Históricamente, la inversión en Bolsa a largo plazo ha dado rentabilidades superiores a otro tipo de activos tradicionales. Sin embargo, el mundo de la inversión en renta variable es un tanto complejo y no es apto para todos los perfiles. Cuando queremos adentrarnos en el mundo de los mercados financieros invirtiendo parte de nuestro capital en busca de una mayor rentabilidad, debemos plantearnos esta pregunta: ¿Estoy preparado para invertir en bolsa?
En la actualidad, debido especialmente al descenso de rentabilidad que han ido ofreciendo los depósitos a plazo fijo, son miles los ahorradores que se están convirtiendo en potenciales nuevos inversores, ya sea por la vía de los fondos de inversión o directamente con la compra de acciones de empresas que cotizan en Bolsa.
La inversión en Bolsa (también llamada renta variable) se deberá realizar adoptando las correspondientes medidas de prevención, sin dejarse llevar por cualquier tipo de oferta o producto que incluya frases del tipo… “rentabilidad garantizada” o un eslogan del tipo “gane dinero fácilmente”.
Como futuro inversor se debe saber que nadie regala de manera voluntaria y altruista su dinero en los mercados para que se lo quede otro; por lo tanto, hay que ser muy sensato y prudente, especialmente en las primeras inversiones. A veces, el éxito prematuro por azar, suerte o simple acierto puede ocasionar que en el inversor novel crezca un sentimiento de “inmunidad ante el riesgo inversor”, lo que le suele llevar a realizar posteriormente maniobras y operativas erróneas aportando cada vez más dinero en acciones.
Antes de empezar, mejor tener claras algunas cosas
Como opción para empezar a invertir en Bolsa diremos que existen empresas cotizadas que cuentan con un alto nivel de rentabilidad por dividendo, lo que les hace especialmente valoradas para los inversores de largo plazo (value investing), cuyos objetivos previamente planificados se podrán cumplir pasado un cierto periodo de tiempo. Mientras se trata de alcanzar este objetivo, se podrán ir recogiendo los dividendos que periódicamente le repartirán estas empresas. Pero esta es sólo una opción entre multitud.
La inversión en Bolsa debe ser una decisión voluntaria que tenga sentido dentro de una correcta planificación de las finanzas personales y por supuesto, no debe ser una vía para intentar ganar dinero de forma rápida, ni el recurso adecuado para intentar resolver posibles problemas financieros que pueda estar atravesando una persona.
Para una individuo que se inicie en la Bolsa, el principal criterio para empezar deberá ser el de diversificar y equilibrar el capital destinado a la inversión. De este modo, podremos compensar las posibles pérdidas potenciales de algunas inversiones (minusvalías) con las ganancias generadas por otras (plusvalías).
Los mercados se ven sometidos a diario por la influencia de factores financieros, legislativos, políticos e incluso mediáticos que en ocasiones escapan a nuestro entendimiento. Un inversor debe ser realista con sus propias limitaciones y formación técnica, y empezar a invertir de manera sensata y disciplinada, siendo consciente de que la Bolsa no es la panacea a todos los males.
Recordemos la famosa frase financiera de Warren Buffett que dice: “Un inversor necesita hacer muy pocas cosas bien si evita grandes errores. No es necesario hacer cosas extraordinarias para obtener resultados extraordinarios”