La campaña de la Renta 2015 está en marcha, y ya te hemos contado algunas de las novedades que se han producido este año, como la implantación de Renta Web, que supone la desaparición del borrador y del uso del programa Padre para la mayoría de los contribuyentes, en favor de esta herramienta, que permite modificar y confirmar online nuestra declaración, desde cualquier tipo de dispositivo, a través de uno de los sistemas habituales (firma o DNI electrónicos, Cl@ve PIN o con el número de referencia de la declaración). La excepción para el uso de este procedimiento es la de aquellos contribuyentes que tengan rentas procedentes de actividades económicas.
Esta mejora en la operativa no sólo significa una mayor facilidad a la hora de cumplir con el fisco. La Agencia Tributaria continúa modernizándose en muchos aspectos, y dispone de potentes ordenadores y de amplísimas bases de datos, con una capacidad de almacenamiento de hasta 9.500 terabytes. En los últimos cuatro años ha aumentado hasta un 60% sus fuentes de información propia y de terceros, y ha multiplicado por 10 la capacidad de proceso, de manera que ahora no sólo tiene mucha más información de los contribuyentes, sino que realiza grandes cantidades de cruces de datos, rastreando aquellos que se le puedan escapar en la observación directa o que puedan ser indicios para indagaciones posteriores.
Qué es lo que sabe Hacienda
Como consecuencia de este aumento de la capacidad por parte de la AEAT, ahora se le realizará también una propuesta de declaración a diversos grupos de declarantes que antiguamente quedaban fuera del borrador, como aquellos que obtienen ganancias patrimoniales sin retención (por ejemplo, en la venta de acciones) o los que tienen rendimientos del capital inmobiliario.
La Agencia Tributaria tiene mucha información sobre los contribuyentes, ya que conoce todos los datos que proporcionan las empresas (por tanto, las nóminas y retenciones de los trabajadores), datos bancarios (cuentas corrientes, tarjetas, préstamos…), información sobre las rentas con retención (intereses, dividendos), la que le aportan las compañías de seguros e instituciones de inversión colectiva, los datos ofrecidos por las suministradoras sobre consumos (luz, agua), los de Notarios y Registradores y los que contiene el Catastro.
Además, puede cruzar datos para analizar los arrendamientos de locales comerciales (mirando el IVA) o en el caso de las viviendas, cruzándola con la información que pone el arrendatario en su declaración, ya que debe incluir la referencia catastral del piso. También puede analizar los consumos de la vivienda y, en cualquier caso, puede realizar una imputación de rentas por un 1% o un 2% del valor catastral para aquellas viviendas que no se encuentren ocupadas.
Dicho todo esto, hay que reseñar que, aunque tiene una gran cantidad de información, no toda la conoce con el mismo grado de certeza. De esta manera, el fisco clasifica los datos que posee en:
- Datos negros: sobre todo, referidos a las rentas del trabajo, son aquellos sobre cuyo conocimiento es virtualmente del 100%.
- Datos azules: se trata de aquellos datos que Hacienda conoce, pero que requieren algún tipo de explicación o clasificación por parte del contribuyente. Por ejemplo, cuando se disfruta de una ayuda del Plan Pive al cambiar de vehículo.
- Datos rojos: en este caso, la Agencia Tributaria tiene una información más limitada, aunque también realizará una predeclaración sobre estos temas, que deberá ser completada por el contribuyente. Este es el caso de los ingresos por alquileres, o el de las transmisiones patrimoniales.
Qué es lo que no sabe la Agencia Tributaria
Como ya se ha reseñado, la principal limitación que tiene hoy en día Hacienda está relacionada con las actividades económicas, para las cuales no ha habilitado el sistema Renta Web (estos contribuyentes todavía deberán realizar su declaración a través del programa Padre). Esto no significa que la Agencia Tributaria no disponga de datos acerca de los mismos, ya que tiene, por ejemplo, las declaraciones de IVA que realizan mensual o trimestralmente, las retenciones que les practican, en su caso, los clientes, las diversas declaraciones informativas que se deben presentar, etcétera, además de la información que proporcionen otras entidades y que puedan cruzar.
Sin embargo, no sabe exactamente qué gastos se va a deducir el contribuyente, o cómo va a contabilizar determinadas adquisiciones (ya que las podría considerar como gasto del ejercicio o como una inversión a amortizar en varios años, por ejemplo).
¿Nos fiamos de los datos que nos ofrece Hacienda?
La facilidad que ofrece Renta Web en cuanto a su accesibilidad y la gran cantidad de información que posee acerca de nuestras finanzas podría llevar a muchas personas a confirmar la declaración que se le ofrece, sin realizar más comprobaciones. Pero como ya se ha dicho, no todos los datos que tiene Hacienda tienen el mismo grado de certeza y, además, es posible que podamos incluir algunas deducciones o reducciones que no estén recogidas en esa predeclaración.
Por ello, es importante revisar siempre los datos que nos ofrece, ya que podríamos obtener un resultado mejor del que hay en ese borrador. Y, además, recordar que es responsabilidad del contribuyente el que la declaración esté bien hecha, por lo cual, de no ser así, nos exponemos a una posible sanción si posteriormente se detectase alguna incorrección.