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Síntomas para detectar que vives por encima de tus posibilidades

En no pocas ocasiones, seguro que has escuchado que la crisis ha sido causada por el hecho de que mucha gente o que todo un país, como por ejemplo Grecia, han vivido por encima de sus posibilidades. Pero realmente no está muy claro cómo ser consciente de ello, puesto que para atajar un problema lo primero es ser consciente de que lo tenemos.

Qué es vivir por encima de tus posibilidades

Vivir por encima de tus posibilidades, no es ni más ni menos que tener un ritmo de vida que no se corresponde con tu nivel de activos e ingresos. Si eres mileurista y vas a trabajar en tu Ferrari es muy probable que estés viviendo por encima de lo que te tocaría. Es importante destacar que para poder llegar a vivir por encima de nuestras posibilidades el apalancamiento juega un papel fundamental, ya que la deuda paga la parte que nosotros no podemos pagar.

Cuándo vivimos por encima de nuestras posibilidades

La forma más básica de ver que vivimos por encima de nuestras posibilidades es que gastamos más de los que ingresamos. Por supuesto, siempre que esto sea algo estructural, y no puntual por un gasto imprevisto (una reparación del coche, o las vacaciones de verano). Por tanto, que puntualmente gastemos más de lo que ingresemos no es definitorio. La clave es que ese déficit sea recurrente.

Ese concepto nos aplica a todos, desde personas individuales a empresas e incluso países. Veamos algunos indicios que nos pueden dar una señal de alarma y que deberíamos considerar para ajustar nuestros gastos.

No podrías afrontar un gasto extra

Si tuvieras que pagar la reparación de la caldera, o un problema no previsto en tu coche, no tendrías dinero suficiente para afrontarlo, y tendrías que recurrir al pago aplazado.

El plazo de la deuda es superior al del bien

Si tienes que pagar a largo plazo con deuda gastos que son a corto, es mala señal. Un ejemplo claro pueden ser las vacaciones. Las disfrutas durante un mes, pero el pago lo difieres durante un año. La lógica sería la contraria: ahorras un año para gastarlo, de forma que no tendrías que pagar los intereses.

La cuota no es la clave

Habitualmente, para determinar si nos podemos permitir un gasto pensamos en si podemos afrontar el pago mensual. Es decir, que te puedas permitir pagar 300€ al mes por tu coche nuevo no quiere decir necesariamente que sea el que más te conviene, si eso implica pagarlo a 8 años, por ejemplo. Lo mismo sucede con la compra de un piso. Uno de los grandes errores es plantearse la compra en función de la cuota. Hoy la cuota puede ser asumible, pero una subida de un 2% de los tipos de interés de referencia puede desembocar en una situación financiera muy negativa.

Descubiertos o impagados   

Suelen ser una señal de alerta. Quizás sólo es que eres despistado y tienes varias cuentas y no controlas dónde tienes domiciliados los pagos, pero si durante los últimos meses has tenido algún recibo impagado o algún descubierto en cuenta que no sea debido a un simple despiste, puede ser una señal de alerta. De hecho, es uno de los indicadores que más tienen en cuenta los bancos en sus scorings de riesgo.

Los extras innecesarios

Seguramente, una de las formas más evidentes de gasto superfluo son todos los servicios que pagas que o bien podrías hacer tú mismo, o bien pagas pero en cambio no utilizas. Si pagas la cuota del gimnasio y no vas hace meses, o si pagas para que te traigan la compra del súper cuando lo tienes enfrente de casa, y a la vez, tienes problemas para llegar a fin de mes, algo no funciona. El presupuesto de gastos personal puede ser un balón de oxígeno si te encuentras en esta situación.

Cómo evitar vivir por encima de tus posibilidades

Lo más importante es tener claro lo que ganas y lo que gastas, sobre todo lo segundo. Mucha gente a mitad de mes se pregunta cómo es posible que ya se haya ido buena parte del presupuesto mensual. Esos pequeños gastos invisibles son un “gota a gota” que perjudica nuestras finanzas personales. Una vez identificados todos los gastos, debes auditarte a ti mismo y saber qué gastos son necesarios y cuáles son prescindibles. No se trata de ahorrar por ahorrar, pero sí de no gastar en aquello que no usamos o no nos aporta valor.

Ejemplos de personas, empresas y organizaciones que viven por encima de sus posibilidades

Seguramente el ejemplo más evidente de los últimos años ha sido Grecia como país, y eso ha desembocado en una deuda que ha resultado imposible de afrontar. Otro ejemplo más cercano serían dos equipos de baloncesto históricos como el Estudiantes o el Joventut de Badalona, que en la década de los 90 lograron grandes éxitos deportivos incluso siendo campeón de Europa el segundo, pero que posteriormente han tenido una larga y costosa travesía del desierto al no poder hacer frente a las deudas que aún arrastran.

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