Estamos en pleno verano y la mayoría de los españoles ya está disfrutando de sus vacaciones en las playas o en cualquier otro tipo de destino. Aunque en un país con tantos kilómetros de costa, lo habitual, y lo que más apetece, es tirar para la playa, al menos unos días. Nos encontramos en la temporada más alta para los hoteles, y también para los apartamentos. Te contamos como sacar rentabilidad a tu casa de la playa.
Muchas familias los eligen para sus vacaciones, sobre todo si van a pasar largas temporadas. De hecho, hay quien opta directamente por comprar una casa en la playa pensando que, a la larga, representará un importante ahorro y una buena inversión.
Porque una propiedad estival puede tener otro uso además de ser la casa de vacaciones: contribuir al ahorro familiar y aportar un buen dinero, que ayude a pagar la hipoteca de esa vivienda -en caso de haberse solicitado- o a recuperar más rápido la inversión previa.
Si estás de vacaciones ahora mismo en tu casa de la playa, toma nota de los siguientes párrafos porque te pueden suponer unos ingresos extra para el resto del año.
Saca rentabilidad a tu casa cuando no estés con alquiler vacacional o de temporada.
Este tipo de segunda residencia solo se utiliza en verano o en periodos vacacionales concretos como Navidad o Semana Santa, por lo tanto, como se suele decir, cuesta dinero tenerla. Porque pasa buena parte del año vacía y sigue generando gasto, pues hay que seguir pagando por la conexión de suministros, las tasas municipales (IBI, basura), el seguro, los recibos de la comunidad de vecinos y además, imputará renta en el IRPF como segunda vivienda.
Por lo tanto, una muy buena opción para cubrir esos gastos, e incluso sacar unos ingresos extra, es alquilarla en esos meses que, hasta ahora, estaba deshabitada. Y ya existen más opciones que nunca para hacerlo. Las plataformas de alquiler vacacional están en auge y, tras el éxito de Airbnb, han surgido otras muchas opciones para hacer rentables este tipo de viviendas.
Ya conocemos en buena medida las ventajas que tienen: su flexibilidad y la posibilidad de alquilar por periodos pequeños permite lograr más ingresos que si se alquilase por una temporada larga, pues al estar tan demandados estos alojamientos los precios pueden ajustarse en consecuencia. Aunque, por ética, tampoco es conveniente abusar, sobre todo si se trata de una vivienda modesta.
Pero esta forma de alquilar por días o semanas, y su movimiento constante de viajeros, implica una presencia en la localidad donde esté la vivienda, pues hay mantener la casa en orden, coordinar la limpieza, además de dar las llaves y recibir y despedir a los inquilinos, lo que puede hacer el sistema complicado si se reside muy lejos. A no ser que se contrate a alguien expresamente para ello -muchos de los dueños de pisos que están en estas plataformas contratan a agentes que llevan otras viviendas- o que se tenga a un familiar allí o amigo que pueda hacerse cargo.
La opción de hacerlo todo a través de una inmobiliaria es más eficiente. Aunque hay que hacer bien las cuentas, pues se llevan su comisión correspondiente (sobre un 30%) por las labores que realiza (gestionar el anuncio, las reservas, check-in, check-out, etc.) y afecta en los impuestos que se pagan por este tipo de alquiler (su gestión lleva IVA). Aunque su servicio sea muy profesional y lo tengan todo preparado, al final, puede ocurrir que no salgan las cuentas y nos resulte más beneficioso alquilar por períodos más largos.
Arrendar la vivienda por varios meses mediante inmobiliaria permite tener una tranquilidad extra en muchos sentidos: nos garantizamos cobrar esos determinados meses, podemos seleccionar mejor a los inquilinos y decantarnos por los que más nos gusten y mejores condiciones tengan y, al usarse de residencia por un tiempo, nos garantizamos que van a cuidar la casa y no vienen solo para divertirse. Sin olvidar que si se alquila como residencia habitual del inquilino, la renta del alquiler está exenta un 60% en el IRPF.
Saca rentabilidad a tu casa cuando no estás: nuevas fórmulas.
Estas son las fórmulas tradicionales, pero hay otras que llegan del extranjero que cada vez tiene mejor acogida en nuestro país. Hablamos, por ejemplo, del intercambio de casas. También existen plataformas que gestionan esta actividad, poniéndonos en contacto con otras familias del extranjero interesadas en intercambiar casa. Es sencillo. Significa que ellos pueden venir a España y alojarse en nuestro apartamento a coste cero, porque después iremos nosotros y nos quedaremos en su casa, también sin pagar nada.
Esta alternativa nos permite visitar otros países ahorrándonos el coste del alojamiento, que suele ser de lo más caro. Por lo tanto, aunque no se obtiene una rentabilidad directa, sí que permite un ahorro a la hora de viajar que cada vez convence a más familias.
Las plataformas de house sitting y pet sitting también están calando cada vez más entre los viajeros. Consiste en trasladarse a otra vivienda, habitualmente en el extranjero, aunque puede ser dentro del mismo país, para mantenerla, cuidar las mascotas, o simplemente permanecer en ella mientras los propietarios se ausentan durante un período de tiempo. Es otra forma de viajar sin pagar por alojarse, aprovechando la ubicación de la casa para conocer esa ciudad y sus alrededores. De igual manera, también favorece al propietario porque le permite viajar y ahorrarse el coste de mantener su vivienda o de pagar a alguien porque la vigile o cuide sus mascotas.
Al final la casa de la playa, o de la montaña, o de ese destino que tanto nos gusta para desconectar en vacaciones, acaba siendo un salvoconducto para garantizarnos liquidez cuando la necesitemos, pues además de alquilarla cuando no la utilizamos, al ser una segunda residencia podría incluso venderse si en el futuro viniesen mal dadas.
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