares.
¿Cuánto se podría haber ganado invirtiendo en Apple?
Apple fue fundada por Steve Jobs, junto con su amigo Steve Wozniak y Ron Wayne (que había sido compañero de Jobs en Atari), en el año 1976. Wayne no suele ser citado porque vendió pronto su 10% en la compañía, apenas 12 días después. El miedo a que un contrato con una cadena de tiendas saliera mal y terminarán embargando sus propiedades movió a Wayne a vender su parte, por unos 800 dólares.
Ese 10% de la compañía haría que Wayne tuviese hoy en día unos 70.000 millones de dólares, de manera que rondaría el primer puesto en la lista de personas más ricas del mundo.
Sin embargo, esto no deja de ser una elucubración, ya que no existe una bola de cristal, e incluso el propio Wayne ha afirmado en diversas ocasiones que no se arrepiente de la decisión tomada en su momento, basada en las circunstancias que tenía entonces.
En cualquier caso, es lógico pensar que invertir en Apple hubiera sido una buena idea. Si retrocedemos solamente 5 años, a 2013, hoy habríamos multiplicado por tres la inversión realizada. Pero, como es lógico, el éxito de Apple está muy ligado al iPhone, que supone un 60% de sus ventas, lo realmente interesante es ver qué habría pasado si hubiésemos invertido a principios de 2007, cuando se lanzó el icónico teléfono.
Si tenemos en cuenta los lanzamientos de los productos más significativos y, si en vez de haber comprado el producto, hubiéramos invertido el mismo importe en acciones de Apple podríamos haber recuperado la inversión e incluso haberla multiplicado en muchos de los casos.
Si en mayo de 2006, cuando Apple lanzó el Macbook por 1939 euros, hubieses decidido en vez de comprarte el ordenador, comprar 268 acciones a 9,28 dólares la acción, la rentabilidad actual sería de un 1500%. Si consideramos la fecha de lanzamiento del primer iPhone en 2007, el cual costaba 499 dólares en EE.UU., la rentabilidad sería del 760%. Si tenemos en consideración dos de las últimas innovaciones de Apple, el iPad, lanzado en Marzo de 2011, y los Airpods, lanzados en septiembre de 2016, seguiríamos consiguiendo una buena rentabilidad, del 200% y el 39%, respectivamente.
Sin embargo, no siempre es así, y si consideramos uno de los últimos productos de Apple, el conocido Iphone X, perderíamos el 6% de nuestra inversión, debido a las últimas turbulencias de la acción en el mercado a finales de 2018.
Recapitulando, si hubiéramos invertido en acciones de Apple en vez de comprar estos 5 dispositivos, hubiéramos comprado la cantidad de 321 acciones de Apple. El precio a comienzos de 2019 de las acciones ronda los 150$, por lo que tendríamos una cartera por valor de 42.000 euros y solo habríamos pagado por ella 5.241 dólares, o lo que es lo mismo, 4.600 euros. Esto significa que hubiéramos multiplicado casi ¡10 veces! nuestra inversión inicial.
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