La inflación tiene efectos en todo el sistema económico y a muchos niveles. Uno de los factores más significativos a tener en cuenta, tanto por el consumidor como por el inversor, es el deterioro que produce en el poder adquisitivo del dinero. Analizamos la rentabilidad real y la rentabilidad nominal: el efecto de la inflación en las inversiones.
Antes de nada, debido al efecto de la inflación, conviene diferenciar los dos conceptos que titulan este artículo: rentabilidad real y rentabilidad nominal.
¿Qué es la rentabilidad nominal?
Tanto los tipos de interés como las rentabilidades pueden ser expresadas de forma nominal o real. La rentabilidad nominal es aquella que se calcula de una inversión sin tener en cuenta el efecto de la inflación y otros gastos.
La rentabilidad nominal no tiene en cuenta la inflación
Por ejemplo, si se invierte en un activo cuyo precio se revaloriza un 20% a lo largo de 2 años la rentabilidad nominal de una inversión en ese activo habrá sido un 20%. Sin embargo, si la inflación durante esos 2 años ha sido de un 10%, el inversor no habrá visto incrementado su poder adquisitivo en un 20% sino mucho menos.
¿Qué es la rentabilidad real?
La rentabilidad real es aquella que se calcula teniendo en cuenta el efecto de la inflación y otros gastos. Siguiendo con el ejemplo anterior de una inversión que se ha revalorizado un 20% en dos años en los que la inflación ha sido de un 10%, la rentabilidad real para el inversor habrá sido más cercana a 10% ya que esto será lo que habrá aumentado el poder adquisitivo del dinero invertido (20% – 10% = 10%).
La rentabilidad real sí considera el efecto de la inflación
Por tanto, la rentabilidad real es el beneficio obtenido de una inversión, ajustado a la inflación. Esta forma de medir la rentabilidad es el mejor indicativo del poder adquisitivo que mantiene el capital a lo largo del tiempo.Además de ajustar la rentabilidad a la inflación, el inversor tiene que estudiar el impacto de otros factores, como los impuestos y las comisiones. Todos estos factores son importantes a la hora de seleccionar opciones entre los diversos vehículos de inversión.
¿Cómo la inflación puede afectar a la rentabilidad de las inversiones?
Aunque los inversores pretenden buscar rentabilidades positivas en sus inversiones en primer término, al fin y al cabo, lo que realmente buscan es aumentar su poder adquisitivo.
Esta distinción es importante y especialmente relevante en entornos de inflación elevada, ya que lo que nominalmente puede parecer una rentabilidad atractiva puede que en términos reales no lo sea tanto.
La inflación suele castigar a aquellas empresas que no son capaces de subir también el precio de sus productos ya que si siguen ingresando lo mismo y ese dinero cada vez vale menos el valor de la empresa disminuirá (a no ser que logre incrementar notablemente su cifra de negocios).
Ejemplo de la importancia de la rentabilidad real frente a la nominal
Si el inversor invierte en un bono que paga un cupón anual de 5% —esto es su rentabilidad nominal—, y la inflación es del 3% anual, su rentabilidad real es de solo el 2%.Visto desde otro punto de vista, supongamos que hemos ahorrado 10.000€ para comprar un coche. En lugar de comprar el coche, decidimos comprar el bono que paga un 5% anual. Al final de un año tendremos 10.500€. Sin embargo, con una inflación del 3% anual el coche habrá subido de precio a 10.300€, por tanto si ahora compramos el coche tras haber obtenido una rentabilidad nominal de 5%, solo nos quedará 200€. Nuestra rentabilidad real habrá sido del 2%.