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Split de acciones: las grandes empresas dividen la tarta en más porciones

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El split de acciones se ha vuelto habitual entre las empresas cotizadas, aunque es un sistema que funciona desde hace mucho tiempo. Tal y como indica esa palabra inglesa, es una estrategia que consiste en dividir acciones: pasa a haber un mayor número de ellas, reduciéndose su precio unitario en la misma proporción.

¿Cuáles son las razones del auge del split de acciones?

Con el split de acciones se consigue que el precio unitario de las mismas se reduzca. Por ejemplo, si se realiza un split de 4×1, el número de acciones se multiplica por cuatro, y la cotización pasa a ser la cuarta parte de lo que era inicialmente

De esta manera, globalmente la empresa sigue valiendo lo mismo, y la participación que cada inversor tenga en ese momento, también. Por ejemplo, pasaríamos de tener 10 acciones a 1.000 euros (10.000 euros) a 40 acciones a 250 euros (el mismo importe).

Precisamente, la reducción del precio de cotización es una de las principales causas por las que se recurre al split. Algunas grandes cotizadas, como Alphabet (Google), Tesla, Amazon, Apple o Nvidia lo han realizado en los últimos años e incluso planean realizar otros próximamente. Por ejemplo, Amazon y Alphabet han anunciado recientemente splits de 20×1.

Con el paso de los años y la buena evolución de estas compañías, las acciones van subiendo, hasta llegar a un punto en el que se hacen difíciles de comprar por parte de los pequeños inversores. A mediados de abril de 2022 la acción de Alphabet ronda los 2.600 dólares y la de Amazon, los 3.100; con esta división entre 20, pasarían a cotizar a 130 y 155 dólares, respectivamente, cifras mucho más asequibles para un pequeño inversor.

¿Tiene algún beneficio para los accionistas?

A priori, tal y como se ha señalado anteriormente, este desdoblamiento de las acciones no tiene ningún efecto sobre el valor total, pero sí puede tenerlo de manera indirecta.

Al dividir el precio de cotización y facilitar el acceso a un mayor número de inversores, se genera un mayor volumen de operaciones, las acciones parecen más baratas y se puede decidir más fácilmente cuánto invertir, lo cual puede traer incrementos en la cotización.

Trozos más pequeños, mayor liquidez para el accionista gracias al split

Esta división en partes más pequeñas también facilita la conversión de acciones en liquidez del propio inversor: si precisa disponer de algún dinero, no tiene que vender una acción por un importe elevado, sino que puede vender trozos más pequeños en función de sus necesidades.

En cualquier caso, conviene destacar que el aumento de valor no se produce en sí mismo por el split, éste puede contribuir en cierta medida por esa mayor posibilidad de entrada de accionistas más pequeños, pero la evolución de la cotización dependerá del valor subyacente de la empresa y de sus expectativas en el futuro.

El caso de Apple

Veamos, por ejemplo, el caso de Apple. Esta compañía ha realizado varios splits a lo largo de su historia: en 1987 hizo el primero (2×1), una proporción que repitió en los años 2000 y 2005; en 2014 realizó uno mucho más potente (7×1), para colocar la cotización por debajo de los 100 dólares, y en 2020 volvió a dividir en 4 sus acciones.

Todas estas particiones significan que quien tuviera 1 acción de Apple en 1987 tendría ahora mismo, sin hacer nada, 224 acciones. O analizado desde otro punto de vista, si la acción de la compañía de Cupertino no se hubiera dividido a lo largo de estos años, en 2022 cotizaría por encima de 37.000 dólares, muy lejos de las posibilidades del inversor medio.

¿Hay alguna alternativa al split de acciones?

Tomemos como ejemplo la cotización de una de las compañías más exitosas del mercado, Berkshire Hathaway, conocida por estar dirigida desde hace décadas por el famoso inversor Warren Buffett.

Las acciones de clase A de esta compañía cotizan en abril de 2022 por encima de los 520.000 dólares, una cifra que se escapa de largo a las posibilidades de la inmensa mayoría de los inversores, ya que nunca se ha realizado un split de las mismas —el propio Buffett ha asegurado que nunca lo haría— y ha estado creciendo constantemente en las últimas cinco décadas.

Como alternativa, la compañía sacó al mercado en 1996 acciones de clase B, con una cotización de 1/30 respecto a las de clase A. En la clase B, Berkshire Hathaway sí que realizó en su día un split 50×1, en el transcurso de una operación a través de la cual adquirió una empresa ferroviaria, para acomodar el valor más fácilmente en el canje con los accionistas de esta firma.

De este modo, las acciones de clase B de Berkshire tienen un valor 1.500 veces inferior al de las de clase A, lo que significa que en abril de 2022 se sitúan en 348 dólares, una cifra mucho más asequible.

La diferencia fundamental entre ambos tipos de acción está en los derechos de voto, que en el caso de las de tipo B es de 1/10.000 respecto a las de tipo A, algo que no afecta a un gran número de inversores, al no ejercer su derecho a voto en la junta de accionistas.

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