En este blog siempre insistimos en la importancia de autoevaluarse antes de invertir el dinero. El inversor primerizo necesita proyectos a su medida, de riesgo controlado, que le permitan aprender y evolucionar. Hoy hablaremos de un activo adecuado para este perfil: las blue chips.
¿Qué son las blue chips?
Las blue chips, en el ámbito financiero, cumplen la misma función que la pastilla azul del imaginario cinematográfico: proporcionar seguridad y estabilidad. Se trata de inversiones de poca volatilidad, con escasa o nula tendencia a los altibajos inesperados.
Generalmente se trata de empresas potentes y consolidadas, cuyo poderío evita que se vean arrastradas por las corrientes del mercado. De hecho, el término blue chip proviene del mundo de las apuestas: en los casinos, las fichas azules son las que tienen un valor más alto.
Características de los valores blue chips
Al ser firmas mercantiles de gran tamaño y producción las blue chips tienen una gran resistencia a las fluctuaciones financieras, manteniendo una evolución mucho más estable en el tiempo que l media del mercado. Por consiguiente, constituyen una opción ideal para aquellos inversores que optan por un rendimiento modesto, pero firme y a largo plazo.
Otra ventaja para los ahorradores inexpertos es que las blue chips son fácilmente comercializables ya que, al ser menos volátiles y tener una gran liquidez en el mercado, no es difícil encontrar compradores y así obtener liquidez.
Ventajas y desventajas de invertir en blue chips
Las ventajas han sido ya sobradamente explicadas: se trata de valores firmes, más impermeables que la mayoría a los vaivenes de los mercados y de la actualidad financiera e ideales para ahorradores que prefieran pisar terreno sólido y ver cómo su dinero crece, pero a largo plazo. Hay que añadir que las grandes compañías que las ponen en el mercado suelen repartir dividendos de forma frecuente.
Sin embargo, no hay que olvidar que hablamos de activos que se compran y se venden, y aunque las blue chips se caractericen por su estabilidad, como con cualquier inversión, la seguridad nunca es absoluta. Los desplomes en su cotización son infrecuentes pero reales, y a veces catastróficos.
Por otro lado, su naturaleza de valores de refugio o ‘defensa’ hacen que sean poco o nada populares entre los inversores más arriesgados, ya que su nivel de riesgo es bajo y, por ende, su rentabilidad esperada a largo plazo también es inferior a la media del mercado. Además, su movimiento es lento, lo que las hace poco aptas para operaciones de trading o a corto plazo.
¿Cómo invertir en blue chips?
Las blue chips pueden comprarse directamente como acciones, correspondientes a las grandes compañías de sectores diversos como el energético, bancario, tecnología o consumo.
Podemos encontrarlos en forma de acciones de dichas compañías, con lo que al comprarlos pasaríamos a formar parte de su masa de participantes, lo que nos daría acceso a recibir dividendos. También se presentan como fondos de inversión o ETF.
En España, la etiqueta de inversión blue chip suele asociarse con las acciones de los gigantes del IBEX-35, cuyos valores suelen ser más estables.
Estos datos solo tienen una finalidad informativa y no deben interpretarse como una recomendación de compra o venta. La información facilitada proviene de fuentes públicas.
Singular Bank no se hace responsable: (i) de cualquier pérdida derivada de la utilización directa o indirecta de la información contenida en esta comunicación, (ii) ni del uso que se haga de dicha información. Las decisiones que cada inversor adopte, tanto de inversión como de nivel de delegación y asesoramiento, son su responsabilidad.
Antes de efectuar cualquier contratación, es recomendable informarse legal, regulatoria y fiscalmente sobre las consecuencias de una inversión.
Los resultados pasados no son un indicador fidedigno de resultados futuros.
Ninguna parte de este documento puede ser copiada o duplicada de cualquier forma o medio o redistribuida sin el previo consentimiento por escrito de Singular Bank.