Para la declaración de la renta acudes a una gestoría, para una consulta legal preguntas a tu abogado, para organizar vuestra boda contratasteis wedding planner; los planos de tu casa los hizo un arquitecto; la cocina te la montó un carpintero y para una fuga de agua avisas al fontanero. Sin embargo, ¿para optimizar tu ahorro y tu inversión todavía no cuentas con un asesor financiero? Pues, zapatero a tus zapatos. En el siguiente post hablaremos sobre la importancia de un asesor financiero.
Educación financiera: la base para una vida tranquila
A estas alturas a nadie le queda duda de que la educación financiera es esencial para todas las personas. Lo es desde un punto de vista individual, familiar y, en conjunto, como sociedad, ya que es imprescindible que estemos capacitados administrar adecuadamente los recursos económicos a lo largo de toda la vida. Lo vemos de manera muy sencilla con la siguiente línea de vida:
- Educación básica hasta los 16 años.
- Formación universitaria y profesional durante los siguientes 5-10 años.
- Período laboral***
- Jubilación.
***De todos esos años de vida, solamente durante el período que hemos destacado con asteriscos se generan recursos económicos. Y estos tendrían que ser suficientes para cubrir el resto de fases:
La jubilación vendrá determinada en gran medida por lo que hayamos guardado durante el período laboral y, con suerte, complementada con la pensión pública (si sigue existiendo cuando nos jubilemos). Al mismo tiempo, el cuidado y la formación de nuestros hijos lo costeamos con el dinero obtenido en esa etapa laboral.
Hasta aquí, todo claro. Sin embargo, merece la pena reiterar que con el sueldo de esos años de trabajo hay que cubrir:
● Período laboral → Gastos necesarios para vivir y para la familia.
● Período laboral → Grandes desembolsos (coche, vivienda, educación de los hijos…)
● Período laboral → Contratiempos.
● Período laboral → Jubilación.
Todo un reto, especialmente si no tenemos claro cuánto debemos ahorrar hoy para cubrir las necesidades del momento presente y también las de mañana. O, dicho de otro modo, el ritmo de generación de recursos es distinto al de las necesidades económicas a lo largo de la vida. Hay que vivir bien hoy, pero tener la capacidad para seguir viviendo bien mañana. Y para ello, indiscutiblemente es necesaria una adecuada planificación financiera.
Asesoramiento financiero experto: hay que saber delegar
Puede que algún sustillo hace algunos años te hiciera verle las orejas al lobo. A partir de ese momento, te pusiste las pilas y te marcaste unas pautas de ahorro para vivir con mayor tranquilidad. Fue un gran paso. Porque en todo este tiempo has adquirido suficientes conocimientos financieros como para afirmar que el ahorro y la inversión son dos elementos imprescindibles para llevar una vida sin sobresaltos económicos:
● Ahorro, porque nadie sabe qué nos traerá el futuro y porque tienes objetivos que cumplir.
● Inversión, porque sin ella el ahorro sería inútil, pues con el paso del tiempo se lo comería la inflación.
Ahora te planteas subir un escalón más. Cada año de tu vida laboral te vuelves un poco más experto en tu trabajo, resuelves más problemas en menos tiempo, cada vez tomas decisiones más acertadas y cometes menos errores. Es así porque acumulas horas, días, semanas, meses y años de experiencia.
Del mismo modo, un asesor financiero acumula años de experiencia en recomendar a su cliente, con un único objetivo: optimizar su planificación financiera.
Puede que haya llegado la hora de delegar parte de tus tareas, siempre que te lo puedas permitir y encaje dentro de tus necesidades. Y si no es así, no te preocupes, siempre hay otras alternativas que puedes considerar.
Una meta común: lograr objetivos
Nadie duda de tu buen hacer en las finanzas. Tienes la base, llevas bien tus cuentas y ahorras sin problema. Pero alguien que se dedica plenamente a ello, muy probablemente te va a ayudar a tomar las decisiones más acertadas en tu vida: ¿Para qué ahorro? ¿Cuándo me podré jubilar? ¿Ahorro mucho o es poco? ¿Conseguiré dejarle una vivienda a mi hijo? ¿Podré pagar sus estudios en el extranjero? ¿Cuándo nos podremos mudar a una casa mejor? ¿Para qué invierto?
Entendimiento: la primera fase del asesoramiento
Lo mejor para ti no siempre es lo mejor para otro cliente. Por eso, tu asesor financiero debe conocerte muy bien, y no solo en términos económicos. El asesor tiene que comprender cuáles son tus metas, qué te preocupa, a corto plazo y a largo plazo. Además, cuál es tu nivel de ingresos y gastos, cuál tu patrimonio, cuál tu proyecto vital y cuál tu nivel de riesgo.
Tras ese estudio de planificación exhaustivo, tu asesor estará en condiciones de mostrarte con claridad qué caminos te pueden conducir hacia tus objetivos, en qué punto te encuentras y cómo puedes actuar para llegar hasta tu meta.
Tu asesor te muestra los caminos hacia tu objetivo, pero la elección es solo tuya
Muy lejos queda —o debería quedar— ese tiempo oscuro en el que el banco solo se preocupaba por vender su producto a toda costa, en vez de conocer los objetivos de su cliente para aconsejarle qué producto le puede interesar, qué camino tomar.
Con un cliente educado en finanzas, un banco orientado solo hacia sus productos ya no tiene sentido. Así lo entienden entidades como Singular Bank, cuyos asesores y clientes mantienen una relación cercana y fluida, una relación que solo es posible con transparencia, honestidad y confianza. No hay cabida para conflictos de intereses entre las dos partes. El banco pone las herramientas, pero es el cliente quien decide.
El asesor siempre debe buscar lo mejor para ti, por ser su cliente —bien informado—. Y solo como fruto de esa confianza, el asesor obtendrá su recompensa. Si logras tu objetivo, entonces habrá tenido éxito tu asesor en su trabajo. En Singular Bank buscamos, siempre, la excelencia en todos los aspectos, y la relación entre asesores y clientes es, sin duda, uno de ellos. Por eso, es objeto de orgullo contar con el reconocimiento del mercado, como sucede con los premios RankiaPro, al que opta una de nuestras banqueras en la categoría de Asesor Financiero del año.