Salario emocional, mucho más allá del «¿cuánto me pagan?»

Las prioridades de los empleados y los empleadores cambian a medida que la sociedad lo hace, y por ello ambas partes ven modificadas sus prioridades históricas. Pese a que la base de un acuerdo laboral es que el empleado recibe un salario económico a cambio de su trabajo, cada vez hay más variables que los empleados tienen en cuenta tanto para buscar trabajo como para un posible cambio. Los responsables de recursos humanos lo saben, y también los headhunters y, en consecuencia, cada vez el pack ofertado tiene en cuentas muchos más factores.

No todo es el dinero

Todos hemos visto campañas acerca de que hay cosas que el dinero no puede comprar. En el trabajo esa afirmación cobra si cabe más importancia, puesto que seguramente sea el sitio dónde la mayoría de nosotros pasa más horas, casi más que en nuestra propia casa.

Por ello, llegados a ciertos mínimos económicos, en muchos casos por un 10% adicional puede no compensar vivir en un entorno laboral hostil, un trabajo que nos aburra, o ya llegados al extremo, situaciones que puedan llegar a afectar la salud con cuadros de estrés o el síndrome burnout.

Así, muchos trabajadores valoran cada vez más elementos no económicos para elegir las empresas para las que quieren trabajar y que les permita mejorar globalmente su calidad de vida, tanto familiar como personal.

La conciliación es la estrella del salario emocional

conciliación laboralSeguramente, la conciliación de la vida laboral y personal sea el elemento más valorado.  Se trata más de una filosofía empresarial que una medida concreta, ya que al final consiste en hacer sostenible y compatible la adecuada dedicación al trabajo con las necesidades personales y familiares, entendiendo que para ser un profesional completo debe llegarse a un equilibrio con la vida personal. Este concepto, muy arraigado en otros países del centro/norte de Europa, aún es muy incipiente en países del sud de Europa, y en particular en España.

Dentro de este ámbito, podemos encontrar multitud de medidas que lo faciliten:

    Flexibilidad horaria: Sin duda un caballo de batalla en el caso español, donde por razones históricas se acostumbra a hacer parones enormes para comer, de forma que la jornada laboral se alarga hasta horas intempestivas. De hecho, sectores con horarios intensivos como la banca están tratando de revertirlo y ampliar la jornada para convertirla en partida. Desde hace años, en el Congreso hay comisiones que tratan el tema, pero sin embargo no se han conseguido avances en ese sentido. Además, los empleados valoran poder entrar/salir en horarios flexibles para poder llevar/recoger a sus hijos/as a los colegios, sin tener que cumplir estrictamente un horario, que salvo que haya una atención al público, en muchos casos es innecesariamente rígido.

    -Teletrabajo: En un mundo hiperconectado, en el que prácticamente vivimos 24h online, quizás deba replantearse el sentido de acudir físicamente siempre a una oficina, implicando un incremento de costes para los empleados.

    -Días libres:  Vinculado con la flexibilidad horaria, hay empresas que facilitan a sus empleados que puedan cogerse días libres para asuntos propios, especialmente vinculados a la vida familiar, ya que aquellos que tienen hijos menores a su cargo suelen tener problemas, por ejemplo,  para gestionar posibles enfermedades.

    -Guardería: Muchas compañías llegan a acuerdos con guarderías cercanas, o incluso habilitan un espacio en el propio centro, para que los empleados puedan llevar a sus hijos, de forma que les facilita la gestión de su tiempo y pueden focalizarse en sus obligaciones laborales.

Otros conceptos del salario emocional

Beneficios Sociales: Ya comentamos que era posible ganar más dinero con el mismo sueldo, y los beneficios sociales son una parte de esos incentivos. Poder descontar de nuestra nómina los cheques restaurante, los seguros médicos o la tarjeta de transporte, es algo que no le cuesta dinero a la empresa y que sin embargo incrementa la renta disponible de sus empleados.

Vacaciones: No tanto el número, que también, sino ser flexible en las fechas. Cada vez hay más gente que hace viajes largos por zonas dónde la fecha óptima para hacerlo es primavera u otoño, y muchas empresas ponen impedimentos para que puedan hacerlo. Por eso, esos empleados, que suelen ser de alta calificación, buscan opciones que les permitan compatibilizar esa parte importante de su vida con su ámbito profesional.

Interés profesional: ¿Estarías dispuesto a hacer un trabajo que no te gusta, sin perspectivas de mejora, durante 10h al día, por un salario atractivo?  Quizás hace años la mayoría diría que sí, pero cada vez más la gente valora poder realizar funciones/trabajos que les supongan una motivación intelectual, a pesar de que ello suponga renunciar a un mejor salario.

Proyección profesional: En muchos casos la gente se centra en el sueldo inmediato, pero si esperamos que un empleo sea una relación laboral a muy largo plazo, es mucho más relevante el potencial desarrollo que podamos tener en la empresa que el sueldo inicial que puedan asignarnos.

Conclusión

No hay duda de que el salario sigue siendo un aspecto básico, ya que al final si vamos a trabajar es por ese motivo. Pero cada vez más los empleados valoran la foto global de cómo encaja un empleo en su vida, y tratan de buscar aquel que más encaje, porque al final, la mayoría trata de trabajar para vivir, y no sólo vivir para trabajar.


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