ROE, la rentabilidad de los fondos propios

A la hora de analizar las distintas empresas cuyas acciones pueden pasar a formar parte de nuestra cartera de inversión existen muchos métodos de valoración. Uno de ellos es el denominado análisis fundamental, que busca analizar toda la información disponible sobre una determinada compañía para calcular su valor.

Para llevar esta valoración a cabo, el análisis fundamental presenta varios métodos que podemos utilizar. Uno de los más frecuentes es el método de los denominados ratios bursátiles, que se basan tanto en el balance de la empresa como en su cuenta de pérdidas y ganancias para determinar si las acciones de dicha empresa están caras o baratas en relación al mercado.

Uno de los ratios en los que más se fijan los analistas es en el denominado Return on Equity (ROE). El ROE es la rentabilidad de los fondos propios de la empresa en cuestión, y mide el beneficio neto generado en relación a los accionistas de la empresa. Se obtiene a partir de la siguiente fórmula:

ROE = beneficio neto total/ fondos propios

El beneficio neto es el beneficio que obtuvo la empresa en el ejercicio económico correspondiente, y se ve reflejado en la cuenta de pérdidas y ganancias de la compañía.

Los fondos propios o patrimonio neto, son los recursos de la empresa que pertenecen a los socios además de las pérdidas o ganancias del ejercicio. Se calcula por la diferencia entre el valor de todos los activos y todos los pasivos, los cuales se pueden observar en el balance de situación de la empresa.

Así, si a la hora de valorar una empresa obtenemos un valor para su ROE del 12%,  nos estará indicando que la compañía está obteniendo 12 euros por cada 100 euros invertidos.

A la hora de analizar la rentabilidad de una empresa no basta con calcular el ROE de ésta, ya que dicho ratio por sí solo no nos aportará ninguna información fiable. Para poder sacar conclusiones válidas, deberemos comparar el ROE de la empresa con el ROE del resto de empresas del mismo sector.

Los inversores minoristas suelen basar sus decisiones de inversión en los ratios bursátiles, sin embargo hay que ser conscientes de que éstos presentan algunas limitaciones, como por ejemplo estar expuestos a alteraciones contables que pueda llevar a cabo la empresa.

Por ello, los analistas profesionales basan sus análisis de valoración en el método del descuento de flujos de efectivo, y dejan los ratios bursátiles como un instrumento de verificación del resultado obtenido.

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